martes, 13 de marzo de 2012
VIDEITOS FORMATIVOS
LA ALEGRÍA DE SER CATÓLICO
NUESTRO LUGAR EN EL UNIVERSO
EDUARDO ( ABORTO )
EMOCIONANTE (GENEROSIDAD)
¿ EXISTE DIOS ?
lunes, 12 de marzo de 2012
COMPENDIO DEL CATECISMO DE LA IGLESIA
CATECISMO
DE LA
IGLESIA CATÓLICA
DE LA
IGLESIA CATÓLICA
Compendio
©
Copyright 2005 - Libreria Editrice Vaticana
PRIMERA PARTE - LA PROFESIÓN DE LA FE
Primera sección: «Creo» - «Creemos»
Capítulo primero: El hombre es «capaz» de Dios
Capítulo segundo: Dios viene al encuentro del hombre
La Revelación de Dios
La transmisión de la divina Revelación
La Sagrada Escritura
Capítulo tercero: La respuesta del hombre a Dios
Creo
Creemos
Segunda sección: La profesión de la fe cristiana
El Credo
Capítulo primero: Creo en Dios Padre
Los símbolos de la fe
«Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del ciclo y de la tierra»
El cielo y la tierra
El hombre
La caída
Capítulo segundo: Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor
Jesucristo fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació de santa María Virgen
«Jesucristo padeció bajo el poder de Poncio Pilato. fue crucificado, muerto y sepultado»
Jesucristo descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos
«Jesucristo subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso»
«Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos
Capítulo tercero: «Creo en el Espíritu Santo»
«Creo en la Santa Iglesia Católica».
La Iglesia en el designio de Dios
La Iglesia: Pueblo de Dios, cuerpo de Cristo, templo del Espíritu Santo
La Iglesia es una, santa, católica y apostólica
Los fieles: jerarquía, laicos, vida consagrada
«Creo en la comunión de los santos»
María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia
«Creo en el perdón de los pecados»
«Creo en la resurrección de la carne»
«Creo en la vida eterna»
«Amén»
Primera sección: «Creo» - «Creemos»
Capítulo primero: El hombre es «capaz» de Dios
Capítulo segundo: Dios viene al encuentro del hombre
La Revelación de Dios
La transmisión de la divina Revelación
La Sagrada Escritura
Capítulo tercero: La respuesta del hombre a Dios
Creo
Creemos
Segunda sección: La profesión de la fe cristiana
El Credo
Capítulo primero: Creo en Dios Padre
Los símbolos de la fe
«Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del ciclo y de la tierra»
El cielo y la tierra
El hombre
La caída
Capítulo segundo: Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor
Jesucristo fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació de santa María Virgen
«Jesucristo padeció bajo el poder de Poncio Pilato. fue crucificado, muerto y sepultado»
Jesucristo descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos
«Jesucristo subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso»
«Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos
Capítulo tercero: «Creo en el Espíritu Santo»
«Creo en la Santa Iglesia Católica».
La Iglesia en el designio de Dios
La Iglesia: Pueblo de Dios, cuerpo de Cristo, templo del Espíritu Santo
La Iglesia es una, santa, católica y apostólica
Los fieles: jerarquía, laicos, vida consagrada
«Creo en la comunión de los santos»
María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia
«Creo en el perdón de los pecados»
«Creo en la resurrección de la carne»
«Creo en la vida eterna»
«Amén»
SEGUNDA PARTE - LA CELEBRACIÓN DEL MISTERIO CRISTIANO
Primera sección: La economía sacramental
Capítulo primero: El Misterio pascua en el tiempo de la Iglesia
La Liturgia, obra de la Santísima Trinidad
El Misterio pascual en los sacramentos de la Iglesia
Capítulo segundo: La celebración sacramental del Misterio pascual
Celebrar la Liturgia de la Iglesia
¿Quién celebra?
¿Cómo celebrar?
¿Cuándo celebrar?
¿Dónde celebrar?
Diversidad litúrgica y unidad del misterio
Segunda sección: Los siete Sacramentos de la Iglesia
Capítulo primero Los Sacramentos de la iniciación cristiana
El Sacramento del Bautismo
El Sacramento de la Confirmación
El Sacramento de la Eucaristía
Capítulo segundo: Los Sacramentos de curación
El Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación
El Sacramento de la Unción de los Enfermos
Capítulo tercero: Los Sacramentos al servicio de la comunión y de la misión
El Sacramento del Orden
El Sacramento del Matrimonio
Capítulo cuarto: Otras celebraciones litúrgicas
Los sacramentales
Las exequias cristianas
Primera sección: La economía sacramental
Capítulo primero: El Misterio pascua en el tiempo de la Iglesia
La Liturgia, obra de la Santísima Trinidad
El Misterio pascual en los sacramentos de la Iglesia
Capítulo segundo: La celebración sacramental del Misterio pascual
Celebrar la Liturgia de la Iglesia
¿Quién celebra?
¿Cómo celebrar?
¿Cuándo celebrar?
¿Dónde celebrar?
Diversidad litúrgica y unidad del misterio
Segunda sección: Los siete Sacramentos de la Iglesia
Capítulo primero Los Sacramentos de la iniciación cristiana
El Sacramento del Bautismo
El Sacramento de la Confirmación
El Sacramento de la Eucaristía
Capítulo segundo: Los Sacramentos de curación
El Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación
El Sacramento de la Unción de los Enfermos
Capítulo tercero: Los Sacramentos al servicio de la comunión y de la misión
El Sacramento del Orden
El Sacramento del Matrimonio
Capítulo cuarto: Otras celebraciones litúrgicas
Los sacramentales
Las exequias cristianas
TERCERA PARTE - LA VIDA EN CRISTO
Primera sección: La vocación del hombre: La vida en el Espíritu
Capítulo primero: La dignidad de la persona humana
El hombre, imagen de Dios
Nuestra vocación a la bienaventuranza
La libertad del hombre
La moralidad de las pasiones
La conciencia moral
Las virtudes
El pecado
Capítulo segundo: La comunidad humana
La persona y la sociedad
La participación en la vida social
La justicia social
Capítulo tercero: La salvación de Dios: la ley y la gracia
La ley moral
Gracia y justificación
La Iglesia, Madre y Maestra
Segunda sección: Los diez Mandamientos
Los diez Mandamientos
Capítulo primero: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas»
Primer Mandamiento: Yo soy el Señor tu Dios. Amarás a Dios sobre todas las cosas
Segundo Mandamiento: No tomarás el Nombre de Dios en vano
Tercer Mandamiento: Santificarás las fiestas
Capítulo segundo:«Amarás a tu prójimo como a ti mismo»
Cuarto Mandamiento: Honrarás a tu padre y a tu madre
Quinto Mandamiento: No matarás
Sexto Mandamiento: No cometerás actos impuros
Séptimo Mandamiento: No robarás
Octavo Mandamiento: No darás falso testimonio ni mentirás
Noveno Mandamiento: No consentirás pensamientos ni deseos impuros
Décimo Mandamiento: No codiciarás los bienes ajenos
Primera sección: La vocación del hombre: La vida en el Espíritu
Capítulo primero: La dignidad de la persona humana
El hombre, imagen de Dios
Nuestra vocación a la bienaventuranza
La libertad del hombre
La moralidad de las pasiones
La conciencia moral
Las virtudes
El pecado
Capítulo segundo: La comunidad humana
La persona y la sociedad
La participación en la vida social
La justicia social
Capítulo tercero: La salvación de Dios: la ley y la gracia
La ley moral
Gracia y justificación
La Iglesia, Madre y Maestra
Segunda sección: Los diez Mandamientos
Los diez Mandamientos
Capítulo primero: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas»
Primer Mandamiento: Yo soy el Señor tu Dios. Amarás a Dios sobre todas las cosas
Segundo Mandamiento: No tomarás el Nombre de Dios en vano
Tercer Mandamiento: Santificarás las fiestas
Capítulo segundo:«Amarás a tu prójimo como a ti mismo»
Cuarto Mandamiento: Honrarás a tu padre y a tu madre
Quinto Mandamiento: No matarás
Sexto Mandamiento: No cometerás actos impuros
Séptimo Mandamiento: No robarás
Octavo Mandamiento: No darás falso testimonio ni mentirás
Noveno Mandamiento: No consentirás pensamientos ni deseos impuros
Décimo Mandamiento: No codiciarás los bienes ajenos
CUARTA PARTE - LA ORACIÓN CRISTIANA
Primera sección: La oración en la vida cristiana
Capítulo primero: La revelación de la oración
La revelación de la oración en el Antiguo Testamento
La oración es plenamente revelada y realizada en Jesús
La oración en el tiempo de la Iglesia
Capítulo segundo: La tradición de la oración
Fuentes de la oración
El camino de la oración
Maestros de oración
Capítulo tercero: La vida de oración
Las expresiones de la oración
El combate de la oración
Segunda sección: La oración del Señor: «Padre nuestro»
El Padre nuestro
«La síntesis de todo el Evangelio»
«Padre nuestro que estás en el cielo»
Las siete Peticiones
Primera sección: La oración en la vida cristiana
Capítulo primero: La revelación de la oración
La revelación de la oración en el Antiguo Testamento
La oración es plenamente revelada y realizada en Jesús
La oración en el tiempo de la Iglesia
Capítulo segundo: La tradición de la oración
Fuentes de la oración
El camino de la oración
Maestros de oración
Capítulo tercero: La vida de oración
Las expresiones de la oración
El combate de la oración
Segunda sección: La oración del Señor: «Padre nuestro»
El Padre nuestro
«La síntesis de todo el Evangelio»
«Padre nuestro que estás en el cielo»
Las siete Peticiones
MOTU PROPRIO
para la
aprobación y publicación
del Compendio
del Catecismo de la Iglesia Católica
del Compendio
del Catecismo de la Iglesia Católica
A los Venerables Hermanos
Cardenales, Patriarcas, Arzobispos, Obispos, Presbíteros, Diáconos y a todos
los Miembros del Pueblo de Dios
Hace ya veinte años se iniciaba la
preparación del Catecismo de la Iglesia Católica, a petición de la
Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos, celebrada con ocasión del
vigésimo aniversario de la clausura del Concilio Ecuménico Vaticano II.
Agradezco infinitamente a Dios
Nuestro Señor el haber dado a la Iglesia este Catecismo, promulgado en
1992 por mi venerado y amado Predecesor, el Papa Juan Pablo II.
La gran utilidad y valor de este
don han sido confirmados, ante todo, por la positiva y amplia acogida que el Catecismo
ha tenido entre los obispos, a quienes se dirigía en primer lugar, como texto
de referencia segura y auténtica para la enseñanza de la doctrina católica y,
en particular, para la elaboración de catecismos locales. Pero una ulterior
confirmación ha venido de la favorable y gran acogida dispensada al mismo por
todos los sectores del Pueblo de Dios, que lo han podido conocer y apreciar en
las más de cincuenta lenguas a las que, hasta el momento, ha sido traducido.
Ahora, con gran gozo, apruebo y
promulgo el Compendio de este Catecismo.
Dicho Compendio había sido
vivamente deseado por los participantes al Congreso Catequético Internacional
de octubre de 2002, que se hacían así intérpretes de una exigencia muy
extendida en la Iglesia. Acogiendo este deseo, mi difunto Predecesor decidió su
preparación en febrero de 2003, confiando la redacción del mismo a una
restringida Comisión de Cardenales, presidida por mí y ayudada por un grupo de
expertos colaboradores. Durante el desarrollo de los trabajos, el proyecto de
este Compendio fue sometido al juicio de los Eminentísimos Cardenales y
los Presidentes de las Conferencias Episcopales, que en su inmensa mayoría lo
han acogido y valorado favorablemente.
El Compendio, que ahora presento
a la Iglesia Universal, es una síntesis fiel y segura del Catecismo de la
Iglesia Católica. Contiene, de modo conciso, todos los elementos esenciales
y fundamentales de la fe de la Iglesia, de manera tal que constituye, como
deseaba mi Predecesor, una especie de vademécum, a través del cual las
personas, creyentes o no, pueden abarcar con una sola mirada de conjunto el
panorama completo de la fe católica.
El Compendio refleja
fielmente, en su estructura, contenidos y lenguaje, el Catecismo de la Iglesia
Católica, que podrá ser mejor conocido y comprendido gracias a la ayuda y
estímulo de esta síntesis.
Entrego, por tanto, con confianza
este Compendio, ante todo a la Iglesia entera y a cada cristiano en
particular, para que, por medio de él, cada cual pueda encontrar, en este
tercer milenio, nuevo impulso para renovar el compromiso de evangelización y
educación de la fe que debe caracterizar a toda comunidad eclesial y a cada
creyente en Cristo de cualquier edad y nación.
Pero este Compendio, por su brevedad,
claridad e integridad, se dirige asimismo a toda persona que, viviendo en un
mundo dispersivo y lleno de los más variados mensajes, quiera conocer el Camino
de la Vida y la Verdad, entregado por Dios a la Iglesia de su Hijo.
Leyendo este valioso instrumento
que es el Compendio, gracias especialmente a la intercesión de María
Santísima, Madre de Cristo y de la Iglesia, puedan todos reconocer y acoger
cada vez mejor la inagotable belleza, unicidad y actualidad del Don por
excelencia que Dios ha hecho a la humanidad: Su Hijo único, Jesucristo, que es
«el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6).
Dado en Roma, junto a San Pedro,
el 28 de Junio de 2005, víspera de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro
y Pablo, año primero de mi Pontificado.
BENEDICTUS
PP. XVI
INTRODUCCIÓN
1. El 11 de
Octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II entregaba a los fieles de todo el mundo
el Catecismo de la Iglesia Católica, presentándolo como «texto de
referencia»[1]
para una catequesis renovada en las fuentes vivas de la fe. A treinta años de
la apertura del Concilio Vaticano II (1962-1965), se cumplía de este modo
felizmente el deseo expresado en 1985 por la Asamblea extraordinaria del Sínodo
de los Obispos de que se compusiera un catecismo de toda la doctrina católica,
tanto de la fe como de la moral.
Cinco años después, el 15 de Agosto
de 1997, al promulgar la editio typica del Catechismus Ecclesiae
Catholicae, el Sumo Pontífice confirmaba la finalidad fundamental de la
obra: «Presentarse como una exposición completa e íntegra de la doctrina
católica, que permite que todos conozcan lo que la Iglesia misma profesa,
celebra, vive y ora en su vida diaria».[2]
2. En orden a un mayor
aprovechamiento de los valores del Catecismo y para responder a la
petición del Congreso Catequético Internacional de 2002, Juan Pablo II
instituía en 2003 una Comisión especial, presidida por mí, como Prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, con el encargo de elaborar un Compendio
del Catecismo de la Iglesia Católica, que recogiera una formulación más
sintética de los mismos contenidos de la fe. Tras dos años de trabajo se
preparó un proyecto de compendio, que fue enviado a consulta a
los Cardenales y a los Presidentes de las Conferencias Episcopales. El proyecto,
en su conjunto, obtuvo una valoración positiva por parte de la absoluta mayoría
de cuantos respondieron. La Comisión, por tanto, procedió a la revisión del
mencionado proyecto y, teniendo en cuenta las propuestas de mejora
recibidas, redactó el texto final de la obra.
3. Tres son las
características principales del Compendio: la estrecha dependencia del Catecismo
de la Iglesia Católica, el estilo dialogal y el uso de imágenes en la
catequesis.
Ante todo, el Compendio no
es una obra autónoma ni pretende de ningún modo sustituir al Catecismo de la
Iglesia Católica: más bien remite a él constantemente, tanto con la puntual
indicación de los números de referencia como con el continuo llamamiento a su
estructura, desarrollo y contenidos. El Compendio, además, pretende
despertar un renovado interés y aprecio por el Catecismo, que, con su
sabiduría expositiva y unción espiritual, continua siendo el texto de base de
la catequesis eclesial de hoy.
Como el Catecismo, también
el Compendio se articula en cuatro partes, correspondientes a las leyes
fundamentales de la vida en Cristo.
La primera parte, titulada «La
profesión de la fe», contiene una oportuna síntesis de la lex credendi,
es decir, de la fe profesada por la Iglesia Católica, tomada del Símbolo
Apostólico, ulteriormente explicitado y detallado por el Símbolo
Niceno-Constantinopolitano, cuya constante proclamación en la asamblea
cristiana mantiene viva la memoria de las principales verdades de la fe.
La segunda parte, titulada «La
celebración del misterio cristiano», presenta los elementos esenciales de la lex
celebrandi. El anuncio del Evangelio encuentra, efectivamente, su respuesta
privilegiada en la vida sacramental. En ella los fieles experimentan y dan
testimonio en cada momento de su existencia, de la eficacia salvífica del
misterio pascual, por medio del cual Cristo ha consumado la obra de nuestra
redención.
La tercera parte, titulada «La vida
en Cristo», presenta la lex vivendi, es decir, el compromiso que tienen
los bautizados de manifestar en sus comportamientos y en sus decisiones éticas
la fidelidad a la fe profesada y celebrada. Los fieles, en efecto, están
llamados por el Señor Jesús a realizar las obras que se corresponden con su
dignidad de hijos del Padre en la caridad del Espíritu Santo.
La cuarta parte, titulada «La
oración cristiana», ofrece una síntesis de la lex orandi, es decir, de
la vida de oración. A ejemplo de Jesús, modelo perfecto de orante, también el
cristiano está llamado al diálogo con Dios en la oración, de la que es
expresión privilegiada el Padre Nuestro, la oración que nos enseñó el
mismo Jesús.
4. Una segunda
característica del Compendio es su forma dialogal, que recupera
un antiguo género catequético basado en preguntas y respuestas. Se trata de
volver a proponer un diálogo ideal entre el maestro y el discípulo, mediante
una apremiante secuencia de preguntas, que implican al lector, invitándole a
proseguir en el descubrimiento de aspectos siempre nuevos de la verdad de su
fe. Este género ayuda también a abreviar notablemente el texto, reduciéndolo a
lo esencial, y favoreciendo de este modo la asimilación y eventual memorización
de los contenidos.
5. Una tercera
característica es la presencia de algunas imágenes, que acompañan a la
articulación del Compendio. Provienen del riquísimo patrimonio de la
iconografía cristiana. De la secular tradición conciliar aprendemos que también
la imagen es predicación evangélica. Los artistas de todos los tiempos han
ofrecido, para contemplación y asombro de los fieles, los hechos más
sobresalientes del misterio de la salvación, presentándolo en el esplendor del
color y la perfección de la belleza. Es éste un indicio de cómo hoy más que
nunca, en la civilización de la imagen, la imagen sagrada puede expresar mucho
más que la misma palabra, dada la gran eficacia de su dinamismo de comunicación
y de transmisión del mensaje evangélico.
6. Cuarenta años
después de la conclusión del Concilio Vaticano II y en el año de la Eucaristía,
el Compendio puede constituir un ulterior instrumento para satisfacer
tanto el hambre de verdad de los fieles de toda edad y condición, como la
necesidad de todos aquellos que, sin serlo, tienen sed de verdad y de justicia.
Su publicación tendrá lugar en la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y
Pablo, columnas de la Iglesia universal y evangelizadores ejemplares en el
mundo antiguo. Estos apóstoles vieron lo que predicaron, y dieron testimonio de
la verdad de Cristo hasta el martirio. Imitémosles en su impulso misionero, y
roguemos al Señor para que la Iglesia siga siempre las enseñanzas de los
Apóstoles, de quienes ha recibido el primer anuncio gozoso de la fe.
Domingo de Ramos, 20 de marzo de
2005.
Joseph
Card. Ratzinger
Presidente de la Comisión especial
Presidente de la Comisión especial
Notas
1. ¿Cuál es el designio de Dios
para el hombre?
1-25
Dios, infinitamente perfecto y
bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente
al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada. En la plenitud de
los tiempos, Dios Padre envió a su Hijo como Redentor y Salvador de los hombres
caídos en el pecado, convocándolos en su Iglesia, y haciéndolos hijos suyos de
adopción por obra del Espíritu Santo y herederos de su eterna bienaventuranza.
CAPÍTULO
PRIMERO
30
«Tú eres grande, Señor, y muy
digno de alabanza (…). Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto
mientras no descansa en ti» (San Agustín).
2. ¿Por qué late en el hombre el
deseo de Dios?
27-30
44-45
44-45
Dios mismo, al crear al hombre a su
propia imagen, inscribió en el corazón de éste el deseo de verlo. Aunque el
hombre a menudo ignore tal deseo, Dios no cesa de atraerlo hacia sí, para que
viva y encuentre en Él aquella plenitud de verdad y felicidad a la que aspira
sin descanso. En consecuencia, el hombre, por naturaleza y vocación, es un ser
esencialmente religioso, capaz de entrar en comunión con Dios. Esta íntima y
vital relación con Dios otorga al hombre su dignidad fundamental.
3. ¿Cómo se puede conocer a Dios
con la sola luz de la razón?
31-36
46-47
46-47
A partir de la Creación, esto es,
del mundo y de la persona humana, el hombre, con la sola razón, puede con
certeza conocer a Dios como origen y fin del universo y como sumo bien, verdad
y belleza infinita.
4. ¿Basta la sola luz de la
razón para conocer el misterio de Dios?
37-38
Para conocer a Dios con la sola luz
de la razón, el hombre encuentra muchas dificultades. Además no puede entrar
por sí mismo en la intimidad del misterio divino. Por ello, Dios ha querido
iluminarlo con su Revelación, no sólo acerca de las verdades que superan la
comprensión humana, sino también sobre verdades religiosas y morales, que, aun
siendo de por sí accesibles a la razón, de esta manera pueden ser conocidas por
todos sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla de error.
5. ¿Cómo se puede hablar de
Dios?
Se puede hablar de Dios a todos y
con todos, partiendo de las perfecciones del hombre y las demás criaturas, las
cuales son un reflejo, si bien limitado, de la infinita perfección de Dios. Sin
embargo, es necesario purificar continuamente nuestro lenguaje de todo lo que
tiene de fantasioso e imperfecto, sabiendo bien que nunca podrá expresar
plenamente el infinito misterio de Dios.
CAPÍTULO
SEGUNDO
6. ¿Qué revela Dios al
hombre?
50-53
68-69
68-69
Dios, en su bondad y sabiduría, se
revela al hombre. Por medio de acontecimientos y palabras, se revela a sí mismo
y el designio de benevolencia que él mismo ha preestablecido desde la eternidad
en Cristo en favor de los hombres. Este designio consiste en hacer partícipes
de la vida divina a todos los hombres, mediante la gracia del Espíritu Santo,
para hacer de ellos hijos adoptivos en su Hijo Unigénito.
7. ¿Cuáles son las primeras
etapas de la Revelación de Dios?
54-58
70-71
70-71
Desde el principio, Dios se
manifiesta a Adán y Eva, nuestros primeros padres, y les invita a una íntima
comunión con Él. Después de la caída, Dios no interrumpe su revelación, y les
promete la salvación para toda su descendencia. Después del diluvio, establece
con Noé una alianza que abraza a todos los seres vivientes.
8. ¿Cuáles son las sucesivas
etapas de la Revelación de Dios?
59-64
72
72
Dios escogió a Abram llamándolo a
abandonar su tierra para hacer de él «el padre de una multitud de naciones» (Gn
17, 5), y prometiéndole bendecir en él a «todas las naciones de la tierra» (Gn
12,3). Los descendientes de Abraham serán los depositarios de las promesas
divinas hechas a los patriarcas. Dios forma a Israel como su pueblo elegido,
salvándolo de la esclavitud de Egipto, establece con él la Alianza del Sinaí, y
le da su Ley por medio de Moisés. Los Profetas anuncian una radical redención
del pueblo y una salvación que abrazará a todas las naciones en una Alianza
nueva y eterna. Del pueblo de Israel, de la estirpe del rey David, nacerá el
Mesías: Jesús.
9. ¿Cuál es la plena y
definitiva etapa de la Revelación de Dios?
65-66
73
73
La plena y definitiva etapa de la
Revelación de Dios es la que Él mismo llevó a cabo en su Verbo encarnado,
Jesucristo, mediador y plenitud de la Revelación. En cuanto Hijo Unigénito de
Dios hecho hombre, Él es la Palabra perfecta y definitiva del Padre. Con la
venida del Hijo y el don del Espíritu, la Revelación ya se ha cumplido
plenamente, aunque la fe de la Iglesia deberá comprender gradualmente todo su
alcance a lo largo de los siglos.
«Porque en darnos, como nos dio
a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto
y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar» (San Juan de la Cruz)
10. ¿Qué valor tienen las
revelaciones privadas?
67
Aunque no pertenecen al depósito de
la fe, las revelaciones privadas pueden ayudar a vivir la misma fe, si
mantienen su íntima orientación a Cristo. El Magisterio de la Iglesia, al que
corresponde el discernimiento de tales revelaciones, no puede aceptar, por
tanto, aquellas “revelaciones” que pretendan superar o corregir la Revelación
definitiva, que es Cristo.
LA
TRANSMISIÓN DE LA DIVINA REVELACIÓN
11. ¿Por qué y de qué modo se
transmite la divina Revelación?
74
Dios «quiere que todos los hombres
se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1 Tim 2, 4), es
decir, de Jesucristo. Es preciso, pues, que Cristo sea anunciado a todos los
hombres, según su propio mandato: «Id y haced discípulos de todos los pueblos»
(Mt 28, 19). Esto se lleva a cabo mediante la Tradición Apostólica.
12. ¿Qué es la Tradición
Apostólica?
75-79
83
96.98
83
96.98
La Tradición Apostólica es la
transmisión del mensaje de Cristo llevada a cabo, desde los comienzos del
cristianismo, por la predicación, el testimonio, las instituciones, el culto y
los escritos inspirados. Los Apóstoles transmitieron a sus sucesores, los
obispos y, a través de éstos, a todas las generaciones hasta el fin de los
tiempos todo lo que habían recibido de Cristo y aprendido del Espíritu Santo.
13. ¿De qué modo se realiza la Tradición
Apostólica?
76
La Tradición Apostólica se realiza
de dos modos: con la transmisión viva de la Palabra de Dios (también llamada
simplemente Tradición) y con la Sagrada Escritura, que es el mismo anuncio de
la salvación puesto por escrito.
14. ¿Qué relación existe entre
Tradición y Sagrada Escritura?
80-82
97
97
La Tradición y la Sagrada Escritura
están íntimamente unidas y compenetradas entre sí. En efecto, ambas hacen
presente y fecundo en la Iglesia el Misterio de Cristo, y surgen de la misma
fuente divina: constituyen un solo sagrado depósito de la fe, del cual la
Iglesia saca su propia certeza sobre todas las cosas reveladas.
15. ¿A quién ha sido confiado el
depósito de la fe?
84.91
94.99
94.99
El depósito de la fe ha sido
confiado por los Apóstoles a toda la Iglesia. Todo el Pueblo de Dios, con el
sentido sobrenatural de la fe, sostenido por el Espíritu Santo y guiado por el
Magisterio de la Iglesia, acoge la Revelación divina, la comprende cada vez
mejor, y la aplica a la vida.
16. ¿A quién corresponde
interpretar auténticamente el depósito de la fe?
85-90
100
100
La interpretación auténtica del
depósito de la fe corresponde sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, es decir,
al Sucesor de Pedro, el Obispo de Roma, y a los obispos en comunión con él. Al
Magisterio, el cual, en el servicio de la Palabra de Dios, goza del carisma
cierto de la verdad, compete también definir los dogmas, que son formulaciones
de las verdades contenidas en la divina Revelación; dicha autoridad se extiende
también a las verdades necesariamente relacionadas con la Revelación.
17. ¿Qué relación existe entre
Escritura, Tradición y Magisterio?
95
Escritura, Tradición y Magisterio
están tan estrechamente unidos entre sí, que ninguno de ellos existe sin los
otros. Juntos, bajo la acción del Espíritu Santo, contribuyen eficazmente, cada
uno a su modo, a la salvación de los hombres.
LA
SAGRADA ESCRITURA
18. ¿Por qué decimos que la
Sagrada Escritura enseña la verdad?
105-108
135-136
135-136
Decimos que la Sagrada Escritura
enseña la verdad porque Dios mismo es su autor: por eso afirmamos que está
inspirada y enseña sin error las verdades necesarias para nuestra salvación. El
Espíritu Santo ha inspirado, en efecto, a los autores humanos de la Sagrada
Escritura, los cuales han escrito lo que el Espíritu ha querido enseñarnos. La
fe cristiana, sin embargo, no es una «religión del libro», sino de la Palabra
de Dios, que no es «una palabra escrita y muda, sino el Verbo encarnado y vivo»
(San Bernardo de Claraval).
19. ¿Cómo se debe leer la
Sagrada Escritura?
109-119
137
137
La Sagrada Escritura debe ser leída
e interpretada con la ayuda del Espíritu Santo y bajo la guía del Magisterio de
la Iglesia, según tres criterios: 1) atención al contenido y a la unidad de
toda la Escritura; 2) lectura de la Escritura en la Tradición viva de la
Iglesia; 3) respeto de la analogía de la fe, es decir, de la cohesión entre las
verdades de la fe.
20. ¿Qué es el canon de
las Escrituras?
120
138
138
El canon de las Escrituras
es el elenco completo de todos los escritos que la Tradición Apostólica ha
hecho discernir a la Iglesia como sagrados. Tal canon comprende cuarenta y seis
escritos del Antiguo Testamento y veintisiete del Nuevo.
21. ¿Qué importancia tiene el
Antiguo Testamento para los cristianos?
121-123
Los cristianos veneran el Antiguo
Testamento como verdadera Palabra de Dios: todos sus libros están divinamente
inspirados y conservan un valor permanente, dan testimonio de la pedagogía
divina del amor salvífico de Dios, y han sido escritos sobre todo para preparar
la venida de Cristo Salvador del mundo.
22. ¿Qué importancia tiene el
Nuevo Testamento para los cristianos?
124-127
139
139
El Nuevo Testamento, cuyo centro es
Jesucristo, nos transmite la verdad definitiva de la Revelación divina. En él,
los cuatro Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, siendo el principal
testimonio de la vida y doctrina de Jesús, constituyen el corazón de todas las
Escrituras y ocupan un puesto único en la Iglesia.
23. ¿Qué unidad existe entre el
Antiguo y el Nuevo Testamento?
128-130
140
140
La Escritura es una porque es única
la Palabra de Dios, único el proyecto salvífico de Dios y única la inspiración
divina de ambos Testamentos. El Antiguo Testamento prepara el Nuevo, mientras
que éste da cumplimiento al Antiguo: ambos se iluminan recíprocamente.
24. ¿Qué función tiene la
Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia?
131-133
141-142
141-142
La Sagrada Escritura proporciona
apoyo y vigor a la vida de la Iglesia. Para sus hijos, es firmeza de la fe,
alimento y manantial de vida espiritual. Es el alma de la teología y de la
predicación pastoral. Dice el Salmista: «lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero» (Sal 119, 105). Por esto la Iglesia exhorta a la
lectura frecuente de la Sagrada Escritura, pues «desconocer la Escritura es
desconocer a Cristo» (San Jerónimo).
CAPÍTULO
TERCERO
25. ¿Cómo responde el hombre a
Dios que se revela?
142-143
El hombre, sostenido por la gracia
divina, responde a la Revelación de Dios con la obediencia de la fe, que consiste
en fiarse plenamente de Dios y acoger su Verdad, en cuanto garantizada por Él,
que es la Verdad misma.
26. ¿Cuáles son en la Sagrada
Escritura los principales modelos de obediencia en la fe?
144-149
Son muchos los modelos de
obediencia en la fe en la Sagrada Escritura, pero destacan dos particularmente:
Abraham, que, sometido a prueba, «tuvo fe en Dios» (Rm 4, 3) y
siempre obedeció a su llamada; por esto se convirtió en «padre de todos los
creyentes» (Rm 4, 11.18). Y la Virgen María, quien ha realizado
del modo más perfecto, durante toda su vida, la obediencia en la fe: «Fiat
mihi secundum Verbum tuum – hágase en mi según tu palabra» (Lc 1,
38).
27. En la práctica ¿qué
significa para el hombre creer en Dios?
150-152
176-178
176-178
Creer en Dios significa para el
hombre adherirse a Dios mismo, confiando plenamente en Él y dando pleno
asentimiento a todas las verdades por Él reveladas, porque Dios es la Verdad.
Significa creer en un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
28. ¿Cuáles son las
características de la fe?
153-165
179-180
183-184
179-180
183-184
La fe, don gratuito de Dios,
accesible a cuantos la piden humildemente, es la virtud sobrenatural necesaria
para salvarse. El acto de fe es un acto humano, es decir un acto de la
inteligencia del hombre, el cual, bajo el impulso de la voluntad movida por
Dios, asiente libremente a la verdad divina. Además, la fe es cierta
porque se fundamenta sobre la Palabra de Dios; «actúa por medio de la caridad»
(Ga 5,6); y está en continuo crecimiento, gracias, particularmente, a la
escucha de la Palabra de Dios y a la oración. Ella nos hace pregustar
desde ahora el gozo del cielo.
29. ¿Por qué afirmamos que no
hay contradicción entre la fe y la ciencia?
159
Aunque la fe supera a la razón, no
puede nunca haber contradicción entre la fe y la ciencia, ya que ambas tienen
su origen en Dios. Es Dios mismo quien da al hombre tanto la luz de la razón
como la fe.
«Cree para comprender y
comprende para creer» (San Agustín)
CREEMOS
30. ¿Por qué la fe es un acto
personal y al mismo tiempo eclesial?
166-169
181
181
La fe es un acto personal en cuanto
es respuesta libre del hombre a Dios que se revela. Pero, al mismo tiempo, es
un acto eclesial, que se manifiesta en la expresión «creemos», porque,
efectivamente, es la Iglesia quien cree, de tal modo que Ella, con la gracia
del Espíritu Santo, precede, engendra y alimenta la fe de cada uno: por esto la
Iglesia es Madre y Maestra.
«Nadie puede tener a Dios por
Padre si no tiene a la Iglesia por Madre»
(San Cipriano)
(San Cipriano)
31. ¿Por qué son importantes las
fórmulas de la fe?
170-171
Las fórmulas de la fe son
importantes porque nos permiten expresar, asimilar, celebrar y compartir con
los demás las verdades de la fe, utilizando un lenguaje común.
32. ¿En qué sentido la fe de la
Iglesia es una sola?
172-175
182
182
La Iglesia, aunque formada por
personas diversas por razón de lengua, cultura y ritos, profesa con voz unánime
la única fe, recibida de un solo Señor y transmitida por la única Tradición
Apostólica. Profesa un solo Dios –Padre, Hijo y Espíritu Santo– e indica un
solo camino de salvación. Por tanto, creemos, con un solo corazón y una sola
alma, todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios escrita o transmitida
y es propuesto por la Iglesia para ser creído como divinamente revelado.
EL CREDO
Símbolo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor,
Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir
a juzgar a vivos y muertos.
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor,
Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir
a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Credo
Niceno-Constantinopolitano
Niceno-Constantinopolitano
Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe
una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe
una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica.
santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los
muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Symbolum Apostolicum
Credo in Deum, Patrem omnipoténtem,
Creatórem caeli et terrae,
et in Iesum Christum, Filium Eius únicum,
Dóminum nostrum,
qui conceptus est de Spiritu Sancto,
natus ex María Virgine,
passus sub Póntio Piláto,
crucifixus, mórtuus, et sepúltus,
descendit ad ínferos, tértia die resurréxit
a mórtuis, ascéndit ad caelos, sedet
ad déxteram Dei Patris omnipoténtis,
inde ventúrus est iudicáre vivos
et mórtuos.
Creatórem caeli et terrae,
et in Iesum Christum, Filium Eius únicum,
Dóminum nostrum,
qui conceptus est de Spiritu Sancto,
natus ex María Virgine,
passus sub Póntio Piláto,
crucifixus, mórtuus, et sepúltus,
descendit ad ínferos, tértia die resurréxit
a mórtuis, ascéndit ad caelos, sedet
ad déxteram Dei Patris omnipoténtis,
inde ventúrus est iudicáre vivos
et mórtuos.
Et in Spíritum Sanctum,
sanctam Ecclésiam cathólicam,
sanctórum communiónem,
remissiónem peccatórum,
carnis resurrectiónem,
vitam aetérnam.
Amen.
sanctam Ecclésiam cathólicam,
sanctórum communiónem,
remissiónem peccatórum,
carnis resurrectiónem,
vitam aetérnam.
Amen.
Symbolum
Nicaenum-Constantinopolitanum
Nicaenum-Constantinopolitanum
Credo in unum Deum,
Patrem omnipoténtem,
Factórem caeli et terrae,
visibílium ómnium et invisibílium.
Et in unum Dóminum Iesum Christum,
Filium Dei unigénitum
et ex Patre natum ante ómnia saécula:
Deum de Deo,
Lumen de Lúmine,
Deum verum de Deo vero,
génitum, non factum,
consubstantiálem Patri:
per quem ómnia facta sunt;
qui propter nos hómines et proper nostram
salútem, descéndit de caelis,
et incarnátus est de Spíritu Sancto
ex María Virgine et homo factus est,
crucifixus etiam pro nobis
sub Póntio Piláto,
passus et sepúltus est,
et resurréxit tértia die secúndum Scriptúras,
et ascendit in coelum, sedet ad déxteram Patris,
et íterum ventúrus est cum glória,
iudicáre vivos et mórtuos,
cuius regni non erit finis.
Patrem omnipoténtem,
Factórem caeli et terrae,
visibílium ómnium et invisibílium.
Et in unum Dóminum Iesum Christum,
Filium Dei unigénitum
et ex Patre natum ante ómnia saécula:
Deum de Deo,
Lumen de Lúmine,
Deum verum de Deo vero,
génitum, non factum,
consubstantiálem Patri:
per quem ómnia facta sunt;
qui propter nos hómines et proper nostram
salútem, descéndit de caelis,
et incarnátus est de Spíritu Sancto
ex María Virgine et homo factus est,
crucifixus etiam pro nobis
sub Póntio Piláto,
passus et sepúltus est,
et resurréxit tértia die secúndum Scriptúras,
et ascendit in coelum, sedet ad déxteram Patris,
et íterum ventúrus est cum glória,
iudicáre vivos et mórtuos,
cuius regni non erit finis.
Credo
in Spíritum Sanctum,
Dóminum et vivificántem,
qui ex Patre Filióque procédit,
qui cum Patre et Fílio simul
adorátur et conglorificátur,
qui locútus est per Prophétas.
Dóminum et vivificántem,
qui ex Patre Filióque procédit,
qui cum Patre et Fílio simul
adorátur et conglorificátur,
qui locútus est per Prophétas.
Et
unam sanctam cathólicam
et apostólicam Ecclésiam.
et apostólicam Ecclésiam.
Confíteor
unum Baptísma in
remissiónem peccatórum.
remissiónem peccatórum.
Et exspécto resurrectiónem
mortuórum,
et vitam ventúri saéculi.
Amen.
et vitam ventúri saéculi.
Amen.
CREO EN DIOS PADRE
LOS
SÍMBOLOS DE LA FE
33. ¿Qué son los símbolos de la
fe?
185-188
199.197
199.197
Los símbolos de la fe, también
llamados «profesiones de fe» o «Credos», son fórmulas articuladas con las que
la Iglesia, desde sus orígenes, ha expresado sintéticamente la propia fe, y la
ha transmitido con un lenguaje común y normativo para todos los fieles.
34. ¿Cuáles son los símbolos de
la fe más antiguos?
189-191
Los símbolos de la fe más antiguos
son los bautismales. Puesto que el Bautismo se administra «en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19), las verdades de
fe allí profesadas son articuladas según su referencia a las tres Personas de
la Santísima Trinidad.
35. ¿Cuáles son los símbolos de
la fe más importantes?
193-195
Los símbolos de la fe más
importantes son: el Símbolo de los Apóstoles, que es el antiguo símbolo
bautismal de la Iglesia de Roma, y el Símbolo niceno-constantinopolitano,
que es fruto de los dos primeros Concilios Ecuménicos de Nicea (325) y de
Constantinopla (381), y que sigue siendo aún hoy el símbolo común a todas las
grandes Iglesias de Oriente y Occidente.
«CREO
EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO,
CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA»
CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA»
36. ¿Por qué la profesión de fe
comienza con «Creo en Dios»?
198-199
La profesión de fe comienza con la
afirmación «Creo en Dios» porque es la más importante: la fuente de todas las
demás verdades sobre el hombre y sobre el mundo y de toda la vida del que cree
en Dios.
37. ¿Por qué profesamos un solo
Dios?
200-202
228
228
Profesamos un solo Dios
porque Él se ha revelado al pueblo de Israel como el Único, cuando dice:
«escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el Único Señor» (Dt 6, 4), «no
existe ningún otro» (Is 45, 22). Jesús mismo lo ha confirmado: Dios «es
el único Señor» (Mc 12, 29). Profesar que Jesús y el Espíritu Santo son
también Dios y Señor no introduce división alguna en el Dios Único.
38. ¿Con qué nombre se revela
Dios?
203-205
230-231
230-231
Dios se revela a Moisés como el
Dios vivo: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac
y el Dios de Jacob» (Ex 3, 6). Al mismo Moisés Dios le revela su Nombre
misterioso: «Yo soy el que soy (YHWH)» (Ex 3, 14). El nombre inefable de
Dios, ya en los tiempos del Antiguo Testamento, fue sustituido por la palabra Señor.
De este modo en el Nuevo Testamento, Jesús, llamado el Señor, aparece
como verdadero Dios.
39. ¿Sólo Dios «es»?
212-213
Mientras las criaturas han recibido
de Él todo su ser y su poseer, sólo Dios es en sí mismo la plenitud del ser y
de toda perfección. Él es «el que es», sin origen y sin fin. Jesús revela que
también Él lleva el Nombre divino, «Yo soy» (Jn 8, 28).
40. ¿Por qué es importante la
revelación del nombre de Dios?
206-213
Al revelar su Nombre, Dios da a
conocer las riquezas contenidas en su misterio inefable: sólo Él es, desde
siempre y por siempre, el que transciende el mundo y la historia. Él es quien
ha hecho cielo y tierra. Él es el Dios fiel, siempre cercano a su pueblo para
salvarlo. Él es el Santo por excelencia, «rico en misericordia» (Ef 2,
4), siempre dispuesto al perdón. Dios es el Ser espiritual, trascendente,
omnipotente, eterno, personal y perfecto. Él es la verdad y el amor.
«Dios es el ser infinitamente
perfecto que es la Santísima Trinidad»
(Santo Toribio de Mogrovejo)
41. ¿En qué sentido Dios es la
verdad?
214-217
231
231
Dios es la Verdad misma y como tal
ni se engaña ni puede engañar. «Dios es luz, en Él no hay tiniebla alguna» (1
Jn 1, 5). El Hijo eterno de Dios, sabiduría encarnada, ha sido enviado al
mundo «para dar testimonio de la Verdad» (Jn 18, 37).
42. ¿De qué modo Dios revela que
Él es amor?
218-221
Dios se revela a Israel como Aquel
que tiene un amor más fuerte que el de un padre o una madre por sus hijos o el
de un esposo por su esposa. Dios en sí mismo «es amor» (1 Jn 4, 8.16),
que se da completa y gratuitamente; que «tanto amó al mundo que dio a su Hijo
único para que el mundo se salve por él» (Jn 3, 16-17). Al mandar a su
Hijo y al Espíritu Santo, Dios revela que Él mismo es eterna comunicación de
amor.
43. ¿Qué consecuencias tiene
creer en un solo Dios?
222-227
229
229
Creer en Dios, el Único, comporta:
conocer su grandeza y majestad; vivir en acción de gracias; confiar siempre en
Él, incluso en la adversidad; reconocer la unidad y la verdadera dignidad de
todos los hombres, creados a imagen de Dios; usar rectamente de las cosas
creadas por Él.
44. ¿Cuál es el misterio central
de la fe y de la vida cristiana?
232-237
El misterio central de la fe y de
la vida cristiana es el misterio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son
bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
45. ¿Puede la razón humana
conocer, por sí sola, el misterio de la Santísima Trinidad?
237
Dios ha dejado huellas de su ser
trinitario en la creación y en el Antiguo Testamento, pero la intimidad de su
ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón
humana e incluso a la fe de Israel, antes de la Encarnación del Hijo de Dios y
del envío del Espíritu Santo. Este misterio ha sido revelado por Jesucristo, y
es la fuente de todos los demás misterios.
46. ¿Qué nos revela Jesucristo
acerca del misterio del Padre?
240-243
Jesucristo nos revela que Dios es
«Padre», no sólo en cuanto es Creador del universo y del hombre sino, sobre
todo, porque engendra eternamente en su seno al Hijo, que es su Verbo,
«resplandor de su gloria e impronta de su sustancia» (Hb 1, 3).
47. ¿Quién es el Espíritu Santo,
que Jesucristo nos ha revelado?
243-248
El Espíritu Santo es la tercera
Persona de la Santísima Trinidad. Es Dios, uno e igual al Padre y al Hijo;
«procede del Padre» (Jn 15, 26), que es principio sin principio y origen
de toda la vida trinitaria. Y procede también del Hijo (Filioque), por
el don eterno que el Padre hace al Hijo. El Espíritu Santo, enviado por el
Padre y por el Hijo encarnado, guía a la Iglesia hasta el conocimiento de la
«verdad plena» (Jn 16, 13).
48. ¿Cómo expresa la Iglesia su
fe trinitaria?
249-256
266
266
La Iglesia expresa su fe trinitaria
confesando un solo Dios en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las
tres divinas Personas son un solo Dios porque cada una de ellas es idéntica a
la plenitud de la única e indivisible naturaleza divina. Las tres son realmente
distintas entre sí, por sus relaciones recíprocas: el Padre engendra al Hijo,
el Hijo es engendrado por el Padre, el Espíritu Santo procede del Padre y del
Hijo.
49. ¿Cómo obran las tres divinas
Personas?
257-260
267
267
Inseparables en su única sustancia,
las divinas Personas son también inseparables en su obrar: la Trinidad tiene
una sola y misma operación. Pero en el único obrar divino, cada Persona se hace
presente según el modo que le es propio en la Trinidad.
«Dios mío, Trinidad a quien
adoro... pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de
tu reposo. Que yo no te deje jamás solo en ella, sino que yo esté allí
enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoración, entregada sin
reservas a tu acción creadora» (Beata
Isabel de la Trinidad)
50. ¿Qué significa que Dios es
Todopoderoso?
268-278
Dios se ha revelado como «el
Fuerte, el Valeroso» (Sal 24, 8), aquel para quien «nada es imposible» (Lc
1, 37). Su omnipotencia es universal, misteriosa y se manifiesta en la creación
del mundo de la nada y del hombre por amor, pero sobre todo en la Encarnación y
en la Resurrección de su Hijo, en el don de la adopción filial y en el perdón
de los pecados. Por esto la Iglesia en su oración se dirige a «Dios
todopoderoso y eterno» («Omnipotens sempiterne Deus...»).
51. ¿Por qué es importante
afirmar que «en el principio Dios creó el cielo y la tierra» (Gn 1, 1)?
279-289
315
315
Es importante afirmar que en el
principio Dios creó el cielo y la tierra porque la creación es el fundamento de
todos los designios salvíficos de Dios; manifiesta su amor omnipotente y lleno
de sabiduría; es el primer paso hacia la Alianza del Dios único con su pueblo;
es el comienzo de la historia de la salvación, que culmina en Cristo; es la
primera respuesta a los interrogantes fundamentales sobre nuestro origen y
nuestro fin.
52. ¿Quién ha creado el mundo?
290-292
316
316
El Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo son el principio único e indivisible del mundo, aunque la obra de la
Creación se atribuye especialmente a Dios Padre.
53. ¿Para qué ha sido creado el
mundo?
293-294
319
319
El mundo ha sido creado para gloria
de Dios, el cual ha querido manifestar y comunicar su bondad, verdad y belleza.
El fin último de la Creación es que Dios, en Cristo, pueda ser «todo en todos»
(1 Co 15, 28), para gloria suya y para nuestra felicidad.
«Porque la gloria de Dios es el
que el hombre viva, y la vida del hombre es la visión de Dios» (San Ireneo de Lyon)
54. ¿Cómo ha creado Dios el
universo?
295-301
317-320
317-320
Dios ha creado el universo
libremente con sabiduría y amor. El mundo no es el fruto de una necesidad, de
un destino ciego o del azar. Dios crea «de la nada» (–ex nihilo–: 2 M
7, 28) un mundo ordenado y bueno, que Él transciende de modo infinito. Dios
conserva en el ser el mundo que ha creado y lo sostiene, dándole la capacidad
de actuar y llevándolo a su realización, por medio de su Hijo y del Espíritu
Santo.
55. ¿En qué consiste la
Providencia divina?
302-306
321
321
La divina Providencia consiste en
las disposiciones con las que Dios conduce a sus criaturas a la perfección
última, a la que Él mismo las ha llamado. Dios es el autor soberano de su
designio. Pero para realizarlo se sirve también de la cooperación de sus
criaturas, otorgando al mismo tiempo a éstas la dignidad de obrar por sí mismas,
de ser causa unas de otras.
56. ¿Cómo colabora el hombre con
la Providencia divina?
307-308
323
323
Dios otorga y pide al hombre,
respetando su libertad, que colabore con la Providencia mediante sus acciones,
sus oraciones, pero también con sus sufrimientos, suscitando en el hombre «el
querer y el obrar según sus misericordiosos designios» (Flp 2, 13).
57. Si Dios es todopoderoso y
providente ¿por qué entonces existe el mal?
309-310
324. 400
324. 400
Al interrogante, tan doloroso como
misterioso, sobre la existencia del mal solamente se puede dar respuesta desde
el conjunto de la fe cristiana. Dios no es, en modo alguno, ni directa ni
indirectamente, la causa del mal. Él ilumina el misterio del mal en su Hijo
Jesucristo, que ha muerto y ha resucitado para vencer el gran mal moral, que es
el pecado de los hombres y que es la raíz de los restantes males.
58. ¿Por qué Dios permite el
mal?
311-314
324
324
La fe nos da la certeza de que Dios
no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del mal mismo. Esto Dios lo ha
realizado ya admirablemente con ocasión de la muerte y resurrección de Cristo:
en efecto, del mayor mal moral, la muerte de su Hijo, Dios ha sacado el mayor
de los bienes, la glorificación de Cristo y nuestra redención.
El cielo y la tierra
59. ¿Qué ha creado Dios?
325-327
La Sagrada Escritura dice: «en el
principio creó Dios el cielo y la tierra» (Gn 1, 1). La Iglesia, en su
profesión de fe, proclama que Dios es el creador de todas las cosas visibles e
invisibles: de todos los seres espirituales y materiales, esto es, de los
ángeles y del mundo visible y, en particular, del hombre.
60. ¿Quiénes son los ángeles?
328-333
350-351
350-351
Los ángeles son criaturas puramente
espirituales, incorpóreas, invisibles e inmortales; son seres personales
dotados de inteligencia y voluntad. Los ángeles, contemplando cara a cara
incesantemente a Dios, lo glorifican, lo sirven y son sus mensajeros en el
cumplimiento de la misión de salvación para todos los hombres.
61. ¿De qué modo los ángeles
están presentes en la vida de la Iglesia?
334-336
352
352
La Iglesia se une a los ángeles
para adorar a Dios, invoca la asistencia de los ángeles y celebra
litúrgicamente la memoria de algunos de ellos.
«Cada fiel tiene a su lado un
ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida» (San Basilio Magno)
62. ¿Qué enseña la Sagrada
Escritura sobre la Creación del mundo visible?
337-344
A través del relato de los «seis
días» de la Creación, la Sagrada Escritura nos da a conocer el valor de todo lo
creado y su finalidad de alabanza a Dios y de servicio al hombre. Todas las
cosas deben su propia existencia a Dios, de quien reciben la propia bondad y
perfección, sus leyes y lugar en el universo.
63. ¿Cuál es el lugar del hombre
en la Creación?
343-344
353
353
El hombre es la cumbre de la
Creación visible, pues ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.
64. ¿Qué tipo de relación existe
entre las cosas creadas?
342
354
354
Entre todas las criaturas existe
una interdependencia y jerarquía, queridas por Dios. Al mismo tiempo, entre las
criaturas existe una unidad y solidaridad, porque todas ellas tienen el mismo
Creador, son por Él amadas y están ordenadas a su gloria. Respetar las leyes
inscritas en la creación y las relaciones que dimanan de la naturaleza de las
cosas es, por lo tanto, un principio de sabiduría y un fundamento de la moral.
65. ¿Qué relación existe entre
la obra de la Creación y la de la Redención?
345-349
La obra de la Creación culmina en
la obra aún más grande de la Redención. Con ésta, de hecho, se inicia la nueva
Creación, en la cual todo hallará de nuevo su pleno sentido y cumplimiento.
El hombre
66. ¿En qué sentido el hombre es
creado «a imagen de Dios?»
355-357
El hombre ha sido creado a imagen
de Dios, en el sentido de que es capaz de conocer y amar libremente a su propio
Creador. Es la única criatura sobre la tierra a la que Dios ama por sí misma, y
a la que llama a compartir su vida divina, en el conocimiento y en el amor. El
hombre, en cuanto creado a imagen de Dios, tiene la dignidad de persona: no es
solamente algo, sino alguien capaz de conocerse, de darse libremente y de
entrar en comunión con Dios y las otras personas.
67. ¿Para qué fin ha creado Dios
al hombre?
358-359
Dios ha creado todo para el hombre,
pero el hombre ha sido creado para conocer, servir y amar a Dios, para ofrecer
en este mundo toda la Creación a Dios en acción de gracias, y para ser elevado
a la vida con Dios en el cielo. Solamente en el misterio del Verbo encarnado
encuentra verdadera luz el misterio del hombre, predestinado a reproducir la imagen
del Hijo de Dios hecho hombre, que es la perfecta «imagen de Dios invisible» (Col
1, 15).
68. ¿Por qué los hombres forman
una unidad?
360-361
Todos los hombres forman la unidad
del género humano por el origen común que les viene de Dios. Además Dios ha
creado «de un solo principio, todo el linaje humano» (Hch 17, 26).
Finalmente, todos tienen un único Salvador y todos están llamados a compartir
la eterna felicidad de Dios.
69. ¿De qué manera el cuerpo y
el alma forman en el hombre una unidad?
362-365
382
382
La persona humana es, al mismo
tiempo, un ser corporal y espiritual. En el hombre el espíritu y la materia
forman una única naturaleza. Esta unidad es tan profunda que, gracias al
principio espiritual, que es el alma, el cuerpo, que es material, se hace
humano y viviente, y participa de la dignidad de la imagen de Dios.
70. ¿Quién da el alma al hombre?
366-368
382
382
El alma espiritual no viene de los
progenitores, sino que es creada directamente por Dios, y es inmortal. Al
separarse del cuerpo en el momento de la muerte, no perece; se unirá de nuevo
al cuerpo en el momento de la resurrección final.
71. ¿Qué relación ha establecido
Dios entre el hombre y la mujer?
369-373
383
383
El hombre y la mujer han sido
creados por Dios con igual dignidad en cuanto personas humanas y, al mismo
tiempo, con una recíproca complementariedad en cuanto varón y mujer. Dios los
ha querido el uno para el otro, para una comunión de personas. Juntos están
también llamados a transmitir la vida humana, formando en el matrimonio «una
sola carne» (Gn 2, 24), y a dominar la tierra como «administradores» de
Dios.
72. ¿Cuál era la condición
original del hombre según el designio de Dios?
374-379
384
384
Al crear al hombre y a la mujer,
Dios les había dado una especial participación de la vida divina, en un estado
de santidad y justicia. En este proyecto de Dios, el hombre no habría debido
sufrir ni morir. Igualmente reinaba en el hombre una armonía perfecta consigo
mismo, con el Creador, entre hombre y mujer, así como entre la primera pareja
humana y toda la Creación.
La caída
73. ¿Cómo se comprende la
realidad del pecado?
385-389
En la historia del hombre está
presente el pecado. Esta realidad se esclarece plenamente sólo a la luz de la
divina Revelación y, sobre todo, a la luz de Cristo, el Salvador de todos, que
ha hecho que la gracia sobreabunde allí donde había abundado el pecado.
74. ¿Qué es la caída de los
ángeles?
391-395
414
414
Con la expresión «la caída de los
ángeles» se indica que Satanás y los otros demonios, de los que hablan la
Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia, eran inicialmente ángeles
creados buenos por Dios, que se transformaron en malvados porque rechazaron a
Dios y a su Reino, mediante una libre e irrevocable elección, dando así origen
al infierno. Los demonios intentan asociar al hombre a su rebelión contra Dios,
pero Dios afirma en Cristo su segura victoria sobre el Maligno.
75. ¿En qué consiste el primer
pecado del hombre?
396-403
415-417
415-417
El hombre, tentado por el diablo,
dejó apagarse en su corazón la confianza hacia su Creador y, desobedeciéndole,
quiso «ser como Dios» (Gn 3, 5), sin Dios, y no según Dios. Así Adán y
Eva perdieron inmediatamente, para sí y para todos sus descendientes, la gracia
de la santidad y de la justicia originales.
76. ¿Qué es el pecado original?
404
419
419
El pecado original, en el que todos
los hombres nacen, es el estado de privación de la santidad y de la justicia
originales. Es un pecado «contraído» no «cometido» por nosotros; es una
condición de nacimiento y no un acto personal. A causa de la unidad de origen
de todos los hombres, el pecado original se transmite a los descendientes de
Adán con la misma naturaleza humana, «no por imitación sino por propagación».
Esta transmisión es un misterio que no podemos comprender plenamente.
77. ¿Qué otras consecuencias
provoca el pecado original?
405-409
418
418
Como consecuencia del pecado
original, la naturaleza humana, aun sin estar totalmente corrompida, se halla
herida en sus propias fuerzas naturales, sometida a la ignorancia, al sufrimiento
y al poder de la muerte, e inclinada al pecado. Esta inclinación al mal se
llama concupiscencia.
78. ¿Qué ha hecho Dios después
del primer pecado del hombre?
410-412
420
420
Después del primer pecado, el mundo
ha sido inundado de pecados, pero Dios no ha abandonado al hombre al poder de
la muerte, antes al contrario, le predijo de modo misterioso –en el
«Protoevangelio» (Gn 3, 15)– que el mal sería vencido y el hombre
levantado de la caída. Se trata del primer anuncio del Mesías Redentor. Por
ello, la caída será incluso llamada feliz culpa, porque «ha merecido tal
y tan grande Redentor» (Liturgia de la Vigilia pascual).
79. ¿Cuál es la Buena Noticia
para el hombre?
422-424
La Buena Noticia es el anuncio de
Jesucristo, «el Hijo de Dios vivo» (Mt 16, 16), muerto y resucitado. En
tiempos del rey Herodes y del emperador César Augusto, Dios cumplió las
promesas hechas a Abraham y a su descendencia, enviando «a su Hijo, nacido de
mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y
para que recibiéramos la filiación adoptiva» (Ga 4, 4-5).
80. ¿Cómo se difunde esta Buena
Noticia?
425-429
Desde el primer momento, los
discípulos desearon ardientemente anunciar a Cristo, a fin de llevar a todos
los hombres a la fe en Él. También hoy, el deseo de evangelizar y catequizar,
es decir, de revelar en la persona de Cristo todo el designio de Dios, y de
poner a la humanidad en comunión con Jesús, nace de este conocimiento amoroso
de Cristo.
CREO EN
JESUCRISTO, SU ÚNICO HIJO, NUESTRO SEÑOR
81. ¿Qué significa el nombre de
Jesús?
430-435
452
452
El nombre de Jesús, dado por el
ángel en el momento de la Anunciación, significa «Dios salva». Expresa, a la
vez, su identidad y su misión, «porque él salvará al pueblo de sus pecados» (Mt
1, 21). Pedro afirma que «bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda
salvarnos» (Hch 4, 12).
82. ¿Por qué Jesús es llamado
Cristo?
436-440
453
453
«Cristo», en griego, y «Mesías», en
hebreo, significan «ungido». Jesús es el Cristo porque ha sido consagrado por
Dios, ungido por el Espíritu Santo para la misión redentora. Él es el Mesías
esperado por Israel y enviado al mundo por el Padre. Jesús ha aceptado el
título de Mesías, precisando, sin embargo, su sentido: «bajado del cielo» (Jn
3, 13), crucificado y después resucitado, Él es el siervo sufriente «que da su
vida en rescate por muchos» (Mt 20, 28). Del nombre de Cristo nos viene
el nombre de cristianos.
83. ¿En qué sentido Jesús es el
«Hijo unigénito de Dios»?
441-445
454
454
Jesús es el Hijo unigénito de Dios
en un sentido único y perfecto. En el momento del Bautismo y de la
Transfiguración, la voz del Padre señala a Jesús como su «Hijo predilecto». Al
presentarse a sí mismo como el Hijo, que «conoce al Padre» (Mt 11, 27),
Jesús afirma su relación única y eterna con Dios su Padre. Él es «el Hijo
unigénito de Dios» (1 Jn 4, 9), la segunda Persona de la Trinidad. Es el
centro de la predicación apostólica: los Apóstoles han visto su gloria, «que
recibe del Padre como Hijo único» (Jn 1, 14).
84. ¿Qué significa el título de
«Señor»?
446-451
455
455
En la Biblia, el título de «Señor»
designa ordinariamente al Dios soberano. Jesús se lo atribuye a sí mismo, y
revela su soberanía divina mediante su poder sobre la naturaleza, sobre los
demonios, sobre el pecado y sobre la muerte, y sobre todo con su Resurrección.
Las primeras confesiones de fe cristiana proclaman que el poder, el honor y la
gloria que se deben a Dios Padre se le deben también a Jesús: Dios «le ha dado
el nombre sobre todo nombre» (Flp 2, 9). Él es el Señor del mundo y de
la historia, el único a quien el hombre debe someter de modo absoluto su propia
libertad personal.
JESUCRISTO
FUE CONCEBIDO
POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO
Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN
POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO
Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN
85. ¿Por qué el Hijo de Dios se
hizo hombre?
456-460
El Hijo de Dios se encarnó en el
seno de la Virgen María, por obra del Espíritu Santo, por nosotros los hombres
y por nuestra salvación: es decir, para reconciliarnos a nosotros pecadores con
Dios, darnos a conocer su amor infinito, ser nuestro modelo de santidad y
hacernos «partícipes de la naturaleza divina» (2 P 1, 4).
86. ¿Qué significa la palabra
«Encarnación»?
461-463
483
483
La Iglesia llama «Encarnación» al
misterio de la unión admirable de la naturaleza divina y la naturaleza humana
de Jesús en la única Persona divina del Verbo. Para llevar a cabo nuestra
salvación, el Hijo de Dios se ha hecho «carne» (Jn 1, 14), haciéndose
verdaderamente hombre. La fe en la Encarnación es signo distintivo de la fe cristiana.
87. ¿De qué modo Jesucristo es
verdadero Dios y verdadero hombre?
464-467
469
469
En la unidad de su Persona divina,
Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, de manera indivisible. Él,
Hijo de Dios, «engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre», se ha
hecho verdaderamente hombre, hermano nuestro, sin dejar con ello de ser Dios,
nuestro Señor.
88. ¿Qué enseña a este propósito
el Concilio de Calcedonia (año 451)?
467
El Concilio de Calcedonia enseña
que «hay que confesar a un solo y mismo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo:
perfecto en la divinidad y perfecto en la humanidad; verdaderamente Dios y
verdaderamente hombre, compuesto de alma racional y de cuerpo; consubstancial
con el Padre según la divinidad, y consubstancial con nosotros según la
humanidad; “en todo semejante a nosotros, menos en el pecado” (Hb 4,
15); nacido del Padre antes de todos los siglos según la divinidad y, por
nosotros y nuestra salvación, nacido en estos últimos tiempos de la Virgen
María, la Madre de Dios, según la humanidad».
89. ¿Cómo expresa la Iglesia el
misterio de la Encarnación?
464-469
479-481
479-481
La Iglesia expresa el misterio de
la Encarnación afirmando que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre;
con dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la
Persona del Verbo. Por tanto, todo en la humanidad de Jesús –milagros,
sufrimientos y la misma muerte– debe ser atribuido a su Persona divina, que
obra a través de la naturaleza humana que ha asumido.
«¡Oh Hijo Unigénito y Verbo de
Dios! Tú que eres inmortal, te dignaste, para salvarnos, tomar carne de la
santa Madre de Dios y siempre Virgen María (...) Tú, Uno de la Santísima
Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo, ¡sálvanos!» (Liturgia bizantina de san Juan Crisóstomo).
90. ¿Tenía el Hijo de Dios hecho
hombre un alma con inteligencia humana?
470-474
482
482
El Hijo de Dios asumió un cuerpo
dotado de un alma racional humana. Con su inteligencia humana Jesús aprendió
muchas cosas mediante la experiencia. Pero, también como hombre, el Hijo de
Dios tenía un conocimiento íntimo e inmediato de Dios su Padre. Penetraba
asimismo los pensamientos secretos de los hombres y conocía plenamente los
designios eternos que Él había venido a revelar.
91. ¿Cómo concordaban las dos
voluntades del Verbo encarnado?
475
482
482
Jesús tenía una voluntad divina y
una voluntad humana. En su vida terrena, el Hijo de Dios ha querido humanamente
lo que Él ha decidido divinamente junto con el Padre y el Espíritu Santo para
nuestra salvación. La voluntad humana de Cristo sigue, sin oposición o
resistencia, su voluntad divina, y está subordinada a ella.
92. ¿Tenía Cristo un verdadero
cuerpo humano?
476-477
Cristo asumió un verdadero cuerpo
humano, mediante el cual Dios invisible se hizo visible. Por esta razón, Cristo
puede ser representado y venerado en las sagradas imágenes.
93. ¿Qué representa el Corazón
de Jesús?
478
Cristo nos ha conocido y amado con
un corazón humano. Su Corazón traspasado por nuestra salvación es el símbolo
del amor infinito que Él tiene al Padre y a cada uno de los hombres.
94. ¿Qué significa la expresión
«concebido por obra y gracia del Espíritu Santo»?
484-486
Que Jesús fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo significa que la Virgen María concibió al Hijo eterno
en su seno por obra del Espíritu Santo y sin la colaboración de varón: «El
Espíritu Santo vendrá sobre ti» (Lc 1, 35), le dijo el ángel en la
Anunciación.
95. «...Nacido de la Virgen
María...»: ¿por qué María es verdaderamente Madre de Dios?
495
509
509
María es verdaderamente Madre de
Dios porque es la madre de Jesús (Jn 2, 1; 19, 25). En efecto, aquél
que fue concebido por obra del Espíritu Santo y fue verdaderamente Hijo suyo,
es el Hijo eterno de Dios Padre. Es Dios mismo.
96. ¿Qué significa «Inmaculada
Concepción»?
487-492
508
508
Dios eligió gratuitamente a María
desde toda la eternidad para que fuese la Madre de su Hijo; para cumplir esta
misión fue concebida inmaculada. Esto significa que, por la gracia de
Dios y en previsión de los méritos de Jesucristo, María fue preservada del
pecado original desde el primer instante de su concepción.
97. ¿Cómo colabora María al plan
divino de la salvación?
493-494
508-511
508-511
Por la gracia de Dios, María
permaneció inmune de todo pecado personal durante toda su existencia. Ella es
la «llena de gracia» (Lc 1, 28), la «toda Santa». Y cuando el ángel le
anuncia que va a dar a luz «al Hijo del Altísimo» (Lc 1, 32), ella da
libremente su consentimiento «por obediencia de la fe» (Rm 1, 5). María
se ofrece totalmente a la Persona y a la obra de Jesús, su Hijo, abrazando con
toda su alma la voluntad divina de salvación.
98. ¿Qué significa la concepción
virginal de Jesús?
496-498
503
503
La concepción virginal de Jesús
significa que éste fue concebido en el seno de la Virgen María sólo por el
poder del Espíritu Santo, sin concurso de varón. Él es Hijo del Padre celestial
según la naturaleza divina, e Hijo de María según la naturaleza humana, pero es
propiamente Hijo de Dios según las dos naturalezas, al haber en Él una sola
Persona, la divina.
99. ¿En qué sentido María es
«siempre Virgen»?
499-507
510
510
María es siempre virgen en el
sentido de que ella «fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen al parir, Virgen
durante el embarazo, Virgen después del parto, Virgen siempre» (San Agustín).
Por tanto, cuando los Evangelios hablan de «hermanos y hermanas de Jesús», se
refieren a parientes próximos de Jesús, según una expresión empleada en la
Sagrada Escritura.
100. ¿De qué modo la maternidad
espiritual de María es universal?
501-507
511
511
María tuvo un único Hijo, Jesús,
pero en Él su maternidad espiritual se extiende a todos los hombres, que Jesús
vino a salvar. Obediente junto a Jesucristo, el nuevo Adán, la Virgen es la nueva
Eva, la verdadera madre de los vivientes, que coopera con amor de madre al
nacimiento y a la formación de todos en el orden de la gracia. Virgen y Madre,
María es la figura de la Iglesia, su más perfecta realización.
101. ¿En qué sentido toda la
vida de Cristo es Misterio?
512-521
561-562
561-562
Toda la vida de Cristo es
acontecimiento de revelación: lo que es visible en la vida terrena de Jesús
conduce a su Misterio invisible, sobre todo al Misterio de su
filiación divina: «quien me ve a mí ve al Padre» (Jn 14, 9).
Asimismo, aunque la salvación nos viene plenamente con la Cruz y la
Resurrección, la vida entera de Cristo es misterio de salvación, porque
todo lo que Jesús ha hecho, dicho y sufrido tenía como fin salvar al hombre
caído y restablecerlo en su vocación de hijo de Dios.
102. ¿Cuáles han sido las
preparaciones históricas a los Misterios de Jesús?
522-524
Ante todo hay una larga esperanza
de muchos siglos, que revivimos en la celebración litúrgica del tiempo de
Adviento. Además de la oscura espera que ha puesto en el corazón de los
paganos, Dios ha preparado la venida de su Hijo mediante la Antigua Alianza,
hasta Juan el Bautista, que es el último y el mayor de los Profetas.
103. ¿Qué nos enseña el
Evangelio sobre los Misterios del nacimiento y la infancia de Jesús?
525-530
563-564
563-564
En el Nacimiento de Jesús, la
gloria del cielo se manifiesta en la debilidad de un niño; la circuncisión
es signo de su pertenencia al pueblo hebreo y prefiguración de nuestro
Bautismo; la Epifanía es la manifestación del Rey-Mesías de Israel a
todos los pueblos; durante la presentación en el Templo, en Simeón y Ana
se concentra toda la expectación de Israel, que viene al encuentro de su
Salvador; la huida a Egipto y la matanza de los inocentes anuncian que
toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución; su retorno de
Egipto recuerda el Éxodo y presenta a Jesús como el nuevo Moisés: Él es el
verdadero y definitivo liberador.
104. ¿Qué nos enseña la vida
oculta de Jesús en Nazaret?
533-534
564
564
Durante la vida oculta en Nazaret,
Jesús permanece en el silencio de una existencia ordinaria. Nos permite así
entrar en comunión con Él en la santidad de la vida cotidiana, hecha de
oración, sencillez, trabajo y amor familiar. La sumisión a María y a José, su
padre legal, es imagen de la obediencia filial de Jesús al Padre. María y José,
con su fe, acogen el misterio de Jesús, aunque no siempre lo comprendan.
105. ¿Por qué Jesús recibe de
Juan el «Bautismo de conversión para el perdón de los pecados» (Lc 3,
3)?
535-537
565
565
Jesús recibe de Juan el Bautismo de
conversión para inaugurar su vida pública y anticipar el «Bautismo» de su
Muerte; y aunque no había en Él pecado alguno, Jesús, «el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo» (Jn 1, 29), acepta ser contado entre los
pecadores. El Padre lo proclama su «Hijo predilecto» (Mt 3, 17), y el
Espíritu viene a posarse sobre Él. El Bautismo de Jesús es la prefiguración de
nuestro bautismo.
106. ¿Qué nos revelan las
tentaciones de Jesús en el desierto?
538-540
566
566
Las tentaciones de Jesús en el
desierto recapitulan la de Adán en el paraíso y las de Israel en el desierto.
Satanás tienta a Jesús en su obediencia a la misión que el Padre le ha
confiado. Cristo, nuevo Adán, resiste, y su victoria anuncia la de su Pasión,
en la que su amor filial dará suprema prueba de obediencia. La Iglesia se une
particularmente a este Misterio en el tiempo litúrgico de la Cuaresma.
107. ¿Quién es invitado a formar
parte del Reino de Dios, anunciado y realizado por Jesús?
541-546
567
567
Jesús invita a todos los hombres a
entrar en el Reino de Dios; aún el peor de los pecadores es llamado a
convertirse y aceptar la infinita misericordia del Padre. El Reino pertenece,
ya aquí en la tierra, a quienes lo acogen con corazón humilde. A ellos les son
revelados los misterios del Reino de Dios.
108. ¿Por qué Jesús manifiesta
el Reino mediante signos y milagros?
547-550
567
567
Jesús acompaña su palabra con
signos y milagros para atestiguar que el Reino está presente en Él, el Mesías.
Si bien cura a algunas personas, Él no ha venido para abolir todos los males de
esta tierra, sino ante todo para liberarnos de la esclavitud del pecado. La
expulsión de los demonios anuncia que su Cruz se alzará victoriosa sobre «el
príncipe de este mundo» (Jn 12, 31).
109. ¿Qué autoridad confiere
Jesús a sus Apóstoles en el Reino?
551-553
567
567
Jesús elige a los Doce,
futuros testigos de su Resurrección, y los hace partícipes de su misión y de su
autoridad para enseñar, absolver los pecados, edificar y gobernar la Iglesia.
En este colegio, Pedro recibe «las llaves del Reino» (Mt 16, 19) y ocupa
el primer puesto, con la misión de custodiar la fe en su integridad y de
confirmar en ella a sus hermanos.
110. ¿Cuál es el significado de
la Transfiguración?
554-556
568
568
En la Transfiguración de Jesús
aparece ante todo la Trinidad: «el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el
Espíritu en la nube luminosa» (Santo Tomás de Aquino). Al evocar, junto a
Moisés y Elías, su «partida» (Lc 9, 31), Jesús muestra que su gloria
pasa a través de la cruz, y otorga un anticipo de su resurrección y de su
gloriosa venida, «que transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo
glorioso como el suyo» (Flp 3, 21).
«En el monte te transfiguraste,
Cristo Dios, y tus discípulos contemplaron tu gloria, en cuanto podían
comprenderla. Así, cuando te viesen crucificado entenderían que padecías
libremente y anunciarían al mundo que tú eres en verdad el resplandor del
Padre» (Liturgia bizantina).
111. ¿Cómo tuvo lugar la entrada
mesiánica de Jesús en Jerusalén?
557-560
569-570
569-570
En el tiempo establecido, Jesús
decide subir a Jerusalén para sufrir su Pasión, morir y resucitar. Como
Rey-Mesías que manifiesta la venida del Reino, entra en la ciudad montado sobre
un asno; y es acogido por los pequeños, cuya aclamación es recogida por el Sanctus
de la Misa: «¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna! (¡sálvanos!)»
(Mt 21, 9). Con la celebración de esta entrada en Jerusalén la liturgia
de la Iglesia da inicio cada año a la Semana Santa.
«JESUCRISTO
PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO,
FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y SEPULTADO»
FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y SEPULTADO»
112. ¿Por qué es tan importante
el Misterio pascual de Jesús?
571-573
El misterio pascual de Jesús, que
comprende su Pasión, Muerte, Resurrección y Glorificación, está en el centro de
la fe cristiana, porque el designio salvador de Dios se ha cumplido de una vez
por todas con la muerte redentora de su Hijo, Jesucristo.
113. ¿Bajo qué acusaciones fue
condenado Jesús?
574-576
Algunos jefes de Israel acusaron a
Jesús de actuar contra la Ley, contra el Templo de Jerusalén y,
particularmente, contra la fe en el Dios único, porque se proclamaba Hijo de
Dios. Por ello lo entregaron a Pilato para que lo condenase a muerte.
114. ¿Cómo se comportó Jesús con
la Ley de Israel?
577-582
592
592
Jesús no abolió la Ley dada por
Dios a Moisés en el Sinaí, sino que la perfeccionó, dándole su interpretación
definitiva. Él es el Legislador divino que ejecuta íntegramente esta Ley. Aún
más, es el siervo fiel que, con su muerte expiatoria, ofrece el único
sacrificio capaz de redimir todas «las transgresiones cometidas por los hombres
contra la Primera Alianza» (Hb 9, 15).
115. ¿Cuál fue la actitud de
Jesús hacia el Templo de Jerusalén?
583-586
593
593
Jesús fue acusado de hostilidad
hacia al Templo. Sin embargo, lo veneró como «la casa de su Padre» (Jn
2, 16), y allí impartió gran parte de sus enseñanzas. Pero también predijo la
destrucción del Templo, en relación con su propia muerte, y se presentó a sí
mismo como la morada definitiva de Dios en medio de los hombres.
116. ¿Contradijo Jesús la fe de
Israel en el Dios Único y Salvador?
587-591
594
594
Jesús nunca contradijo la fe en un
Dios único, ni siquiera cuando cumplía la obra divina por excelencia, que
realizaba las promesas mesiánicas y lo revelaba como igual a Dios: el perdón de
los pecados. La exigencia de Jesús de creer en Él y convertirse permite
entender la trágica incomprensión del Sanedrín, que juzgó que Jesús merecía la
muerte como blasfemo.
117. ¿Quién es responsable de la
muerte de Jesús?
595-598
La pasión y muerte de Jesús no
pueden ser imputadas indistintamente al conjunto de los judíos que vivían
entonces, ni a los restantes judíos venidos después. Todo pecador, o sea todo
hombre, es realmente causa e instrumento de los sufrimientos del Redentor; y
aún más gravemente son culpables aquellos que más frecuentemente caen en pecado
y se deleitan en los vicios, sobre todo si son cristianos.
118. ¿Por qué la muerte de
Cristo forma parte del designio de Dios?
599-605
619
619
Al fin de reconciliar consigo a
todos los hombres, destinados a la muerte a causa del pecado, Dios tomó la
amorosa iniciativa de enviar a su Hijo para que se entregara a la muerte por
los pecadores. Anunciada ya en el Antiguo Testamento, particularmente como
sacrificio del Siervo doliente, la muerte de Jesús tuvo lugar según las
Escrituras.
119. ¿De qué modo Cristo se
ofreció a sí mismo al Padre?
606-609
620
620
Toda la vida de Cristo es una
oblación libre al Padre para dar cumplimiento a su designio de salvación. Él da
«su vida como rescate por muchos» (Mc 10, 45), y así reconcilia a toda
la humanidad con Dios. Su sufrimiento y su muerte manifiestan cómo su humanidad
fue el instrumento libre y perfecto del Amor divino, que quiere la salvación de
todos los hombres.
120. ¿Cómo se manifiesta en la
última Cena la oblación de Jesús?
610-611
621
621
En la última Cena con los
Apóstoles, la víspera de su Pasión, Jesús anticipa, es decir, significa y
realiza anticipadamente la oblación libre de sí mismo: «Esto es mi Cuerpo que
será entregado por vosotros», «ésta es mi sangre que será derramada...»
(Lc 22, 19-20). De este modo, Jesús instituye, al mismo tiempo, la
Eucaristía como «memorial» (1 Co 11, 25) de su sacrificio, y a sus
Apóstoles como sacerdotes de la nueva Alianza.
121. ¿Qué sucede en la agonía
del huerto de Getsemaní?
612
En el huerto de Getsemaní, a pesar
del horror que suponía la muerte para la humanidad absolutamente santa de Aquél
que es «el autor de la vida» (Hch 3, 15), la voluntad humana del Hijo de
Dios se adhiere a la voluntad del Padre; para salvarnos acepta soportar
nuestros pecados en su cuerpo, «haciéndose obediente hasta la muerte» (Flp
2, 8).
122. ¿Cuáles son los efectos del
sacrificio de Cristo en la Cruz?
613-617
622-623
622-623
Jesús ofreció libremente su vida en
sacrificio expiatorio, es decir, ha reparado nuestras culpas con la plena
obediencia de su amor hasta la muerte. Este amor hasta el extremo (cf. Jn
13, 1) del Hijo de Dios reconcilia a la humanidad entera con el Padre. El
sacrificio pascual de Cristo rescata, por tanto, a los hombres de modo único,
perfecto y definitivo, y les abre a la comunión con Dios.
123. ¿Por qué llama Jesús a sus
discípulos a cargar con la propia Cruz?
618
Al llamar a sus discípulos a tomar
su cruz y seguirle (cf. Mt 16, 24), Jesús quiere asociar a su sacrificio
redentor a aquellos mismos que son sus primeros beneficiarios.
124. ¿En qué condiciones se
encontraba el cuerpo de Cristo mientras estaba en el sepulcro?
624-630
Cristo sufrió una verdadera muerte,
y verdaderamente fue sepultado. Pero la virtud divina preservó su cuerpo de la
corrupción.
JESUCRISTO
DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS,
AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS
AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS
125. ¿Qué eran «los infiernos» a
los que Jesús descendió»?
632-637
Los «infiernos» –distintos del
«infierno» de la condenación– constituían el estado de todos aquellos, justos e
injustos, que habían muerto antes de Cristo. Con el alma unida a su Persona
divina, Jesús tomó en los infiernos a los justos que aguardaban a su Redentor
para poder acceder finalmente a la visión de Dios. Después de haber vencido,
mediante su propia muerte, a la muerte y al diablo «que tenía el poder de la
muerte» (Hb 2, 14), Jesús liberó a los justos, que esperaban al
Redentor, y les abrió las puertas del Cielo.
126. ¿Qué lugar ocupa la
Resurrección de Cristo en nuestra fe?
631. 638
La Resurrección de Jesús es la verdad
culminante de nuestra fe en Cristo, y representa, con la Cruz, una parte
esencial del Misterio pascual.
127. ¿Qué «signos» atestiguan la
Resurrección de Cristo?
Además del signo esencial, que es
el sepulcro vacío, la Resurrección de Jesús es atestiguada por las mujeres, las
primeras que encontraron a Jesús resucitado y lo anunciaron a los Apóstoles.
Jesús después «se apareció a Cefas (Pedro) y luego a los Doce, más tarde se
apareció a más de quinientos hermanos a la vez» (1 Co 15, 5-6), y aún a
otros. Los Apóstoles no pudieron inventar la Resurrección, puesto que les
parecía imposible: en efecto, Jesús les echó en cara su incredulidad.
128. ¿Por qué la Resurrección es
también un acontecimiento trascendente?
647
656-657
656-657
La Resurrección de Cristo es un
acontecimiento trascendente porque, además de ser un evento histórico,
verificado y atestiguado mediante signos y testimonios, transciende y sobrepasa
la historia como misterio de la fe, en cuanto implica la entrada de la
humanidad de Cristo en la gloria de Dios. Por este motivo, Cristo resucitado no
se manifestó al mundo, sino a sus discípulos, haciendo de ellos sus testigos
ante el pueblo.
129. ¿Cuál es el estado del
cuerpo resucitado de Jesús?
645-646
La Resurrección de Cristo no es un
retorno a la vida terrena. Su cuerpo resucitado es el mismo que fue
crucificado, y lleva las huellas de su pasión, pero ahora participa ya de la
vida divina, con las propiedades de un cuerpo glorioso. Por esta razón Jesús
resucitado es soberanamente libre de aparecer a sus discípulos donde quiere y
bajo diversas apariencias.
130. ¿De qué modo la
Resurrección es obra de la Santísima Trinidad?
648-650
La Resurrección de Cristo es una
obra trascendente de Dios. Las tres Personas divinas actúan conjuntamente,
según lo que es propio de cada una: el Padre manifiesta su poder, el Hijo
«recobra la vida, porque la ha dado libremente» (Jn 10, 17), reuniendo
su alma y su cuerpo, que el Espíritu Santo vivifica y glorifica.
131. ¿Cuál es el sentido y el
alcance salvífico de la Resurrección?
651-655
658
658
La Resurrección de Cristo es la
culminación de la Encarnación. Es una prueba de la divinidad de Cristo,
confirma cuanto hizo y enseñó y realiza todas las promesas divinas en nuestro
favor. Además, el Resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, es el
principio de nuestra justificación y de nuestra resurrección: ya desde ahora
nos procura la gracia de la adopción filial, que es real participación de su
vida de Hijo unigénito; más tarde, al final de los tiempos, Él resucitará nuestro
cuerpo.
«JESUCRISTO
SUBIÓ A LOS CIELOS, Y ESTÁ SENTADO
A LA DERECHA DE DIOS, PADRE TODOPODEROSO»
A LA DERECHA DE DIOS, PADRE TODOPODEROSO»
132. ¿Qué representa la
Ascensión?
659-667
Cuarenta días después de haberse
mostrado a los Apóstoles bajo los rasgos de una humanidad ordinaria, que velaban
su gloria de Resucitado, Cristo subió a los cielos y se sentó a la derecha del
Padre. Desde entonces el Señor reina con su humanidad en la gloria eterna de
Hijo de Dios, intercede incesantemente ante el Padre en favor nuestro, nos
envía su Espíritu y nos da la esperanza de llegar un día junto a Él, al lugar
que nos tiene preparado.
«DESDE
ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR
A VIVOS Y MUERTOS»
A VIVOS Y MUERTOS»
133. ¿Cómo reina ahora el Señor
Jesús?
668-674
680
680
Como Señor del cosmos y de la
historia, Cabeza de su Iglesia, Cristo glorificado permanece misteriosamente en
la tierra, donde su Reino está ya presente, como germen y comienzo, en la
Iglesia. Un día volverá en gloria, pero no sabemos el momento. Por esto,
vivimos vigilantes, pidiendo: «¡Ven, Señor Jesús!» (Ap 22, 20).
134. ¿Cómo se realizará la
venida del Señor en la gloria?
675-677
680
680
Después del último estremecimiento
cósmico de este mundo que pasa, la venida gloriosa de Cristo acontecerá con el
triunfo definitivo de Dios en la Parusía y con el Juicio final. Así se consumará
el Reino de Dios.
135. ¿Cómo juzgará Cristo a los
vivos y a los muertos?
678-679
681-682
681-682
Cristo juzgará a los vivos y a los
muertos con el poder que ha obtenido como Redentor del mundo, venido para
salvar a los hombres. Los secretos de los corazones serán desvelados, así como
la conducta de cada uno con Dios y el prójimo. Todo hombre será colmado de vida
o condenado para la eternidad, según sus obras. Así se realizará «la plenitud
de Cristo» (Ef 4, 13), en la que «Dios será todo en todos» (1 Co 15,
28).
136. ¿Qué quiere decir la
Iglesia cuando confiesa: «Creo en el Espíritu Santo»?
683-686
Creer en el Espíritu Santo es
profesar la fe en la tercera Persona de la Santísima Trinidad, que procede del
Padre y del Hijo y «que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria». El Espíritu Santo «ha sido enviado a nuestros corazones» (Ga 4,
6), a fin de que recibamos la nueva vida de hijos de Dios.
137. ¿Por qué la misión del Hijo
y la del Espíritu son inseparables?
687-690
742-743
742-743
La misión del Hijo y la del
Espíritu son inseparables porque en la Trinidad indivisible, el Hijo y el
Espíritu son distintos, pero inseparables. En efecto, desde el principio hasta
el fin de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía también su Espíritu,
que nos une a Cristo en la fe, a fin de que podamos, como hijos adoptivos,
llamar a Dios «Padre» (Rm 8, 15). El Espíritu es invisible, pero lo
conocemos por medio de su acción, cuando nos revela el Verbo y cuando obra en
la Iglesia.
138. ¿Cuáles son los apelativos
del Espíritu Santo?
691-693
«Espíritu Santo» es el nombre
propio de la tercera Persona de la Santísima Trinidad. Jesús lo llama también
Espíritu Paráclito (Consolador, Abogado) y Espíritu de Verdad. El Nuevo
Testamento lo llama Espíritu de Cristo, del Señor, de Dios, Espíritu de la
gloria y de la promesa.
139. ¿Con qué símbolos se
representa al Espíritu Santo?
694-701
Son numerosos los símbolos con los
que se representa al Espíritu Santo: el agua viva, que brota del corazón
traspasado de Cristo y sacia la sed de los bautizados; la unción con el
óleo, que es signo sacramental de la Confirmación; el fuego, que
transforma cuanto toca; la nube oscura y luminosa, en la que se revela
la gloria divina; la imposición de manos, por la cual se nos da el
Espíritu; y la paloma, que baja sobre Cristo en su bautismo y permanece
en Él.
140. ¿Qué significa que el
Espíritu «habló por los Profetas»?
687-688
702-706
743
702-706
743
Con el término «Profetas» se
entiende a cuantos fueron inspirados por el Espíritu Santo para hablar en
nombre de Dios. La obra reveladora del Espíritu en las profecías del Antiguo
Testamento halla su cumplimiento en la revelación plena del misterio de Cristo
en el Nuevo Testamento.
141. ¿Cuál es la obra del Espíritu
Santo en Juan el Bautista?
717-720
El Espíritu colma con sus dones a
Juan el Bautista, el último profeta del Antiguo Testamento, quien, bajo la
acción del Espíritu, es enviado para que «prepare al Señor un pueblo bien
dispuesto» (Lc 1, 17) y anunciar la venida de Cristo, Hijo de Dios:
aquel sobre el que ha visto descender y permanecer el Espíritu, «aquel que
bautiza en el Espíritu» (Jn 1, 33).
142. ¿Cuál es la obra del
Espíritu Santo en María?
721-726
744
744
El Espíritu Santo culmina en María
las expectativas y la preparación del Antiguo Testamento para la venida de
Cristo. De manera única la llena de gracia y hace fecunda su virginidad, para
dar a luz al Hijo de Dios encarnado. Hace de Ella la Madre del «Cristo total»,
es decir, de Jesús Cabeza y de la Iglesia su cuerpo. María está presente entre
los Doce el día de Pentecostés, cuando el Espíritu inaugura los «últimos
tiempos» con la manifestación de la Iglesia.
143. ¿Qué relación existe entre
el Espíritu y Jesucristo, en su misión en la tierra?
727-730
745-746
745-746
Desde el primer instante de la
Encarnación, el Hijo de Dios, por la unción del Espíritu Santo, es consagrado
Mesías en su humanidad. Jesucristo revela al Espíritu con su enseñanza,
cumpliendo la promesa hecha a los Padres, y lo comunica a la Iglesia naciente,
exhalando su aliento sobre los Apóstoles después de su Resurrección.
144. ¿Qué sucedió el día de
Pentecostés?
731-732
738
738
En Pentecostés, cincuenta días
después de su Resurrección, Jesucristo glorificado infunde su Espíritu en
abundancia y lo manifiesta como Persona divina, de modo que la Trinidad Santa
queda plenamente revelada. La misión de Cristo y del Espíritu se convierte en
la misión de la Iglesia, enviada para anunciar y difundir el misterio de la
comunión trinitaria.
«Hemos visto la verdadera Luz,
hemos recibido el Espíritu celestial,
hemos encontrado la verdadera fe: adoramos la Trinidad indivisible porque
Ella nos ha salvado» (Liturgia bizantina. Tropario de las vísperas de Pentecostés).
hemos encontrado la verdadera fe: adoramos la Trinidad indivisible porque
Ella nos ha salvado» (Liturgia bizantina. Tropario de las vísperas de Pentecostés).
145. ¿Qué hace el Espíritu Santo
en la Iglesia?
733-741
747
747
El Espíritu Santo edifica, anima y
santifica a la Iglesia; como Espíritu de Amor, devuelve a los bautizados la
semejanza divina, perdida a causa del pecado, y los hace vivir en Cristo la
vida misma de la Trinidad Santa. Los envía a dar testimonio de la Verdad de
Cristo y los organiza en sus respectivas funciones, para que todos den «el
fruto del Espíritu» (Ga 5, 22).
146. ¿Cómo actúan Cristo y su
Espíritu en el corazón de los bautizados?
738-741
Por medio de los sacramentos,
Cristo comunica su Espíritu a los miembros de su Cuerpo, y la gracia de Dios,
que da frutos de vida nueva, según el Espíritu. El Espíritu Santo,
finalmente, es el Maestro de la oración.
«CREO EN LA SANTA IGLESIA CATÓLICA»
La Iglesia en el designio de Dios
La Iglesia en el designio de Dios
147. ¿Qué designamos con la
palabra «Iglesia»?
751-752
777. 804
777. 804
Con el término «Iglesia» se designa
al pueblo que Dios convoca y reúne desde todos los confines de la tierra, para
constituir la asamblea de todos aquellos que, por la fe y el Bautismo, han sido
hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templo del Espíritu Santo.
148. ¿Hay otros nombres e
imágenes con los que la Biblia designe a la Iglesia?
753-757
En la Sagrada Escritura encontramos
muchas imágenes que ponen de relieve aspectos complementarios del misterio de
la Iglesia. El Antiguo Testamento prefiere imágenes ligadas al Pueblo de
Dios; el Nuevo Testamento aquellas vinculadas a Cristo como Cabeza de este
pueblo, que es su Cuerpo, y las imágenes sacadas de la vida pastoril (redil,
grey, ovejas), agrícola (campo, olivo, viña), de la construcción (morada,
piedra, templo) y familiar (esposa, madre, familia).
149. ¿Cuál es el origen y la
consumación de la Iglesia?
758-766
778
778
La Iglesia tiene su origen y
realización en el designio eterno de Dios. Fue preparada en la Antigua Alianza
con la elección de Israel, signo de la reunión futura de todas las naciones.
Fundada por las palabras y las acciones de Jesucristo, fue realizada, sobre
todo, mediante su muerte redentora y su Resurrección. Más tarde, se manifestó
como misterio de salvación mediante la efusión del Espíritu Santo en
Pentecostés. Al final de los tiempos, alcanzará su consumación como asamblea
celestial de todos los redimidos.
150. ¿Cuál es la misión de la
Iglesia?
767-769
La misión de la Iglesia es la de
anunciar e instaurar entre todos los pueblos el Reino de Dios inaugurado por
Jesucristo. La Iglesia es el germen e inicio sobre la tierra de este Reino de
salvación.
151. ¿En qué sentido la Iglesia
es Misterio?
770-773
779
779
La Iglesia es Misterio en
cuanto que en su realidad visible se hace presente y operante una realidad
espiritual y divina, que se percibe solamente con los ojos de la fe.
152. ¿Qué significa que la
Iglesia es sacramento universal de salvación?
774-776
780
780
La Iglesia es sacramento universal
de salvación en cuanto es signo e instrumento de la reconciliación y la
comunión de toda la humanidad con Dios, así como de la unidad de todo el género
humano.
La
Iglesia: Pueblo de Dios, cuerpo de Cristo,
templo del Espíritu Santo
templo del Espíritu Santo
153. ¿Por qué la Iglesia es el
Pueblo de Dios?
781
802-804
802-804
La Iglesia es el Pueblo de Dios
porque Él quiso santificar y salvar a los hombres no aisladamente, sino
constituyéndolos en un solo pueblo, reunido en la unidad del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo.
154. ¿Cuáles son las
características del Pueblo de Dios?
782
Este pueblo, del que se llega a ser
miembro mediante la fe en Cristo y el Bautismo, tiene por origen a Dios
Padre, por cabeza a Jesucristo, por condición la dignidad y la
libertad de los hijos de Dios, por ley el mandamiento nuevo del amor,
por misión la de ser sal de la tierra y luz del mundo, por destino
el Reino de Dios, ya iniciado en la Tierra.
155. ¿En qué sentido el Pueblo
de Dios participa de las tres funciones de Cristo: Sacerdote, Profeta y Rey?
783-786
El Pueblo de Dios participa del
oficio sacerdotal de Cristo en cuanto los bautizados son consagrados por
el Espíritu Santo para ofrecer sacrificios espirituales; participa de su oficio
profético cuando, con el sentido sobrenatural de la fe, se adhiere
indefectiblemente a ella, la profundiza y la testimonia; participa de su
función regia con el servicio, imitando a Jesucristo, quien siendo rey
del universo, se hizo siervo de todos, sobre todo de los pobres y los que
sufren.
156. ¿De qué modo la Iglesia es
cuerpo de Cristo?
787-791
805-806
805-806
La Iglesia es cuerpo de Cristo
porque, por medio del Espíritu, Cristo muerto y resucitado une consigo
íntimamente a sus fieles. De este modo los creyentes en Cristo, en cuanto
íntimamente unidos a Él, sobre todo en la Eucaristía, se unen entre sí en la
caridad, formando un solo cuerpo, la Iglesia. Dicha unidad se realiza en la
diversidad de miembros y funciones.
157. ¿Quién es la cabeza de este
Cuerpo?
792-795
807
807
Cristo «es la Cabeza del Cuerpo,
que es la Iglesia» (Col 1, 18). La Iglesia vive de Él, en Él y por Él.
Cristo y la Iglesia forman el «Cristo total» (San Agustín); «la Cabeza y los
miembros, como si fueran una sola persona mística» (Santo Tomás de Aquino).
158. ¿Por qué llamamos a la Iglesia
esposa de Cristo?
796
808
808
Llamamos a la Iglesia esposa de
Cristo porque el mismo Señor se definió a sí mismo como «el esposo» (Mc
2, 19), que ama a la Iglesia uniéndola a sí con una Alianza eterna. Cristo se
ha entregado por ella para purificarla con su sangre, «santificarla» (Ef
5, 26) y hacerla Madre fecunda de todos los hijos de Dios. Mientras el término
«cuerpo» manifiesta la unidad de la «cabeza» con los miembros, el término
«esposa» acentúa la distinción de ambos en la relación personal.
159. ¿Por qué la Iglesia es
llamada templo del Espíritu Santo?
797-798
809-810
809-810
La Iglesia es llamada templo del
Espíritu Santo porque el Espíritu vive en el cuerpo que es la Iglesia: en su
Cabeza y en sus miembros; Él además edifica la Iglesia en la caridad con la
Palabra de Dios, los sacramentos, las virtudes y los carismas.
«Lo que nuestro espíritu, es
decir, nuestra alma, es para nuestros miembros,
eso mismo es el Espíritu Santo para los miembros de Cristo, para el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia» (San Agustín).
eso mismo es el Espíritu Santo para los miembros de Cristo, para el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia» (San Agustín).
160. ¿Qué son los carismas?
799-801
Los carismas son dones especiales
del Espíritu Santo concedidos a cada uno para el bien de los hombres, para las
necesidades del mundo y, en particular, para la edificación de la Iglesia, a
cuyo Magisterio compete el discernimiento sobre ellos.
La
Iglesia es una, santa, católica y apostólica
161. ¿Por qué la Iglesia es una?
813-815
866
866
La Iglesia es una porque
tiene como origen y modelo la unidad de un solo Dios en la Trinidad de las
Personas; como fundador y cabeza a Jesucristo, que restablece la unidad de
todos los pueblos en un solo cuerpo; como alma al Espíritu Santo que une a
todos los fieles en la comunión en Cristo. La Iglesia tiene una sola fe, una
sola vida sacramental, una única sucesión apostólica, una común esperanza y la
misma caridad.
162. ¿Dónde subsiste la única
Iglesia de Cristo?
816
870
870
La única Iglesia de Cristo, como
sociedad constituida y organizada en el mundo, subsiste (subsistit in)
en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en
comunión con él. Sólo por medio de ella se puede obtener la plenitud de los
medios de salvación, puesto que el Señor ha confiado todos los bienes de la
Nueva Alianza únicamente al colegio apostólico, cuya cabeza es Pedro.
163. ¿Cómo se debe considerar
entonces a los cristianos no católicos?
817-819
En las Iglesias y comunidades
eclesiales que se separaron de la plena comunión con la Iglesia católica, se
hallan muchos elementos de santificación y verdad. Todos estos bienes proceden
de Cristo e impulsan hacia la unidad católica. Los miembros de estas Iglesias y
comunidades se incorporan a Cristo en el Bautismo, por ello los reconocemos
como hermanos.
164. ¿Cómo comprometerse en
favor de la unidad de los cristianos?
820-822
866
866
El deseo de restablecer la unión de
todos los cristianos es un don de Cristo y un llamamiento del Espíritu;
concierne a toda la Iglesia y se actúa mediante la conversión del corazón, la
oración, el recíproco conocimiento fraterno y el diálogo teológico.
165. ¿En qué sentido la Iglesia
es santa?
823-829
867
867
La Iglesia es santa porque
Dios santísimo es su autor; Cristo se ha entregado a sí mismo por ella, para
santificarla y hacerla santificante; el Espíritu Santo la vivifica con la
caridad. En la Iglesia se encuentra la plenitud de los medios de salvación. La
santidad es la vocación de cada uno de sus miembros y el fin de toda su
actividad. Cuenta en su seno con la Virgen María e innumerables santos, como
modelos e intercesores. La santidad de la Iglesia es la fuente de la
santificación de sus hijos, los cuales, aquí en la tierra, se reconocen todos
pecadores, siempre necesitados de conversión y de purificación.
166. ¿Por qué decimos que la
Iglesia es católica?
830-831
868
868
La Iglesia es católica, es
decir universal, en cuanto en ella Cristo está presente: «Allí donde
está Cristo Jesús, está la Iglesia Católica» (San Ignacio de Antioquía). La
Iglesia anuncia la totalidad y la integridad de la fe; lleva en sí y administra
la plenitud de los medios de salvación; es enviada en misión a todos los
pueblos, pertenecientes a cualquier tiempo o cultura.
167. ¿Es católica la Iglesia particular?
832-835
Es católica toda Iglesia particular,
(esto es la diócesis y la eparquía), formada por la comunidad de
los cristianos que están en comunión, en la fe y en los sacramentos, con su
obispo ordenado en la sucesión apostólica y con la Iglesia de Roma, «que
preside en la caridad» (San Ignacio de Antioquía).
168. ¿Quién pertenece a la
Iglesia católica?
836-838
Todos los hombres, de modos
diversos, pertenecen o están ordenados a la unidad católica del Pueblo de Dios.
Está plenamente incorporado a la Iglesia Católica quien, poseyendo el Espíritu
de Cristo, se encuentra unido a la misma por los vínculos de la profesión de
fe, de los sacramentos, del gobierno eclesiástico y de la comunión. Los
bautizados que no realizan plenamente dicha unidad católica están en una cierta
comunión, aunque imperfecta, con la Iglesia católica.
169. ¿Cuál es la relación de la
Iglesia católica con el pueblo judío?
839-840
La Iglesia católica se reconoce en
relación con el pueblo judío por el hecho de que Dios eligió a este pueblo,
antes que a ningún otro, para que acogiera su Palabra. Al pueblo judío
pertenecen «la adopción como hijos, la gloria, las alianzas, la legislación, el
culto, las promesas, los patriarcas; de él procede Cristo según la carne» (Rm
9, 4-5). A diferencia de las otras religiones no cristianas, la fe judía es ya
una respuesta a la Revelación de Dios en la Antigua Alianza.
170. ¿Qué vínculo existe entre
la Iglesia católica y las religiones no cristianas?
841-845
El vínculo entre la Iglesia
católica y las religiones no cristianas proviene, ante todo, del origen y el
fin comunes de todo el género humano. La Iglesia católica reconoce que cuanto
de bueno y verdadero se encuentra en las otras religiones viene de Dios, es
reflejo de su verdad, puede preparar para la acogida del Evangelio y conducir
hacia la unidad de la humanidad en la Iglesia de Cristo.
171. ¿Qué significa la
afirmación «fuera de la Iglesia no hay salvación»?
846-848
La afirmación «fuera de la Iglesia
no hay salvación» significa que toda salvación viene de Cristo-Cabeza por medio
de la Iglesia, que es su Cuerpo. Por lo tanto no pueden salvarse quienes,
conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y necesaria para la salvación, no
entran y no perseveran en ella. Al mismo tiempo, gracias a Cristo y a su
Iglesia, pueden alcanzar la salvación eterna todos aquellos que, sin culpa
alguna, ignoran el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan sinceramente a
Dios y, bajo el influjo de la gracia, se esfuerzan en cumplir su voluntad,
conocida mediante el dictamen de la conciencia.
172. ¿Por qué la Iglesia debe
anunciar el Evangelio a todo el mundo?
849-851
La Iglesia debe anunciar el
Evangelio a todo el mundo porque Cristo ha ordenado: «Id, pues, y haced
discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo» (Mt 28, 19). Este mandato misionero del Señor tiene
su fuente en el amor eterno de Dios, que ha enviado a su Hijo y a su Espíritu
porque «quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad» (1 Tm 2, 4)
173. ¿De qué modo la Iglesia es
misionera?
852-856
La Iglesia es misionera porque,
guiada por el Espíritu Santo, continúa a lo largo de los siglos la misión del
mismo Cristo. Por tanto, los cristianos deben anunciar a todos la Buena Noticia
traída por Jesucristo, siguiendo su camino y dispuestos incluso al sacrificio
de sí mismos hasta el martirio.
174. ¿Por qué la Iglesia es apostólica?
857
869
869
La Iglesia es apostólica por
su origen, ya que fue construida «sobre el fundamento de los Apóstoles»
(Ef 2, 20); por su enseñanza, que es la misma de los Apóstoles;
por su estructura, en cuanto es instruida, santificada y gobernada, hasta la
vuelta de Cristo, por los Apóstoles, gracias a sus sucesores, los obispos, en
comunión con el sucesor de Pedro.
175. ¿En qué consiste la misión
de los Apóstoles?
858-861
La palabra Apóstol significa
enviado. Jesús, el Enviado del Padre, llamó consigo a doce de entre sus
discípulos, y los constituyó como Apóstoles suyos, convirtiéndolos en testigos
escogidos de su Resurrección y en fundamentos de su Iglesia. Jesús les dio el
mandato de continuar su misión, al decirles: «Como el Padre me ha enviado, así
también os envío yo» (Jn 20, 21) y al prometerles que estaría con ellos
hasta el fin del mundo.
176. ¿Qué es la sucesión
apostólica?
861-865
La sucesión apostólica es la
transmisión, mediante el sacramento del Orden, de la misión y la potestad de
los Apóstoles a sus sucesores, los obispos. Gracias a esta transmisión, la
Iglesia se mantiene en comunión de fe y de vida con su origen, mientras a lo
largo de los siglos ordena todo su apostolado a la difusión del Reino de Cristo
sobre la tierra.
Los
fieles: jerarquía, laicos, vida consagrada
177. ¿Quiénes son los fieles?
871-872
Los fieles son aquellos que,
incorporados a Cristo mediante el Bautismo, han sido constituidos miembros del
Pueblo de Dios; han sido hecho partícipes, cada uno según su propia condición,
de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, y son llamados a llevar a
cabo la misión confiada por Dios a la Iglesia. Entre ellos hay una verdadera
igualdad en su dignidad de hijos de Dios.
178. ¿Cómo está formado el
Pueblo de Dios?
873
934
934
En la Iglesia, por institución
divina, hay ministros sagrados, que han recibido el sacramento del Orden
y forman la jerarquía de la Iglesia. A los demás fieles se les llama laicos.
De unos y otros provienen fieles que se consagran de modo especial a
Dios por la profesión de los consejos evangélicos: castidad en el celibato,
pobreza y obediencia.
179. ¿Por qué Cristo instituyó
la jerarquía eclesiástica?
874-876
935
935
Cristo instituyó la jerarquía
eclesiástica con la misión de apacentar al Pueblo de Dios en su nombre, y para
ello le dio autoridad. La jerarquía está formada por los ministros sagrados:
obispos, presbíteros y diáconos. Gracias al sacramento del Orden, los obispos y
presbíteros actúan, en el ejercicio de su ministerio, en nombre y en la persona
de Cristo cabeza; los diáconos sirven al Pueblo de Dios en la diaconía
(servicio) de la palabra, de la liturgia y de la caridad.
180. ¿En qué consiste la
dimensión colegial del ministerio de la Iglesia?
877
A ejemplo de los doce Apóstoles,
elegidos y enviados juntos por Cristo, la unión de los miembros de la jerarquía
eclesiástica está al servicio de la comunión de todos los fieles. Cada obispo
ejerce su ministerio como miembro del colegio episcopal, en comunión con el
Papa, haciéndose partícipe con él de la solicitud por la Iglesia universal. Los
sacerdotes ejercen su ministerio en el presbiterio de la Iglesia particular, en
comunión con su propio obispo y bajo su guía.
181. ¿Por qué el ministerio
eclesial tiene también un carácter personal?
878-879
El ministerio eclesial tiene
también un carácter personal, en cuanto que, en virtud del sacramento del
Orden, cada uno es responsable ante Cristo, que lo ha llamado personalmente,
confiriéndole la misión.
182. ¿Cuál es la misión del
Papa?
881-882
936-937
936-937
El Papa, Obispo de Roma y sucesor
de san Pedro, es el perpetuo y visible principio y fundamento de la unidad de
la Iglesia. Es el Vicario de Cristo, cabeza del colegio de los obispos y pastor
de toda la Iglesia, sobre la que tiene, por institución divina, la potestad
plena, suprema, inmediata y universal.
183. ¿Cuál es la función del
colegio de los obispos?
883-885
El colegio de los obispos, en
comunión con el Papa y nunca sin él, ejerce también él la potestad suprema y
plena sobre la Iglesia.
184. ¿Cómo ejercen los obispos
la misión de enseñar?
886-890
939
939
Los obispos, en comunión con el
Papa, tienen el deber de anunciar a todos el Evangelio, fielmente y con
autoridad, como testigos auténticos de la fe apostólica, revestidos de la
autoridad de Cristo. Mediante el sentido sobrenatural de la fe, el Pueblo de
Dios se adhiere indefectiblemente a la fe, bajo la guía del Magisterio vivo de
la Iglesia.
185. ¿Cuándo se ejerce la
infalibilidad del Magisterio?
891
La infalibilidad del Magisterio se
ejerce cuando el Romano Pontífice, en virtud de su autoridad de Supremo Pastor
de la Iglesia, o el colegio de los obispos en comunión con el Papa, sobre todo
reunido en un Concilio Ecuménico, proclaman con acto definitivo una doctrina
referente a la fe o a la moral; y también cuando el Papa y los obispos, en su
Magisterio ordinario, concuerdan en proponer una doctrina como definitiva. Todo
fiel debe adherirse a tales enseñanzas con el obsequio de la fe.
186. ¿Cómo ejercen los obispos
la misión de santificar?
893
Los obispos ejercen su función de
santificar a la Iglesia cuando dispensan la gracia de Cristo, mediante el
ministerio de la palabra y de los sacramentos, en particular de la Eucaristía;
y también con su oración, su ejemplo y su trabajo.
187. ¿Cómo ejercen los obispos
la misión de gobernar?
894-896
Cada obispo, en cuanto miembro del
colegio episcopal, ejerce colegialmente la solicitud por todas las Iglesias
particulares y por toda la Iglesia, junto con los demás obispos unidos al Papa.
El obispo, a quien se ha confiado una Iglesia particular, la gobierna con la
autoridad de su sagrada potestad propia, ordinaria e inmediata, ejercida en
nombre de Cristo, Buen Pastor, en comunión con toda la Iglesia y bajo la guía
del sucesor de Pedro.
188. ¿Cuál es la vocación de los
fieles laicos?
897-900
940
940
Los fieles laicos tienen como
vocación propia la de buscar el Reino de Dios, iluminando y ordenando las
realidades temporales según Dios. Responden así a la llamada a la santidad y al
apostolado, que se dirige a todos los bautizados.
189. ¿Cómo participan los fieles
laicos en la misión sacerdotal de Cristo?
901-903
Los laicos participan en la misión
sacerdotal de Cristo cuando ofrecen como sacrificio espiritual «agradable a
Dios por mediación de Jesucristo» (1 P 2, 5), sobre todo en la
Eucaristía, la propia vida con todas las obras, oraciones e iniciativas
apostólicas, la vida familiar y el trabajo diario, las molestias de la vida
sobrellevadas con paciencia, así como los descansos físicos y consuelos
espirituales. De esta manera, también los laicos, dedicados a Cristo y
consagrados por el Espíritu Santo, ofrecen a Dios el mundo mismo.
190. ¿Cómo participan los fieles
laicos en la misión profética de Cristo?
904-907
942
942
Los laicos participan en la misión
profética de Cristo cuando acogen cada vez mejor en la fe la Palabra de Cristo,
y la anuncian al mundo con el testimonio de la vida y de la palabra, mediante
la evangelización y la catequesis. Este apostolado «adquiere una eficacia
particular porque se realiza en las condiciones generales de nuestro mundo» (Lumen Gentium 35).
191. ¿Cómo participan los fieles
laicos en la misión regia de Cristo?
908-913
943
943
Los laicos participan en la misión
regia de Cristo porque reciben de Él el poder de vencer el pecado en sí mismos
y en el mundo, por medio de la abnegación y la santidad de la propia vida. Los
laicos ejercen diversos ministerios al servicio de la comunidad, e impregnan de
valores morales las actividades temporales del hombre y las instituciones de la
sociedad.
192. ¿Qué es la vida consagrada?
914-916
944
944
La vida consagrada es un estado de
vida reconocido por la Iglesia; una respuesta libre a una llamada particular de
Cristo, mediante la cual los consagrados se dedican totalmente a Dios y tienden
a la perfección de la caridad, bajo la moción del Espíritu Santo. Esta
consagración se caracteriza por la práctica de los consejos evangélicos.
193. ¿Qué aporta la vida
consagrada a la misión de la Iglesia?
931-933
945
945
La vida consagrada participa en la
misión de la Iglesia mediante una plena entrega a Cristo y a los hermanos,
dando testimonio de la esperanza del Reino de los Cielos.
«CREO EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS»
194. ¿Qué significa la expresión
«comunión de los santos»?
946-953
960
960
La expresión «comunión de los
santos» indica, ante todo, la común participación de todos los miembros de la
Iglesia en las cosas santas (sancta): la fe, los sacramentos, en
particular en la Eucaristía, los carismas y otros dones espirituales. En la
raíz de la comunión está la caridad que «no busca su propio interés» (1 Co
13, 5), sino que impulsa a los fieles a «poner todo en común» (Hch 4, 32),
incluso los propios bienes materiales, para el servicio de los más pobres.
195. ¿Qué otra significación
tiene la expresión «comunión de los santos»?
954-959
961-962
961-962
La expresión «comunión de los
santos» designa también la comunión entre las personas santas (sancti),
es decir, entre quienes por la gracia están unidos a Cristo muerto y
resucitado. Unos viven aún peregrinos en este mundo; otros, ya difuntos, se
purifican, ayudados también por nuestras plegarias; otros, finalmente, gozan ya
de la gloria de Dios e interceden por nosotros. Todos juntos forman en Cristo
una sola familia, la Iglesia, para alabanza y gloria de la Trinidad.
María,
Madre de Cristo, Madre de la Iglesia
196. ¿En qué sentido la
Bienaventurada Virgen María es Madre de la Iglesia?
963-966
973
973
La Bienaventurada Virgen María es
Madre de la Iglesia en el orden de la gracia, porque ha dado a luz a Jesús, el
Hijo de Dios, Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia. Jesús, agonizante en la
cruz, la dio como madre al discípulo con estas palabras: «Ahí tienes a tu
madre» (Jn 19, 27).
197. ¿Cómo ayuda la Virgen María
a la Iglesia?
967-970
Después de la Ascensión de su Hijo,
la Virgen María ayudó con su oración a los comienzos de la Iglesia. Incluso
tras su Asunción al cielo, ella continúa intercediendo por sus hijos, siendo
para todos un modelo de fe y de caridad y ejerciendo sobre ellos un influjo
salvífico, que mana de la sobreabundancia de los méritos de Cristo. Los fieles
ven en María una imagen y un anticipo de la resurrección que les espera, y la
invocan como abogada, auxiliadora, socorro y mediadora.
198. ¿Qué tipo de culto se rinde
a la Virgen María?
971
A la Virgen María se le rinde un
culto singular, que se diferencia esencialmente del culto de adoración, que se
rinde sólo a la Santísima Trinidad. Este culto de especial veneración encuentra
su particular expresión en las fiestas litúrgicas dedicadas a la Madre de Dios
y en la oración mariana, como el santo Rosario, compendio de todo el Evangelio.
199. ¿De qué modo la Virgen
María es icono escatológico de la Iglesia?
972
974-975
974-975
Contemplando a María, la toda
santa, ya glorificada en cuerpo y alma, la Iglesia ve en ella lo que la propia
Iglesia está llamada a ser sobre la tierra y aquello que será en la patria
celestial.
«CREO EN EL PERDÓN DE LOS PECADOS»
200. ¿Cómo se perdonan los
pecados?
976-980
984-985
984-985
El primero y principal sacramento
para el perdón de los pecados es el Bautismo. Para los pecados cometidos
después del Bautismo, Cristo instituyó el sacramento de la Reconciliación o Penitencia,
por medio del cual el bautizado se reconcilia con Dios y con la Iglesia.
201. ¿Por qué la Iglesia tiene
el poder de perdonar los pecados?
981-983
986-987
986-987
La Iglesia tiene la misión y el
poder de perdonar los pecados porque el mismo Cristo se lo ha dado: «Recibid el
Espíritu Santo, a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados, a
quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 22-23).
«CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE»
202. ¿Qué se indica con el
término «carne» y cuál es su importancia?
976-980
984-985
984-985
El término «carne» designa al
hombre en su condición de debilidad y mortalidad. «La carne es soporte de la
salvación» (Tertuliano). En efecto, creemos en Dios que es el Creador de la
carne; creemos en el Verbo hecho carne para rescatar la carne; creemos en la
resurrección de la carne, perfección de la Creación y de la redención de la
carne.
203. ¿Qué significa la expresión
«resurrección de la carne»?
990
La expresión «resurrección de la
carne» significa que el estado definitivo del hombre no será solamente el alma
espiritual separada del cuerpo, sino que también nuestros cuerpos mortales un
día volverán a tener vida.
204. ¿Qué relación existe entre
la resurrección de Cristo y la nuestra?
988-991
1002-1003
1002-1003
Así como Cristo ha resucitado
verdaderamente de entre los muertos y vive para siempre, así también Él
resucitará a todos en el último día, con un cuerpo incorruptible: «los que
hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal,
para la condenación» (Jn 5, 29).
205. ¿Qué sucede con la muerte a
nuestro cuerpo y a nuestra alma?
Con la muerte, que es separación
del alma y del cuerpo, éste cae en la corrupción, mientras el alma, que es
inmortal, va al encuentro del juicio de Dios y espera volverse a unir al cuerpo,
cuando éste resurja transformado en la segunda venida del Señor. Comprender cómo
tendrá lugar la resurrección sobrepasa la posibilidad de nuestra imaginación y
entendimiento.
206. ¿Qué significa morir en
Cristo Jesús?
1005-1014
1019
1019
Morir en Cristo Jesús significa
morir en gracia de Dios, sin pecado mortal. Así el creyente en Cristo,
siguiendo su ejemplo, puede transformar la propia muerte en un acto de
obediencia y de amor al Padre. «Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con
Él, también viviremos con Él» (2 Tm 2, 11).
«CREO EN LA VIDA ETERNA»
207. ¿Qué es la vida eterna?
1020
1051
1051
La vida eterna es la que comienza
inmediatamente después de la muerte. Esta vida no tendrá fin; será precedida
para cada uno por un juicio particular por parte de Cristo, juez de vivos y
muertos, y será ratificada en el juicio final.
208. ¿Qué es el juicio
particular?
1021-1022
1051
1051
Es el juicio de retribución
inmediata, que, en el momento de la muerte, cada uno recibe de Dios en su alma
inmortal, en relación con su fe y sus obras. Esta retribución consiste en el
acceso a la felicidad del cielo, inmediatamente o después de una adecuada
purificación, o bien de la condenación eterna al infierno.
209. ¿Qué se entiende por cielo?
1023-1026
1053
1053
Por cielo se entiende el estado de
felicidad suprema y definitiva. Todos aquellos que mueren en gracia de Dios y
no tienen necesidad de posterior purificación, son reunidos en torno a Jesús, a
María, a los ángeles y a los santos, formando así la Iglesia del cielo, donde
ven a Dios «cara a cara» (1 Co 13, 12), viven en comunión de amor con la
Santísima Trinidad e interceden por nosotros.
«La vida subsistente y verdadera
es el Padre que, por el Hijo y en el Espíritu Santo, derrama sobre todos sin
excepción los dones celestiales. Gracias a su misericordia, nosotros también,
hombres, hemos recibido la promesa indefectible de la vida eterna» (San Cirilo de Jerusalén).
210 ¿Qué es el purgatorio?
1030-1031
1054
1054
El purgatorio es el estado de los
que mueren en amistad con Dios pero, aunque están seguros de su salvación
eterna, necesitan aún de purificación para entrar en la eterna bienaventuranza.
211. ¿Cómo podemos ayudar en la
purificación de las almas del purgatorio?
1032
En virtud de la comunión de los
santos, los fieles que peregrinan aún en la tierra pueden ayudar a las almas
del purgatorio ofreciendo por ellas oraciones de sufragio, en particular el
sacrificio de la Eucaristía, pero también limosnas, indulgencias y obras de
penitencia.
212. ¿En qué consiste el
infierno?
1033-1035
1056-1057
1056-1057
Consiste en la condenación eterna
de todos aquellos que mueren, por libre elección, en pecado mortal. La pena
principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios, en quien
únicamente encuentra el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido
creado y a las que aspira. Cristo mismo expresa esta realidad con las palabras
«Alejaos de mí, malditos al fuego eterno» (Mt 25, 41).
213. ¿Cómo se concilia la
existencia del infierno con la infinita bondad de Dios?
1036-1037
Dios quiere que «todos lleguen a la
conversión» (2 P 3, 9), pero, habiendo creado al hombre libre y
responsable, respeta sus decisiones. Por tanto, es el hombre mismo quien, con
plena autonomía, se excluye voluntariamente de la comunión con Dios si, en el
momento de la propia muerte, persiste en el pecado mortal, rechazando el amor
misericordioso de Dios.
214. ¿En qué consistirá el
juicio final?
1038-1041
1058-1059
1058-1059
El juicio final (universal)
consistirá en la sentencia de vida bienaventurada o de condena eterna que el
Señor Jesús, retornando como juez de vivos y muertos, emitirá respecto «de los
justos y de los pecadores» (Hch 24, 15), reunidos todos juntos delante
de sí. Tras del juicio final, el cuerpo resucitado participará de la
retribución que el alma ha recibido en el juicio particular.
215. ¿Cuándo tendrá lugar este
juicio?
1040
El juicio final sucederá al fin del
mundo, del que sólo Dios conoce el día y la hora.
216. ¿Qué es la esperanza de los
cielos nuevos y de la tierra nueva?
1042-1050
1060
1060
Después del juicio final, el
universo entero, liberado de la esclavitud de la corrupción, participará de la
gloria de Cristo, inaugurando «los nuevos cielos y la tierra nueva» (2 P
3, 13). Así se alcanzará la plenitud del Reino de Dios, es decir, la
realización definitiva del designio salvífico de Dios de «hacer que todo tenga
a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra» (Ef
1, 10). Dios será entonces «todo en todos» (1 Co 15, 28), en la vida
eterna.
«AMÉN»
217. ¿Qué significa el Amén,
con el que concluye nuestra profesión de fe?
1061-1065
La palabra hebrea Amén, con
la que se termina también el último libro de la Sagrada Escritura, algunas
oraciones del Nuevo Testamento y las oraciones litúrgicas de la Iglesia,
significa nuestro «sí» confiado y total a cuanto confesamos creer, confiándonos
totalmente en Aquel que es el «Amén» (Ap 3, 14) definitivo: Cristo el
Señor.
218. ¿Qué es la liturgia?
1066-1070
La liturgia es la celebración del
Misterio de Cristo y en particular de su Misterio Pascual. Mediante el
ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo, se manifiesta y realiza en
ella, a través de signos, la santificación de los hombres; y el Cuerpo Místico
de Cristo, esto es la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público que se
debe a Dios.
219. ¿Qué lugar ocupa la
liturgia en la vida de la Iglesia?
1071-1075
La liturgia, acción sagrada por
excelencia, es la cumbre hacia la que tiende la acción de la Iglesia y, al
mismo tiempo, la fuente de la que emana su fuerza vital. A través de la
liturgia, Cristo continúa en su Iglesia, con ella y por medio de ella, la obra
de nuestra redención
220. ¿En qué consiste la
economía sacramental?
1076
La economía sacramental consiste en
la comunicación de los frutos de la redención de Cristo, mediante la
celebración de los sacramentos de la Iglesia, de modo eminente la Eucaristía,
«hasta que él vuelva» (1 Co 11, 26)
CAPÍTULO
PRIMERO
LA LITURGIA, OBRA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
221. ¿De qué modo el Padre es
fuente y fin de la liturgia?
1077-1083
1110
1110
En la liturgia el Padre nos colma
de sus bendiciones en el Hijo encarnado, muerto y resucitado por nosotros, y
derrama en nuestros corazones el Espíritu Santo. Al mismo tiempo, la Iglesia
bendice al Padre mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias, e
implora el don de su Hijo y del Espíritu Santo.
222. ¿Cuál es la obra de Cristo
en la Liturgia?
1084-1090
En la liturgia de la Iglesia,
Cristo significa y realiza principalmente su misterio pascual. Al entregar el
Espíritu Santo a los Apóstoles, les ha concedido, a ellos y a sus sucesores, el
poder de actualizar la obra de la salvación por medio del sacrificio
eucarístico y de los sacramentos, en los cuales Él mismo actúa para comunicar
su gracia a los fieles de todos los tiempos y en todo el mundo.
223. ¿Cómo actúa el Espíritu
Santo en la liturgia respecto de la Iglesia?
1091-1109
1112
1112
En la liturgia se realiza la más
estrecha cooperación entre el Espíritu Santo y la Iglesia. El Espíritu Santo
prepara a la Iglesia para el encuentro con su Señor, recuerda y manifiesta a
Cristo a la fe de la asamblea de creyentes, hace presente y actualiza el Misterio
de Cristo, une la Iglesia a la vida y misión de Cristo y hace fructificar en
ella el don de la comunión.
EL
MISTERIO PASCUAL EN LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA
224. ¿Qué son los sacramentos y
cuántos hay?
1113-1131
Los sacramentos son signos
sensibles y eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la
Iglesia, a través de los cuales se nos otorga la vida divina. Son siete:
Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden y
Matrimonio.
225. ¿Qué relación existe entre
los sacramentos y Cristo?
1114-1116
Los misterios de la vida de Cristo
constituyen el fundamento de lo que ahora, por medio de los ministros de su
Iglesia, el mismo Cristo dispensa en los sacramentos.
«Lo que era visible en nuestro
Salvador ha pasado a sus sacramentos»
(San León Magno).
(San León Magno).
226. ¿Cuál es el vínculo de los
sacramentos con la Iglesia?
1117-1119
Cristo ha confiado los sacramentos
a su Iglesia. Son «de la Iglesia» en un doble sentido: «de ella», en cuanto son
acciones de la Iglesia, la cual es sacramento de la acción de Cristo; y «para
ella», en el sentido de que edifican la Iglesia.
227. ¿Qué es el «carácter»
sacramental?
1121
El carácter sacramental es
un sello espiritual, conferido por los sacramentos del Bautismo, de la
Confirmación y del Orden. Constituye promesa y garantía de la protección
divina. En virtud de este sello, el cristiano queda configurado a Cristo,
participa de diversos modos en su sacerdocio y forma parte de la Iglesia según
estados y funciones diversos. Queda, por tanto, consagrado al culto divino y al
servicio de la Iglesia. Puesto que el carácter es indeleble, los sacramentos
que lo imprimen sólo pueden recibirse una vez en la vida.
228. ¿Qué relación tienen los
sacramentos con la fe?
1122-1126
1133
1133
Los sacramentos no sólo suponen la
fe, sino que con las palabras y los elementos rituales la alimentan, fortalecen
y expresan. Celebrando los sacramentos la Iglesia confiesa la fe apostólica. De
ahí la antigua sentencia: «lex orandi, lex credendi», esto es, la
Iglesia cree tal como reza.
229. ¿Por qué los sacramentos
son eficaces?
1127-1128
1131
1131
Los sacramentos son eficaces ex
opere operato («por el hecho mismo de que la acción sacramental se
realiza»), porque es Cristo quien actúa en ellos y quien da la gracia que significan,
independientemente de la santidad personal del ministro. Sin embargo, los
frutos de los sacramentos dependen también de las disposiciones del que los
recibe.
230. ¿Por qué los sacramentos
son necesarios para la salvación?
1129
Para los creyentes en Cristo, los
sacramentos, aunque no todos se den a cada uno de los fieles, son necesarios
para la salvación, porque otorgan la gracia sacramental, el perdón de los
pecados, la adopción como hijos de Dios, la configuración con Cristo Señor y la
pertenencia a la Iglesia. El Espíritu Santo cura y transforma a quienes los
reciben.
231. ¿Qué es la gracia
sacramental?
1129. 1131
1134. 2003
1134. 2003
La gracia sacramental es la gracia
del Espíritu Santo, dada por Cristo y propia de cada sacramento. Esta gracia
ayuda al fiel en su camino de santidad, y también a la Iglesia en su
crecimiento de caridad y testimonio.
232. ¿Qué relación existe entre
los sacramentos y la vida eterna?
1130
En los sacramentos la Iglesia
recibe ya un anticipo de la vida eterna, mientras vive «aguardando la feliz
esperanza y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro
Jesucristo» (Tt 2, 13).
CAPÍTULO
SEGUNDO
CELEBRAR LA LITURGIA DE LA IGLESIA
¿Quién celebra?
233. ¿Quién actúa en la
liturgia?
1135-1137
1187
1187
En la liturgia actúa el «Cristo
total» (Christus totus), Cabeza y Cuerpo. En cuanto sumo Sacerdote, Él
celebra la liturgia con su Cuerpo, que es la Iglesia del cielo y de la tierra.
234. ¿Quién celebra la liturgia
del cielo?
1138-1139
La liturgia del cielo la celebran
los ángeles, los santos de la Antigua y de la Nueva Alianza, en particular la
Madre de Dios, los Apóstoles, los mártires y «una muchedumbre inmensa, que
nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas» (Ap 7,
9). Cuando celebramos en los sacramentos el misterio de la salvación,
participamos de esta liturgia eterna.
235. ¿De qué modo la Iglesia en
la tierra celebra la liturgia?
1140-1144
1188
1188
La Iglesia en la tierra celebra la
liturgia como pueblo sacerdotal, en el cual cada uno obra según su propia
función, en la unidad del Espíritu Santo: los bautizados se ofrecen como
sacrificio espiritual; los ministros ordenados celebran según el Orden recibido
para el servicio de todos los miembros de la Iglesia; los obispos y presbíteros
actúan en la persona de Cristo Cabeza.
¿Cómo celebrar?
236. ¿Cómo se celebra la
liturgia?
1145
La celebración litúrgica está
tejida de signos y símbolos, cuyo significado, enraizado en la creación y en
las culturas humanas, se precisa en los acontecimientos de la Antigua Alianza y
se revela en plenitud en la Persona y la obra de Cristo.
237. ¿De dónde proceden los
signos sacramentales?
1146-1152
1189
1189
Algunos signos sacramentales
provienen del mundo creado (luz, agua, fuego, pan, vino, aceite); otros, de la
vida social (lavar, ungir, partir el pan); otros de la historia de la salvación
en la Antigua Alianza (los ritos pascuales, los sacrificios, la imposición de
manos, las consagraciones). Estos signos, algunos de los cuales son normativos
e inmutables, asumidos por Cristo, se convierten en portadores de la acción
salvífica y de santificación
238. ¿Qué relación existe entre
las acciones y las palabras en la celebración sacramental?
1153-1155
1190
1190
En la celebración sacramental las
acciones y las palabras están estrechamente unidas. En efecto, aunque las
acciones simbólicas son ya por sí mismas un lenguaje, es preciso que las
palabras del rito acompañen y vivifiquen estas acciones. Indisociables en
cuanto signos y enseñanza, las palabras y las acciones litúrgicas lo son
también en cuanto realizan lo que significan.
239. ¿Con qué criterios el canto
y la música tienen una función propia dentro de la celebración litúrgica?
1156-1158
1191
1191
Puesto que la música y el canto están
estrechamente vinculados a la acción litúrgica, deben respetar los siguientes
criterios: la conformidad de los textos a la doctrina católica, y con origen
preferiblemente en la Sagrada Escritura y en las fuentes litúrgicas; la belleza
expresiva de la oración; la calidad de la música; la participación de la
asamblea; la riqueza cultural del Pueblo de Dios y el carácter sagrado y
solemne de la celebración.
«El que canta, reza dos veces» (San Agustín).
240. ¿Cuál es la finalidad de
las sagradas imágenes?
1159-1161
1192
1192
La imagen de Cristo es el icono
litúrgico por excelencia. Las demás, que representan a la Madre de Dios y a los
santos, significan a Cristo, que en ellos es glorificado. Las imágenes
proclaman el mismo mensaje evangélico que la Sagrada Escritura transmite
mediante la palabra, y ayudan a despertar y alimentar la fe de los creyentes.
¿Cuándo celebrar?
241. ¿Cuál es el centro del
tiempo litúrgico?
1163-1167
1193
1193
El centro del tiempo litúrgico es
el domingo , fundamento y núcleo de todo el año litúrgico, que tiene su
culminación en la Pascua anual, fiesta de las fiestas.
242. ¿Cuál es la función del año
litúrgico?
1168-1173
1194-1195
1194-1195
La función del año litúrgico es
celebrar todo el Misterio de Cristo, desde la Encarnación hasta su retorno
glorioso. En días determinados, la Iglesia venera con especial amor a María, la
bienaventurada Madre de Dios, y hace también memoria de los santos, que
vivieron para Cristo, con Él padecieron y con Él han sido glorificados.
243. ¿Qué es la Liturgia de las
Horas?
1174-1178
1196
1196
La Liturgia de las Horas, oración
pública y común de la Iglesia, es la oración de Cristo con su Cuerpo, la
Iglesia. Por su medio, el Misterio de Cristo, que celebramos en la Eucaristía,
santifica y transfigura el tiempo de cada día. Se compone principalmente de
salmos y de otros textos bíblicos, y también de lecturas de los santos Padres y
maestros espirituales.
¿Dónde celebrar?
244. ¿Tiene la Iglesia necesidad
de lugares para celebrar la liturgia?
1179-1181
1197-1198
1197-1198
El culto «en espíritu y en verdad»
(Jn 4, 24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo,
porque Cristo es el verdadero templo de Dios, por medio del cual también los
cristianos y la Iglesia entera se convierten, por la acción del Espíritu Santo,
en templos del Dios vivo. Sin embargo, el Pueblo de Dios, en su condición
terrenal, tiene necesidad de lugares donde la comunidad pueda reunirse para
celebrar la liturgia.
245. ¿Qué son los edificios
sagrados?
1181
1198-1199
1198-1199
Los edificios sagrados son las
casas de Dios, símbolo de la Iglesia que vive en aquel lugar e imágenes de la
morada celestial. Son lugares de oración, en los que la Iglesia celebra sobre
todo la Eucaristía y adora a Cristo realmente presente en el tabernáculo.
246. ¿Cuáles son los lugares principales
dentro de los edificios sagrados?
1182-1186
Los lugares principales dentro de
los edificios sagrados son éstos: el altar, el sagrario o tabernáculo, el
receptáculo donde se conservan el santo crisma y los otros santos óleos, la
sede del obispo (cátedra) o del presbítero, el ambón, la pila bautismal y el
confesionario.
DIVERSIDAD
LITÚRGICA Y UNIDAD DEL MISTERIO
247. ¿Por qué el único Misterio
de Cristo se celebra en la Iglesia según diversas tradiciones litúrgicas?
1200-1204
1207-1209
1207-1209
El Misterio de Cristo, aunque es
único, se celebra según diversas tradiciones litúrgicas porque su riqueza es
tan insondable que ninguna tradición litúrgica puede agotarla. Desde los
orígenes de la Iglesia, por tanto, esta riqueza ha encontrado en los distintos
pueblos y culturas expresiones caracterizadas por una admirable variedad y
complementariedad.
248. ¿Qué criterio asegura la
unidad dentro de la multiformidad?
1209
El criterio para asegurar la unidad
en la multiformidad es la fidelidad a la Tradición Apostólica, es decir, la
comunión en la fe y en los sacramentos recibidos de los Apóstoles, significada
y garantizada por la sucesión apostólica. La Iglesia es católica: puede, por
tanto, integrar en su unidad todas las riquezas verdaderas de las distintas
culturas.
249. ¿Es todo inmutable en la
liturgia?
1205-1206
En la liturgia, sobre todo en la de
los sacramentos, existen elementos inmutables por ser de institución divina,
que la Iglesia custodia fielmente. Hay después otros elementos, susceptibles de
cambio, que la Iglesia puede y a veces debe incluso adaptar a las culturas de
los diversos pueblos.
Los siete Sacramentos de la
Iglesia
Bautismo
Confirmación
Eucaristía
Penitencia
Unción de los enfermos
Orden
Matrimonio Septem Ecclesiae Sacramenta
Confirmación
Eucaristía
Penitencia
Unción de los enfermos
Orden
Matrimonio Septem Ecclesiae Sacramenta
Baptismum
Confirmátio
Eucarístia
Paeniténtia
Únctio infirmórum
Ordo
Matrimónium
Confirmátio
Eucarístia
Paeniténtia
Únctio infirmórum
Ordo
Matrimónium
250. ¿Cómo se distinguen los
sacramentos de la Iglesia?
1210-1211
Los sacramentos de la Iglesia se
distinguen en sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y
Eucaristía); sacramentos de la curación (Penitencia y Unción de los enfermos);
y sacramentos al servicio de la comunión y de la misión (Orden y Matrimonio).
Todos corresponden a momentos importantes de la vida cristiana, y están
ordenados a la Eucaristía «como a su fin específico» (Santo Tomás de Aquino).
CAPÍTULO
PRIMERO
251. ¿Cómo se realiza la
iniciación cristiana?
1212
1275
1275
La Iniciación cristiana se realiza
mediante los sacramentos que ponen los fundamentos de la vida cristiana:
los fieles, renacidos en el Bautismo, se fortalecen con la Confirmación, y son
alimentados en la Eucaristía.
EL
SACRAMENTO DEL BAUTISMO
252. ¿Con qué nombres se conoce
el primer Sacramento de la iniciación?
1213-1216
1276-1277
1276-1277
El primer sacramento de la
iniciación recibe, ante todo, el nombre de Bautismo, en razón del rito
central con el cual se celebra: bautizar significa «sumergir» en el agua; quien
recibe el bautismo es sumergido en la muerte de Cristo y resucita con Él «como
una nueva criatura» (2 Co 5, 17). Se llama también «baño de regeneración
y renovación en el Espíritu Santo» (Tt 3, 5), e «iluminación», porque el
bautizado se convierte en «hijo de la luz» (Ef 5, 8).
253. ¿Cómo se prefigura el
Bautismo en la Antigua Alianza?
1217-1222
En la Antigua Alianza se encuentran
varias prefiguraciones del Bautismo: el agua, fuente de vida y de
muerte; el arca de Noé, que salva por medio del agua; el paso del Mar
Rojo, que libera al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto; el paso
del Jordán, que hace entrar a Israel en la tierra prometida, imagen de la
vida eterna.
254. ¿Quién hace que se cumplan
estas prefiguraciones?
1223-1224
Estas prefiguraciones del bautismo
las cumple Jesucristo, el cual, al comienzo de su vida pública, se hace
bautizar por Juan Bautista en el Jordán; levantado en la cruz, de su costado
abierto brotan sangre y agua, signos del Bautismo y de la Eucaristía, y después
de su Resurrección confía a los Apóstoles esta misión: «Id y haced discípulos
de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo» (Mt 28, 19-20).
255. ¿Desde cuándo y a quién
administra la Iglesia el Bautismo?
1226-1228
Desde el día de Pentecostés, la
Iglesia administra el Bautismo al que cree en Jesucristo.
256. ¿En qué consiste el rito
esencial del Bautismo?
1229-1245
1278
1278
El rito esencial del Bautismo
consiste en sumergir en el agua al candidato o derramar agua sobre su cabeza,
mientras se invoca el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
257. ¿Quién puede recibir el
Bautismo?
246-1522
Puede recibir el Bautismo cualquier
persona que no esté aún bautizada.
258. ¿Por qué la Iglesia bautiza
a los niños?
1250
La Iglesia bautiza a los niños
puesto que, naciendo con el pecado original, necesitan ser liberados del poder
del maligno y trasladados al reino de la libertad de los hijos de Dios.
259. ¿Qué se requiere para ser
bautizado?
1253-1255
A todo aquel que va a ser bautizado
se le exige la profesión de fe, expresada personalmente, en el caso del adulto,
o por medio de sus padres y de la Iglesia, en el caso del niño. El padrino o la
madrina y toda la comunidad eclesial tienen también una parte de
responsabilidad en la preparación al Bautismo (catecumenado), así como en el
desarrollo de la fe y de la gracia bautismal.
260. ¿Quién puede bautizar?
1256
1284
1284
Los ministros ordinarios del
Bautismo son el obispo y el presbítero; en la Iglesia latina, también el
diácono. En caso de necesidad, cualquiera puede bautizar, siempre que tenga la
intención de hacer lo que hace la Iglesia. Éste derrama agua sobre la cabeza
del candidato y pronuncia la fórmula trinitaria bautismal: «Yo te bautizo en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».
261. ¿Es necesario el Bautismo
para la salvación?
1257
El Bautismo es necesario para la
salvación de todos aquellos a quienes el Evangelio ha sido anunciado y han
tenido la posibilidad de pedir este sacramento.
262. ¿Hay salvación posible sin
el Bautismo?
1258-1261
1281-1283
1281-1283
Puesto que Cristo ha muerto para la
salvación de todos, pueden salvarse también sin el Bautismo todos aquellos que
mueren a causa de la fe (Bautismo de sangre), los catecúmenos, y todo
aquellos que, bajo el impulso de la gracia, sin conocer a Cristo y a la
Iglesia, buscan sinceramente a Dios y se esfuerzan por cumplir su voluntad (Bautismo
de deseo). En cuanto a los niños que mueren sin el Bautismo, la Iglesia en
su liturgia los confía a la misericordia de Dios.
263. ¿Cuáles son los efectos del
Bautismo?
1262-1274
1279-1280
1279-1280
El Bautismo perdona el pecado
original, todos los pecados personales y todas las penas debidas al pecado;
hace participar de la vida divina trinitaria mediante la gracia santificante,
la gracia de la justificación que incorpora a Cristo y a su Iglesia; hace
participar del sacerdocio de Cristo y constituye el fundamento de la comunión
con los demás cristianos; otorga las virtudes teologales y los dones del
Espíritu Santo. El bautizado pertenece para siempre a Cristo: en efecto, queda
marcado con el sello indeleble de Cristo (carácter).
264. ¿Cuál es el significado del
nombre cristiano recibido en el Bautismo?
2156-2159
2167
2167
El nombre es importante porque Dios
conoce a cada uno por su nombre, es decir, en su unicidad. Con el Bautismo, el
cristiano recibe en la Iglesia el nombre propio, preferiblemente de un santo,
de modo que éste ofrezca al bautizado un modelo de santidad y le asegure su
intercesión ante Dios.
EL
SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN
265. ¿Qué lugar ocupa la
Confirmación en el designio divino de salvación?
1285-1288
1315
1315
En la Antigua Alianza, los profetas
anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado y sobre
todo el pueblo mesiánico. Toda la vida y la misión de Jesús se desarrollan en
una total comunión con el Espíritu Santo. Los Apóstoles reciben el Espíritu
Santo en Pentecostés y anuncian «las maravillas de Dios» (Hch 2,11).
Comunican a los nuevos bautizados, mediante la imposición de las manos, el don
del mismo Espíritu. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha seguido viviendo
del Espíritu y comunicándolo a sus hijos.
266. ¿Por qué se llama
Confirmación o Crismación?
1289
Se llama Confirmación,
porque confirma y refuerza la gracia bautismal. Se llama Crismación,
puesto que un rito esencial de este sacramento es la unción con el Santo Crisma
(en las Iglesias Orientales, unción con el Santo Myron).
267. ¿Cuál es el rito esencial
de la Confirmación?
1290-1301
1318
1320-1321
1318
1320-1321
El rito esencial de la Confirmación
es la unción con el Santo Crisma (aceite de oliva mezclado con perfumes,
consagrado por el obispo), que se hace con la imposición de manos por parte del
ministro, el cual pronuncia las palabras sacramentales propias del rito. En
Occidente, esta unción se hace sobre la frente del bautizado con estas
palabras: «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo». En las Iglesias
Orientales de rito bizantino, la unción se hace también en otras partes del
cuerpo, con la fórmula: «Sello del don del Espíritu Santo».
268. ¿Cuál es el efecto de la
Confirmación?
1302-1305
1316-1317
1316-1317
El efecto de la Confirmación es la
especial efusión del Espíritu Santo, tal como sucedió en Pentecostés. Esta
efusión imprime en el alma un carácter indeleble y otorga un crecimiento de la
gracia bautismal; arraiga más profundamente la filiación divina; une más
fuertemente con Cristo y con su Iglesia; fortalece en el alma los dones del
Espíritu Santo; concede una fuerza especial para dar testimonio de la fe
cristiana.
269. ¿Quién puede recibir este
sacramento?
1306-1311
1319
1319
El sacramento de la Confirmación
puede y debe recibirlo, una sola vez, aquel que ya ha sido bautizado. Para
recibirlo con fruto hay que estar en gracia de Dios.
270. ¿Quién es el ministro de la
Confirmación?
1312-1314
El ministro originario de la
Confirmación es el obispo: se manifiesta así el vínculo del confirmado con la
Iglesia en su dimensión apostólica. Cuando el sacramento es administrado por un
presbítero, como sucede ordinariamente en Oriente y en casos particulares en
Occidente, es el mismo presbítero, colaborador del obispo, y el santo crisma,
consagrado por éste, quienes expresan el vínculo del confirmado con el obispo y
con la Iglesia.
EL
SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
271. ¿Qué es la Eucaristía?
1322-1323
1409
1409
La Eucaristía es el sacrificio
mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para
perpetuar en los siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz,
confiando así a la Iglesia el memorial de su Muerte y Resurrección. Es signo de
unidad, vínculo de caridad y banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el
alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la vida eterna.
272. ¿Cuándo instituyó
Jesucristo la Eucaristía?
1323
1337-1340
1337-1340
Jesucristo instituyó la Eucaristía
el Jueves Santo, «la noche en que fue entregado» (1 Co 11, 23), mientras
celebraba con sus Apóstoles la Última Cena.
273. ¿Cómo instituyó la
Eucaristía?
1337-1340
1365, 1406
1365, 1406
Después de reunirse con los
Apóstoles en el Cenáculo, Jesús tomó en sus manos el pan, lo partió y se lo
dio, diciendo: «Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo que será
entregado por vosotros». Después tomó en sus manos el cáliz con el vino y les
dijo: «Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre
de la Alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los
hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía».
274. ¿Qué representa la
Eucaristía en la vida de la Iglesia?
1324-1327
1407
1407
La Eucaristía es fuente y culmen de
toda la vida cristiana. En ella alcanzan su cumbre la acción santificante de
Dios sobre nosotros y nuestro culto a Él. La Eucaristía contiene todo el bien
espiritual de la Iglesia: el mismo Cristo, nuestra Pascua. Expresa y produce la
comunión en la vida divina y la unidad del Pueblo de Dios. Mediante la
celebración eucarística nos unimos a la liturgia del cielo y anticipamos la
vida eterna.
275. ¿Qué nombres recibe este
sacramento?
1328-1332
La inagotable riqueza de este
sacramento se expresa con diversos nombres, que evocan sus aspectos
particulares. Los más comunes son: Eucaristía, Santa Misa, Cena del Señor,
Fracción del Pan, Celebración Eucarística, Memorial de la Pasión, Muerte y
Resurrección del Señor, Santo Sacrificio, Santa y Divina Liturgia, Santos
Misterios, Santísimo Sacramento del Altar, Sagrada Comunión.
276. ¿Qué lugar ocupa la
Eucaristía en el designio divino de salvación?
1333-1334
En la Antigua Alianza, la
Eucaristía fue anunciada sobre todo en la cena pascual, celebrada cada año por
los judíos con panes ázimos, como recuerdo de la salida apresurada y liberadora
de Egipto. Jesús la anunció en sus enseñanzas y la instituyó celebrando con los
Apóstoles la Última Cena durante un banquete pascual. La Iglesia, fiel al
mandato del Señor: «Haced esto en memoria mía» (1 Co 11, 24), ha
celebrado siempre la Eucaristía, especialmente el domingo, día de la
resurrección de Jesús.
277. ¿Cómo se desarrolla la
celebración de la Eucaristía?
1345-1355
1408
1408
La celebración eucarística se
desarrolla en dos grandes momentos, que forman un solo acto de culto: la
liturgia de la Palabra, que comprende la proclamación y la escucha de la
Palabra de Dios; y la liturgia eucarística, que comprende la presentación del
pan y del vino, la anáfora o plegaria eucarística, con las palabras de la
consagración, y la comunión.
278. ¿Quién es el ministro de la
celebración de la Eucaristía?
1348
1411
1411
El ministro de la celebración de la
Eucaristía es el sacerdote (obispo o presbítero), válidamente ordenado, que
actúa en la persona de Cristo Cabeza y en nombre de la Iglesia.
279. ¿Cuáles son los elementos
esenciales y necesarios para celebrar la Eucaristía?
1412
Los elementos esenciales y
necesarios para celebrar la Eucaristía son el pan de trigo y el vino de vid.
280. ¿En qué sentido la Eucaristía
es memorial del sacrificio de Cristo?
1362-1367
La Eucaristía es memorial
del sacrificio de Cristo, en el sentido de que hace presente y actual el
sacrificio que Cristo ha ofrecido al Padre, una vez por todas, sobre la Cruz en
favor de la humanidad. El carácter sacrificial de la Eucaristía se manifiesta
en las mismas palabras de la institución: «Esto es mi Cuerpo que se entrega por
vosotros» y «Este cáliz es la nueva alianza en mi Sangre que se derrama por
vosotros» (Lc 22, 19-20). El sacrificio de la Cruz y el sacrificio de la
Eucaristía son un único sacrificio. Son idénticas la víctima y el
oferente, y sólo es distinto el modo de ofrecerse: de manera cruenta en la
cruz, incruenta en la Eucaristía.
281. ¿De qué modo la Iglesia
participa del Sacrificio eucarístico?
1368-1372
1414
1414
En la Eucaristía, el sacrificio de
Cristo se hace también sacrificio de los miembros de su Cuerpo. La vida de los
fieles, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se unen a los de
Cristo. En cuanto sacrificio, la Eucaristía se ofrece también por todos los
fieles, vivos y difuntos, en reparación de los pecados de todos los hombres y
para obtener de Dios beneficios espirituales y temporales. También la Iglesia
del cielo está unida a la ofrenda de Cristo.
282. ¿Cómo está Jesucristo
presente en la Eucaristía?
1373-1375 1413
Jesucristo está presente en la
Eucaristía de modo único e incomparable. Está presente, en efecto, de modo
verdadero, real y sustancial: con su Cuerpo y con su Sangre, con su Alma y su
Divinidad. Cristo, todo entero, Dios y hombre, está presente en ella de manera
sacramental, es decir, bajo las especies eucarísticas del pan y del vino.
283. ¿Qué significa transubstanciación?
1376-1377
1413
1413
Transubstanciación significa la conversión de toda la sustancia del pan en la
sustancia del Cuerpo de Cristo, y de toda la sustancia del vino en la sustancia
de su Sangre. Esta conversión se opera en la plegaria eucarística con la
consagración, mediante la eficacia de la palabra de Cristo y de la acción del
Espíritu Santo. Sin embargo, permanecen inalteradas las características
sensibles del pan y del vino, esto es las «especies eucarísticas».
284. La fracción del pan,
¿divide a Cristo?
1377
La fracción del pan no divide a
Cristo: Él está presente todo e íntegro en cada especie eucarística y en cada
una de sus partes.
285. ¿Cuánto dura la presencia
eucarística de Cristo?
1377
La presencia eucarística de Cristo
continúa mientras subsistan las especies eucarísticas.
286. ¿Qué tipo de culto se debe
rendir al sacramento de la Eucaristía?
1378-1381
1418
1418
Al sacramento de la Eucaristía se
le debe rendir el culto de latría, es decir la adoración reservada a
Dios, tanto durante la celebración eucarística, como fuera de ella. La Iglesia,
en efecto, conserva con la máxima diligencia las Hostias consagradas, las lleva
a los enfermos y a otras personas imposibilitadas de participar en la Santa
Misa, las presenta a la solemne adoración de los fieles, las lleva en procesión
e invita a la frecuente visita y adoración del Santísimo Sacramento, reservado
en el Sagrario.
287. ¿Por qué la Eucaristía es
el banquete pascual?
1382-1384
1391-1396
1391-1396
La Eucaristía es el banquete
pascual porque Cristo, realizando sacramentalmente su Pascua, nos entrega su
Cuerpo y su Sangre, ofrecidos como comida y bebida, y nos une con Él y entre
nosotros en su sacrificio.
288. ¿Qué significa el altar?
1383
1410
1410
El altar es el símbolo de Cristo
mismo, presente como víctima sacrificial (altar-sacrificio de la Cruz), y como
alimento celestial que se nos da a nosotros (altar-mesa eucarística).
289. ¿Cuándo obliga la Iglesia a
participar de la Santa Misa?
1389
1417
1417
La Iglesia establece que los fieles
tienen obligación de participar de la Santa Misa todos los domingos y fiestas
de precepto, y recomienda que se participe también en los demás días.
290. ¿Cuándo se debe recibir la
sagrada Comunión?
1389
La Iglesia recomienda a los fieles
que participan de la Santa Misa recibir también, con las debidas disposiciones,
la sagrada Comunión, estableciendo la obligación de hacerlo al menos en Pascua.
291. ¿Qué se requiere para
recibir la sagrada Comunión?
1385-1389
1415
1415
Para recibir la sagrada Comunión se
debe estar plenamente incorporado a la Iglesia Católica y hallarse en gracia de
Dios, es decir sin conciencia de pecado mortal. Quien es consciente de haber
cometido un pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes
de acercarse a comulgar. Son también importantes el espíritu de recogimiento y
de oración, la observancia del ayuno prescrito por la Iglesia y la actitud
corporal (gestos, vestimenta), en señal de respeto a Cristo.
292. ¿Cuáles son los frutos de
la sagrada Comunión?
1391-1397
1416
1416
La sagrada Comunión acrecienta
nuestra unión con Cristo y con su Iglesia, conserva y renueva la vida de la
gracia, recibida en el Bautismo y la Confirmación y nos hace crecer en el amor
al prójimo. Fortaleciéndonos en la caridad, nos perdona los pecados veniales y
nos preserva de los pecados mortales para el futuro.
293. ¿Cuándo se puede
administrar la sagrada Comunión a los otros cristianos?
1398-1401
Los ministros católicos administran
lícitamente la sagrada Comunión a los miembros de las Iglesias orientales que
no están en plena comunión con la Iglesia católica, siempre que éstos lo
soliciten espontáneamente y tengan las debidas disposiciones.
Asimismo, los ministros católicos
administran lícitamente la sagrada Comunión a los miembros de otras comunidades
eclesiales que, en presencia de una grave necesidad, la pidan espontáneamente,
estén bien dispuestos y manifiesten la fe católica respecto al sacramento.
294. ¿Por qué se dice que la
Eucaristía es «prenda de la gloria futura»?
1402-1405
La Eucaristía es prenda de la
gloria futura porque nos colma de toda gracia y bendición del cielo, nos
fortalece en la peregrinación de nuestra vida terrena y nos hace desear la vida
eterna, uniéndonos a Cristo, sentado a la derecha del Padre, a la Iglesia del
cielo, a la Santísima Virgen y a todos los santos.
«En la Eucaristía, nosotros
partimos "un mismo pan que es remedio de inmortalidad, antídoto no para
morir, sino para vivir en Jesucristo para siempre"» (San Ignacio de Antioquía).
CAPÍTULO
SEGUNDO
295. ¿Por qué Cristo instituyó
los sacramentos de la Penitencia y de la Unción de los enfermos?
1420-1421
1426
1426
Cristo, médico del alma y del
cuerpo, instituyó los sacramentos de la Penitencia y de la Unción de los
enfermos, porque la vida nueva que nos fue dada por Él en los sacramentos de la
iniciación cristiana puede debilitarse y perderse para siempre a causa del
pecado. Por ello, Cristo ha querido que la Iglesia continuase su obra de
curación y de salvación mediante estos dos sacramentos.
EL
SACRAMENTO DE LA PENITENCIA
Y LA RECONCILIACIÓN
Y LA RECONCILIACIÓN
296. ¿Qué nombres recibe este
sacramento?
1422-1424
Este sacramento es llamado
sacramento de la Penitencia, de la Reconciliación, del Perdón, de la Confesión
y de la Conversión.
297. ¿Por qué hay un sacramento
de la Reconciliación después del Bautismo?
1425-1426
1484
1484
Puesto que la vida nueva de la
gracia, recibida en el Bautismo, no suprimió la debilidad de la naturaleza
humana ni la inclinación al pecado (esto es, la concupiscencia), Cristo
instituyó este sacramento para la conversión de los bautizados que se han
alejado de Él por el pecado.
298. ¿Cuándo fue instituido este
sacramento?
1485
El Señor resucitado instituyó este
sacramento cuando la tarde de Pascua se mostró a sus Apóstoles y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20,
22-23).
299. ¿Tienen necesidad los
bautizados de conversión?
1427-1429
La llamada de Cristo a la
conversión resuena continuamente en la vida de los bautizados. Esta conversión
es una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia, que, siendo santa, recibe en
su propio seno a los pecadores.
300. ¿Qué es la penitencia
interior?
1430-1433
1490
1490
La penitencia interior es el
dinamismo del «corazón contrito» (Sal 51, 19), movido por la gracia
divina a responder al amor misericordioso de Dios. Implica el dolor y el
rechazo de los pecados cometidos, el firme propósito de no pecar más, y la
confianza en la ayuda de Dios. Se alimenta de la esperanza en la misericordia
divina.
301. ¿De qué modos se expresa la
penitencia en la vida cristiana?
1434-1439
La penitencia puede tener
expresiones muy variadas, especialmente el ayuno, la oración y la limosna.
Estas y otras muchas formas de penitencia pueden ser practicadas en la vida
cotidiana del cristiano, en particular en tiempo de Cuaresma y el viernes, día
penitencial.
302. ¿Cuáles son los elementos
esenciales del sacramento de la Reconciliación?
1440-1449
Los elementos esenciales del
sacramento de la Reconciliación son dos: los actos que lleva a cabo el hombre,
que se convierte bajo la acción del Espíritu Santo, y la absolución del
sacerdote, que concede el perdón en nombre de Cristo y establece el modo de la
satisfacción.
303. ¿Cuáles son los actos
propios del penitente?
1450-1460
1487-1492
1487-1492
Los actos propios del penitente son
los siguientes: un diligente examen de conciencia; la contrición
(o arrepentimiento), que es perfecta cuando está motivada por el amor a Dios,
imperfecta cuando se funda en otros motivos, e incluye el propósito de no
volver a pecar; la confesión, que consiste en la acusación de los
pecados hecha delante del sacerdote; la satisfacción, es decir, el
cumplimiento de ciertos actos de penitencia, que el propio confesor impone al
penitente para reparar el daño causado por el pecado.
304. ¿Qué pecados deben confesarse?
1456
Se deben confesar todos los pecados
graves aún no confesados que se recuerdan después de un diligente examen de
conciencia. La confesión de los pecados graves es el único modo ordinario de
obtener el perdón.
305. ¿Cuándo se está obligado a
confesar los pecados graves?
1457
Todo fiel, que haya llegado al uso
de razón, está obligado a confesar sus pecados graves al menos una vez al año,
y de todos modos antes de recibir la sagrada Comunión.
306. ¿Por qué también los
pecados veniales pueden ser objeto de la confesión sacramental?
1458
La Iglesia recomienda vivamente la
confesión de los pecados veniales aunque no sea estrictamente necesaria, ya que
ayuda a formar una recta conciencia y a luchar contra las malas inclinaciones,
a dejarse curar por Cristo y a progresar en la vida del Espíritu.
307. ¿Quién es el ministro del
sacramento de la Reconciliación?
1461-1466
1495
1495
Cristo confió el ministerio de la
reconciliación a sus Apóstoles, a los obispos, sucesores de los Apóstoles, y a
los presbíteros, colaboradores de los obispos, los cuales se convierten, por
tanto, en instrumentos de la misericordia y de la justicia de Dios. Ellos
ejercen el poder de perdonar los pecados en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo.
308. ¿A quién está reservada la
absolución de algunos pecados particularmente graves?
1463
La absolución de algunos pecados
particularmente graves (como son los castigados con la excomunión) está
reservada a la Sede Apostólica o al obispo del lugar o a los presbíteros autorizados
por ellos, aunque todo sacerdote puede absolver de cualquier pecado y
excomunión, al que se halla en peligro de muerte.
309. El confesor, ¿está obligado
al secreto?
1467
Dada la delicadeza y la grandeza de
este ministerio y el respeto debido a las personas, todo confesor está
obligado, sin ninguna excepción y bajo penas muy severas, a mantener el sigilo
sacramental, esto es, el absoluto secreto sobre los pecados conocidos en
confesión.
310. ¿Cuáles son los efectos de
este sacramento?
1468-1470
1496
1496
Los efectos del sacramento de la
Penitencia son: la reconciliación con Dios y, por tanto, el perdón de los
pecados; la reconciliación con la Iglesia; la recuperación del estado de
gracia, si se había perdido; la remisión de la pena eterna merecida a causa de
los pecados mortales y, al menos en parte, de las penas temporales que son
consecuencia del pecado; la paz y la serenidad de conciencia y el consuelo del
espíritu; el aumento de la fuerza espiritual para el combate cristiano.
311. ¿Se puede celebrar en
algunos casos este sacramento con la confesión general y absolución colectiva?
1480-1484
En caso de grave necesidad (como un
inminente peligro de muerte), se puede recurrir a la celebración comunitaria de
la Reconciliación, con la confesión general y la absolución colectiva,
respetando las normas de la Iglesia y haciendo propósito de confesar
individualmente, a su debido tiempo, los pecados graves ya perdonados de esta
forma.
312. ¿Qué son las indulgencias?
1471-1479
1498
1498
Las indulgencias son la remisión
ante Dios de la pena temporal merecida por los pecados ya perdonados en
cuanto a la culpa, que el fiel, cumpliendo determinadas condiciones, obtiene
para sí mismo o para los difuntos, mediante el ministerio de la Iglesia, la
cual, como dispensadora de la redención, distribuye el tesoro de los méritos de
Cristo y de los santos.
EL
SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
313. ¿Cómo es considerada la
enfermedad en el Antiguo Testamento?
1499-1502
En el Antiguo Testamento, el hombre
experimenta en la enfermedad su propia limitación y, al mismo tiempo, percibe
que ésta se halla misteriosamente vinculada al pecado. Los profetas intuyeron
que la enfermedad podía tener también un valor redentor de los pecados propios
y ajenos. Así, la enfermedad se vivía ante Dios, de quien el hombre imploraba
la curación.
314. ¿Qué significado tiene la
compasión de Jesús hacia los enfermos?
1503-1505
La compasión de Jesús hacia los
enfermos y las numerosas curaciones realizadas por él son una clara señal de
que con él había llegado el Reino de Dios y, por tanto, la victoria sobre el
pecado, el sufrimiento y la muerte. Con su pasión y muerte, Jesús da un nuevo
sentido al sufrimiento, el cual, unido al de Cristo, puede convertirse en medio
de purificación y salvación, para nosotros y para los demás.
315. ¿Cómo se comporta la
Iglesia con los enfermos?
1506-1513
1526-1527
1526-1527
La Iglesia, habiendo recibido del
Señor el mandato de curar a los enfermos, se empeña en el cuidado de los que
sufren, acompañándolos con oraciones de intercesión. Tiene sobre todo un
sacramento específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y
atestiguado por Santiago: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los
presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre
del Señor» (St 5, 14-15).
316. ¿Quién puede recibir el
sacramento de la Unción de los enfermos?
1514-1515
1528-1529
1528-1529
El sacramento de la Unción de los
enfermos lo puede recibir cualquier fiel que comienza a encontrarse en peligro
de muerte por enfermedad o vejez. El mismo fiel lo puede recibir también otras
veces, si se produce un agravamiento de la enfermedad o bien si se presenta
otra enfermedad grave. La celebración de este sacramento debe ir precedida, si
es posible, de la confesión individual del enfermo.
317. ¿Quién administra este
sacramento?
1516
1530
1530
El sacramento de la Unción de los
enfermos sólo puede ser administrado por los sacerdotes (obispos o
presbíteros).
318. ¿Cómo se celebra este
sacramento?
1517-1519
1531
1531
La celebración del sacramento de la
Unción de los enfermos consiste esencialmente en la unción con óleo,
bendecido si es posible por el obispo, sobre la frente y las manos del enfermo
(en el rito romano, o también en otras partes del cuerpo en otros ritos),
acompañada de la oración del sacerdote, que implora la gracia especial
de este sacramento.
319. ¿Cuáles son los efectos de
este sacramento?
1520-1523
1532
1532
El sacramento de la Unción confiere
una gracia particular, que une más íntimamente al enfermo a la Pasión de
Cristo, por su bien y por el de toda la Iglesia, otorgándole fortaleza, paz,
ánimo y también el perdón de los pecados, si el enfermo no ha podido
confesarse. Además, este sacramento concede a veces, si Dios lo quiere, la
recuperación de la salud física. En todo caso, esta Unción prepara al enfermo
para pasar a la Casa del Padre.
320. ¿Qué es el Viático?
1524-1525
El Viático es la Eucaristía
recibida por quienes están por dejar esta vida terrena y se preparan para el
paso a la vida eterna. Recibida en el momento del tránsito de este mundo al
Padre, la Comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo muerto y resucitado, es
semilla de vida eterna y poder de resurrección.
CAPÍTULO TERCERO
321. ¿Cuáles son los sacramentos
al servicio de la comunión y de la misión?
1533-1535
Dos sacramentos, el Orden y el
Matrimonio, confieren una gracia especial para una misión particular en la
Iglesia, al servicio de la edificación del pueblo de Dios. Contribuyen
especialmente a la comunión eclesial y a la salvación de los demás.
EL
SACRAMENTO DEL ORDEN
322. ¿Qué es el sacramento del
Orden?
1536
El sacramento del Orden es aquel
mediante el cual, la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles, sigue siendo
ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos.
323. ¿Por qué se llama
sacramento del Orden?
1537-1538
Orden indica un cuerpo eclesial, del que se entra a formar parte
mediante una especial consagración (Ordenación), que, por un don singular del
Espíritu Santo, permite ejercer una potestad sagrada al servicio del
Pueblo de Dios en nombre y con la autoridad de Cristo.
324. ¿Cómo se sitúa el
sacramento del Orden en el designio divino de la salvación?
1539-1546
1590-1591
1590-1591
En la Antigua Alianza el sacramento
del Orden fue prefigurado por el servicio de los levitas, el sacerdocio de
Aarón y la institución de los setenta «ancianos» (Nm 11, 25). Estas
prefiguraciones se cumplen en Cristo Jesús, quien, mediante su sacrificio en la
cruz, es «el único [.....] mediador entre Dios y los hombres» (1 Tm 2,
5), el «Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec» (Hb 5,10). El
único sacerdocio de Cristo se hace presente por el sacerdocio ministerial.
«Sólo Cristo es el verdadero
sacerdote; los demás son ministros suyos»
(Santo Tomás de Aquino).
(Santo Tomás de Aquino).
325. ¿De cuántos grados se
compone el sacramento del Orden?
1554
1593
1593
El sacramento del Orden se compone
de tres grados, que son insustituibles para la estructura orgánica de la
Iglesia: el episcopado, el presbiterado y el diaconado.
326. ¿Cuál es el efecto de la
Ordenación episcopal?
1557-1558
1594
1594
La Ordenación episcopal da la
plenitud del sacramento del Orden, hace al Obispo legítimo sucesor de los
Apóstoles, lo constituye miembro del Colegio episcopal, compartiendo con el
Papa y los demás obispos la solicitud por todas las Iglesias, y le confiere los
oficios de enseñar, santificar y gobernar.
327. ¿Cuál es el oficio del
obispo en la Iglesia particular que se le ha confiado?
1560-1561
El obispo, a quien se confía una
Iglesia particular, es el principio visible y el fundamento de la unidad de esa
Iglesia, en la cual desempeña, como vicario de Cristo, el oficio pastoral,
ayudado por sus presbíteros y diáconos.
328. ¿Cuál es el efecto de la
Ordenación presbiteral?
1562-1567
1595
1595
La unción del Espíritu marca al presbítero
con un carácter espiritual indeleble, lo configura a Cristo sacerdote y lo hace
capaz de actuar en nombre de Cristo Cabeza. Como cooperador del Orden
episcopal, es consagrado para predicar el Evangelio, celebrar el culto divino,
sobre todo la Eucaristía, de la que saca fuerza todo su ministerio, y ser
pastor de los fieles.
329. ¿Cómo ejerce el presbítero
su ministerio?
1568
Aunque haya sido ordenado para una
misión universal, el presbítero la ejerce en una Iglesia particular, en
fraternidad sacramental con los demás presbíteros que forman el «presbiterio» y
que, en comunión con el obispo y en dependencia de él, tienen la
responsabilidad de la Iglesia particular.
330. ¿Cuál es el efecto de la
Ordenación diaconal?
1569-1574
1596
1596
El diácono, configurado con Cristo
siervo de todos, es ordenado para el servicio de la Iglesia, y lo cumple bajo
la autoridad de su obispo, en el ministerio de la Palabra, el culto divino, la
guía pastoral y la caridad.
331. ¿Cómo se celebra el
sacramento del Orden?
1572-1574
1597
1597
En cada uno de sus tres grados, el
sacramento del Orden se confiere mediante la imposición de las manos
sobre la cabeza del ordenando por parte del obispo, quien pronuncia la solemne oración
consagratoria. Con ella, el obispo pide a Dios para el ordenando una especial
efusión del Espíritu Santo y de sus dones, en orden al ejercicio de su
ministerio.
332. ¿Quién puede conferir este
sacramento?
1575-1576
1600
1600
Corresponde a los obispos
válidamente ordenados, en cuanto sucesores de los Apóstoles, conferir los tres
grados del sacramento del Orden.
333. ¿Quién puede recibir este
sacramento?
1577-1578
1598
1598
Sólo el varón bautizado puede
recibir válidamente el sacramento del Orden. La Iglesia se reconoce vinculada
por esta decisión del mismo Señor. Nadie puede exigir la recepción del
sacramento del Orden, sino que debe ser considerado apto para el ministerio por
la autoridad de la Iglesia.
334. ¿Se exige el celibato para
recibir el sacramento del Orden?
1579-1580
1599
1599
Para el episcopado se exige siempre
el celibato. Para el presbiterado, en la Iglesia latina, son ordinariamente
elegidos hombres creyentes que viven como célibes y tienen la voluntad de
guardar el celibato «por el reino de los cielos» (Mt 19, 12); en las
Iglesias orientales no está permitido contraer matrimonio después de haber
recibido la ordenación. Al diaconado permanente pueden acceder también hombres
casados.
335. ¿Qué efectos produce el
sacramento del Orden?
1581-1589
1592
1592
El sacramento del Orden otorga una
efusión especial del Espíritu Santo, que configura con Cristo al ordenado en su
triple función de Sacerdote, Profeta y Rey, según los respectivos grados del
sacramento. La ordenación confiere un carácter espiritual indeleble: por eso no
puede repetirse ni conferirse por un tiempo determinado.
336. ¿Con qué autoridad se
ejerce el sacerdocio ministerial?
1547-1553
1592
1592
Los sacerdotes ordenados, en el
ejercicio del ministerio sagrado, no hablan ni actúan por su propia autoridad,
ni tampoco por mandato o delegación de la comunidad, sino en la Persona de
Cristo Cabeza y en nombre de la Iglesia. Por tanto, el sacerdocio ministerial
se diferencia esencialmente, y no sólo en grado, del sacerdocio común de los
fieles, al servicio del cual lo instituyó Cristo.
EL
SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
337. ¿Cuál es el designio de
Dios sobre el hombre y la mujer?
1601-1605
Dios, que es amor y creó al hombre
por amor, lo ha llamado a amar. Creando al hombre y a la mujer, los ha llamado
en el Matrimonio a una íntima comunión de vida y amor entre ellos, «de manera
que ya no son dos, sino una sola carne» (Mt 19, 6). Al bendecirlos, Dios
les dijo: «Creced y multiplicaos» (Gn 1, 28).
338. ¿Con qué fines ha
instituido Dios el Matrimonio?
1659-1660
La alianza matrimonial del hombre y
de la mujer, fundada y estructurada con leyes propias dadas por el Creador,
está ordenada por su propia naturaleza a la comunión y al bien de los cónyuges,
y a la procreación y educación de los hijos. Jesús enseña que, según el
designio original divino, la unión matrimonial es indisoluble: «Lo que Dios ha
unido, que no lo separe el hombre» (Mc 10, 9).
339. ¿De qué modo el pecado amenaza al Matrimonio?
339. ¿De qué modo el pecado amenaza al Matrimonio?
1606-1608
A causa del primer pecado, que ha
provocado también la ruptura de la comunión del hombre y de la mujer, donada
por el Creador, la unión matrimonial está muy frecuentemente amenazada por la
discordia y la infidelidad. Sin embargo, Dios, en su infinita misericordia, da
al hombre y a la mujer su gracia para realizar la unión de sus vidas según el
designio divino original.
340. ¿Qué enseña el Antiguo
Testamento sobre el Matrimonio?
1609-1611
Dios ayuda a su pueblo a madurar
progresivamente en la conciencia de la unidad e indisolubilidad del Matrimonio,
sobre todo mediante la pedagogía de la Ley y los Profetas. La alianza nupcial
entre Dios e Israel prepara y prefigura la Alianza nueva realizada por el Hijo
de Dios, Jesucristo, con su esposa, la Iglesia.
341. ¿Qué novedad aporta Cristo
al Matrimonio?
1612-1617
1661
1661
Jesucristo no sólo restablece el
orden original del Matrimonio querido por Dios, sino que otorga la gracia para
vivirlo en su nueva dignidad de sacramento, que es el signo del amor esponsal
hacia la Iglesia: «Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo ama a la
Iglesia» (Ef 5, 25)
342. ¿Es el Matrimonio una
obligación para todos?
1618-1620
El Matrimonio no es una obligación
para todos. En particular, Dios llama a algunos hombres y mujeres a seguir a
Jesús por el camino de la virginidad o del celibato por el Reino de los cielos;
éstos renuncian al gran bien del Matrimonio para ocupase de las cosas del Señor
tratando de agradarle, y se convierten en signo de la primacía absoluta del
amor de Cristo y de la ardiente esperanza de su vuelta gloriosa.
343. ¿Cómo se celebra el
sacramento del Matrimonio?
1621-1624
1663
1663
Dado que el Matrimonio constituye a
los cónyuges en un estado público de vida en la Iglesia, su celebración
litúrgica es pública, en presencia del sacerdote (o de un testigo cualificado
de la Iglesia) y de otros testigos.
344. ¿Qué es el consentimiento
matrimonial?
1625-1632
1662-1663
1662-1663
El consentimiento matrimonial es la
voluntad, expresada por un hombre y una mujer, de entregarse mutua y
definitivamente, con el fin de vivir una alianza de amor fiel y fecundo. Puesto
que el consentimiento hace el Matrimonio, resulta indispensable e
insustituible. Para que el Matrimonio sea válido el consentimiento debe tener
como objeto el verdadero Matrimonio, y ser un acto humano, consciente y libre,
no determinado por la violencia o la coacción.
345. ¿Qué se exige cuando uno de
los esposos no es católico?
1633-1637
Para ser lícitos, los matrimonios mixtos
(entre católico y bautizado no católico) necesitan la licencia de la autoridad
eclesiástica. Los matrimonios con disparidad de culto (entre un católico
y un no bautizado), para ser válidos necesitan una dispensa. En todo caso, es
esencial que los cónyuges no excluyan la aceptación de los fines y las
propiedades esenciales del Matrimonio, y que el cónyuge católico confirme el
compromiso, conocido también por el otro cónyuge, de conservar la fe y asegurar
el Bautismo y la educación católica de los hijos.
346. ¿Cuáles son los efectos del
sacramento del Matrimonio?
1638-1642
El sacramento del Matrimonio crea
entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo. Dios mismo ratifica el consentimiento
de los esposos. Por tanto, el Matrimonio rato y consumado entre bautizados no
podrá ser nunca disuelto. Por otra parte, este sacramento confiere a los
esposos la gracia necesaria para alcanzar la santidad en la vida conyugal y
acoger y educar responsablemente a los hijos.
347. ¿Cuáles son los pecados
gravemente contrarios al sacramento del Matrimonio?
1645-1648
Los pecados gravemente contrarios
al sacramento del Matrimonio son los siguientes: el adulterio, la poligamia, en
cuanto contradice la idéntica dignidad entre el hombre y la mujer y la unidad y
exclusividad del amor conyugal; el rechazo de la fecundidad, que priva a la
vida conyugal del don de los hijos; y el divorcio, que contradice la
indisolubilidad.
348. ¿Cuándo admite la Iglesia
la separación física de los esposos?
1629
1649
1649
La Iglesia admite la separación
física de los esposos cuando la cohabitación entre ellos se ha hecho, por
diversas razones, prácticamente imposible, aunque procura su reconciliación.
Pero éstos, mientras viva el otro cónyuge, no son libres para contraer una
nueva unión, a menos que el matrimonio entre ellos sea nulo y, como tal,
declarado por la autoridad eclesiástica.
349. ¿Cuál es la actitud de la
Iglesia hacia los divorciados vueltos a casar?
1650-1651
Fiel al Señor, la Iglesia no puede
reconocer como matrimonio la unión de divorciados vueltos a casar civilmente.
«Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella;
y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio» (Mc
10, 11-12). Hacia ellos la Iglesia muestra una atenta solicitud, invitándoles a
una vida de fe, a la oración, a las obras de caridad y a la educación cristiana
de los hijos; pero no pueden recibir la absolución sacramental, acercarse a la
comunión eucarística ni ejercer ciertas responsabilidades eclesiales, mientras
dure tal situación, que contrasta objetivamente con la ley de Dios.
350. ¿Por qué la familia
cristiana es llamada Iglesia doméstica?
1655-1658 1666
La familia cristiana es llamada Iglesia
doméstica, porque manifiesta y realiza la naturaleza comunitaria y familiar
de la Iglesia en cuanto familia de Dios. Cada miembro, según su propio papel,
ejerce el sacerdocio bautismal, contribuyendo a hacer de la familia una
comunidad de gracia y de oración, escuela de virtudes humanas y cristianas y
lugar del primer anuncio de la fe a los hijos.
CAPÍTULO
CUARTO
LOS
SACRAMENTALES
351. ¿Qué son los sacramentales?
1667-1672
1677-1678
1677-1678
Los sacramentales son signos
sagrados instituidos por la Iglesia, por medio de los cuales se santifican
algunas circunstancias de la vida. Comprenden siempre una oración acompañada de
la señal de la cruz o de otros signos. Entre los sacramentales, ocupan un lugar
importante las bendiciones, que son una alabanza a Dios y una oración para
obtener sus dones, la consagración de personas y la dedicación de cosas al
culto de Dios.
352. ¿Qué es un exorcismo?
1673
Tiene lugar un exorcismo, cuando la
Iglesia pide con su autoridad, en nombre de Jesús, que una persona o un objeto
sea protegido contra el influjo del Maligno y sustraído a su dominio. Se
practica de modo ordinario en el rito del Bautismo. El exorcismo solemne,
llamado gran exorcismo, puede ser efectuado solamente por un presbítero
autorizado por el obispo.
353. ¿Qué formas de piedad
popular acompañan la vida sacramental de la Iglesia?
1674-1676
1679
1679
El sentido religioso del pueblo
cristiano ha encontrado en todo tiempo su expresión en formas variadas de
piedad, que acompañan la vida sacramental de la Iglesia, como son la veneración
de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las
procesiones, el «Vía crucis», el Rosario. La Iglesia, a la luz de la fe,
ilumina y favorece las formas auténticas de piedad popular.
LAS
EXEQUIAS CRISTIANAS
354. ¿Qué relación existe entre
los sacramentos y la muerte del cristiano?
1680-1683
El cristiano que muere en Cristo
alcanza, al final de su existencia terrena, el cumplimiento de la nueva vida
iniciada con el Bautismo, reforzada con la Confirmación y alimentada en la
Eucaristía, anticipo del banquete celestial. El sentido de la muerte del
cristiano se manifiesta a la luz de la Muerte y Resurrección de Cristo, nuestra
única esperanza; el cristiano que muere en Cristo Jesús va «a vivir con el Señor»
(2 Co 5, 8).
355. ¿Qué expresan las exequias?
1684-1685
Las exequias, aunque se celebren
según diferentes ritos, respondiendo a las situaciones y a las tradiciones de
cada región, expresan el carácter pascual de la muerte cristiana, en la
esperanza de la resurrección, y el sentido de la comunión con el difunto,
particularmente mediante la oración por la purificación de su alma.
356. ¿Cuáles son los momentos
principales de las exequias?
1686-1690
De ordinario, las exequias
comprenden cuatro momentos principales: la acogida de los restos mortales del
difunto por parte de la comunidad, con palabras de consuelo y esperanza para
sus familiares; la liturgia de la Palabra; el sacrificio eucarístico; y «el
adiós», con el que se encomienda el alma del difunto a Dios, fuente de vida
eterna, mientras su cuerpo es sepultado en la esperanza de la Resurrección.
TERCERA
PARTE
PRIMERA
SECCIÓN
357. ¿De qué modo la vida moral
cristiana está vinculada a la fe y a los sacramentos?
1691-1698
Lo que se profesa en el Símbolo de
la fe, los sacramentos lo comunican. En efecto, con ellos los fieles reciben la
gracia de Cristo y los dones del Espíritu Santo, que les hacen capaces de vivir
la vida nueva de hijos de Dios en Cristo, acogido con fe.
«Cristiano, reconoce tu
dignidad» (San León Magno).
CAPÍTULO
PRIMERO
EL
HOMBRE, IMAGEN DE DIOS
358. ¿Cuál es la raíz de la dignidad de la persona humana?
1699-1715
La dignidad de la persona humana
está arraigada en su creación a imagen y semejanza de Dios. Dotada de alma
espiritual e inmortal, de inteligencia y de voluntad libre, la persona humana
está ordenada a Dios y llamada, con alma y cuerpo, a la bienaventuranza eterna.
NUESTRA
VOCACIÓN A LA BIENAVENTURANZA
359. ¿Cómo alcanza el hombre la
bienaventuranza?
1716
El hombre alcanza la
bienaventuranza en virtud de la gracia de Cristo, que lo hace partícipe de la
vida divina. En el Evangelio Cristo señala a los suyos el camino que lleva a la
felicidad sin fin: las Bienaventuranzas. La gracia de Cristo obra en todo
hombre que, siguiendo la recta conciencia, busca y ama la verdad y el bien, y
evita el mal.
360. ¿Qué importancia tienen
para nosotros las Bienaventuranzas?
1716-1717
1725-1726
1725-1726
Las Bienaventuranzas son el centro
de la predicación de Jesús; recogen y perfeccionan las promesas de Dios, hechas
a partir de Abraham. Dibujan el rostro mismo de Jesús, y trazan la auténtica
vida cristiana, desvelando al hombre el fin último de sus actos: la
bienaventuranza eterna.
361. ¿Qué relación tienen las
Bienaventuranzas con el deseo de felicidad del hombre?
1718-1719
Las Bienaventuranzas responden al
innato deseo de felicidad que Dios ha puesto en el corazón del hombre, a fin de
atraerlo hacia Él, el único que lo puede satisfacer.
362. ¿Qué es la bienaventuranza
eterna?
1720-1724
1727-1729
1727-1729
La bienaventuranza consiste en la
visión de Dios en la vida eterna, cuando seremos en plenitud «partícipes de la
naturaleza divina» (2 P 1, 4), de la gloria de Cristo y del gozo de la
vida trinitaria. La bienaventuranza sobrepasa la capacidad humana; es un don
sobrenatural y gratuito de Dios, como la gracia que nos conduce a ella. La
promesa de la bienaventuranza nos sitúa frente a opciones morales decisivas
respecto de los bienes terrenales, estimulándonos a amar a Dios sobre todas las
cosas.
LA
LIBERTAD DEL HOMBRE
363. ¿Qué es la libertad?
1730-1733
1743-1744
1743-1744
La libertad es el poder dado por
Dios al hombre de obrar o no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar de
este modo por sí mismo acciones deliberadas. La libertad es la característica
de los actos propiamente humanos. Cuanto más se hace el bien, más libre se va
haciendo también el hombre. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada
a Dios, Bien supremo y Bienaventuranza nuestra. La libertad implica también la
posibilidad de elegir entre el bien y el mal. La elección del mal es un abuso
de la libertad, que conduce a la esclavitud del pecado.
364. ¿Qué relación hay entre
libertad y responsabilidad?
1734-1737
1745-1746
1745-1746
La libertad hace al hombre
responsable de sus actos, en la medida en que éstos son voluntarios; aunque
tanto la imputabilidad como la responsabilidad de una acción pueden quedar
disminuidas o incluso anuladas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la
violencia soportada, el miedo, los afectos desordenados y los hábitos.
365. ¿Por qué todo hombre tiene
derecho al ejercicio de su libertad?
1738
1747
1747
El derecho al ejercicio de la
libertad es propio de todo hombre, en cuanto resulta inseparable de su dignidad
de persona humana. Este derecho ha de ser siempre respetado, especialmente en
el campo moral y religioso, y debe ser civilmente reconocido y tutelado, dentro
de los límites del bien común y del justo orden público.
366. ¿Dónde se sitúa la libertad
humana en el orden de la salvación?
1739-1742
1748
1748
Nuestra libertad se halla
debilitada a causa del pecado original. El debilitamiento se agrava aún más por
los pecados sucesivos. Pero Cristo «nos liberó para ser libres» (Ga 5,
1). El Espíritu Santo nos conduce con su gracia a la libertad espiritual, para
hacernos libres colaboradores suyos en la Iglesia y en el mundo.
367. ¿Cuál es la fuente de
moralidad de los actos humanos?
1749-1754
1757-1758
1757-1758
La moralidad de los actos humanos
depende de tres fuentes: del objeto elegido, es decir, un bien real o
aparente; de la intención del sujeto que actúa, es decir, del fin por el
que lleva a cabo su acción; y de las circunstancias de la acción,
incluidas las consecuencias de la misma.
368. ¿Cuándo un acto es
moralmente bueno?
1755-1756
1759-1760
1759-1760
El acto es moralmente bueno cuando
supone, al mismo tiempo, la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias.
El objeto elegido puede por sí solo viciar una acción, aunque la intención sea
buena. No es lícito hacer el mal para conseguir un bien. Un fin malo puede
corromper la acción, aunque su objeto sea en sí mismo bueno; asimismo, un fin
bueno no hace buena una acción que de suyo sea en sí misma mala, porque el fin
no justifica los medios. Las circunstancias pueden atenuar o incrementar la
responsabilidad de quien actúa, pero no puede modificar la calidad moral de los
actos mismos, porque no convierten nunca en buena una acción mala en sí misma.
369. ¿Hay actos que son siempre
ilícitos?
1756-1761
Hay actos cuya elección es siempre
ilícita en razón de su objeto (por ejemplo, la blasfemia, el homicidio, el
adulterio). Su elección supone un desorden de la voluntad, es decir, un mal
moral, que no puede ser justificado en virtud de los bienes que eventualmente
pudieran derivarse de ellos.
LA
MORALIDAD DE LAS PASIONES
370. ¿Qué son las pasiones?
1762-1766
1771-1772
1771-1772
Las pasiones son los afectos,
emociones o impulsos de la sensibilidad –componentes naturales de la psicología
humana–, que inclinan a obrar o a no obrar, en vista de lo que se percibe como
bueno o como malo. Las principales son el amor y el odio, el deseo y el temor,
la alegría, la tristeza y la cólera. La pasión fundamental es el amor,
provocado por el atractivo del bien. No se ama sino el bien, real o aparente.
371. ¿Las pasiones son
moralmente buenas o malas?
1767-1770
1773-1775
1773-1775
Las pasiones, en cuanto impulsos de
la sensibilidad, no son en sí mismas ni buenas ni malas; son buenas, cuando
contribuyen a una acción buena; son malas, en caso contrario. Pueden ser
asumidas en las virtudes o pervertidas en los vicios.
LA
CONCIENCIA MORAL
372. ¿Qué es la conciencia
moral?
1776-1780
1795-1797
1795-1797
La conciencia moral, presente en lo
íntimo de la persona, es un juicio de la razón, que en el momento oportuno,
impulsa al hombre a hacer el bien y a evitar el mal. Gracias a ella, la persona
humana percibe la cualidad moral de un acto a realizar o ya realizado,
permitiéndole asumir la responsabilidad del mismo. Cuando escucha la conciencia
moral, el hombre prudente puede sentir la voz de Dios que le habla.
373. ¿Qué supone la dignidad de
la persona en relación con la conciencia moral?
1780-1782
1798
1798
La dignidad de la persona humana
supone la rectitud de la conciencia moral, es decir que ésta se halle de
acuerdo con lo que es justo y bueno según la razón y la ley de Dios. A causa de
la misma dignidad personal, el hombre no debe ser forzado a obrar contra su
conciencia, ni se le debe impedir obrar de acuerdo con ella, sobre todo en el
campo religioso, dentro de los límites del bien común.
374. ¿Cómo se forma la
conciencia moral para que sea recta y veraz?
1783-1788
1799-1800
1799-1800
La conciencia recta y veraz se
forma con la educación, con la asimilación de la Palabra de Dios y las
enseñanzas de la Iglesia. Se ve asistida por los dones del Espíritu Santo y
ayudada con los consejos de personas prudentes. Además, favorecen mucho la
formación moral tanto la oración como el examen de conciencia.
375. ¿Qué normas debe seguir
siempre la conciencia?
1789
Tres son las normas más generales
que debe seguir siempre la conciencia:
1) Nunca está permitido hacer el
mal para obtener un bien.
2) La llamada Regla de oro: «Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos» (Mt 7, 12).
3) La caridad supone siempre el respeto del prójimo y de su conciencia, aunque esto no significa aceptar como bueno lo que objetivamente es malo.
2) La llamada Regla de oro: «Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos» (Mt 7, 12).
3) La caridad supone siempre el respeto del prójimo y de su conciencia, aunque esto no significa aceptar como bueno lo que objetivamente es malo.
376. ¿Puede la conciencia moral
emitir juicios erróneos?
1790-1794
1801-1802
1801-1802
La persona debe obedecer siempre al
juicio cierto de la propia conciencia, la cual, sin embargo, puede también
emitir juicios erróneos, por causas no siempre exentas de culpabilidad
personal. Con todo, no es imputable a la persona el mal cometido por ignorancia
involuntaria, aunque siga siendo objetivamente un mal. Es necesario, por tanto,
esforzarse para corregir la conciencia moral de sus errores.
LAS
VIRTUDES
377. ¿Qué es la virtud?
1803. 1833
La virtud es una disposición
habitual y firme para hacer el bien: «El fin de una vida virtuosa consiste en
llegar a ser semejante a Dios» (San Gregorio de Nisa). Hay virtudes humanas y
virtudes teologales.
378. ¿Qué son las virtudes
humanas?
1804
1810-1811
1834, 1839
1810-1811
1834, 1839
Las virtudes humanas son
perfecciones habituales y estables del entendimiento y de la voluntad, que
regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta en
conformidad con la razón y la fe. Adquiridas y fortalecidas por medio de actos
moralmente buenos y reiterados, son purificadas y elevadas por la gracia divina.
379. ¿Cuáles son las principales
virtudes humanas?
1805
1834
1834
Las principales virtudes humanas
son las denominadas cardinales, que agrupan a todas las demás y
constituyen las bases de la vida virtuosa. Son la prudencia, la justicia, la
fortaleza y la templanza.
380. ¿Qué es la prudencia?
1806
1835
1835
La prudencia dispone la razón a
discernir, en cada circunstancia, nuestro verdadero bien y a elegir los medios
adecuados para realizarlo. Es guía de las demás virtudes, indicándoles su regla
y medida.
381. ¿Qué es la justicia?
1807
1836
1836
La justicia consiste en la
constante y firme voluntad de dar a los demás lo que les es debido. La justicia
para con Dios se llama «virtud de la religión».
382. ¿Qué es la fortaleza?
1808
1838
1838
La fortaleza asegura la firmeza en
las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la
capacidad de aceptar el eventual sacrificio de la propia vida por una causa
justa.
383. ¿Qué es la templanza?
1809
1838
1838
La templanza modera la atracción de
los placeres, asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y procura
el equilibrio en el uso de los bienes creados.
384. ¿Qué son las virtudes
teologales?
1812-1813
1840-1841
1840-1841
Las virtudes teologales son las que
tienen como origen, motivo y objeto inmediato a Dios mismo. Infusas en el
hombre con la gracia santificante, nos hacen capaces de vivir en relación con
la Santísima Trinidad, y fundamentan y animan la acción moral del cristiano,
vivificando las virtudes humanas. Son la garantía de la presencia y de la acción
del Espíritu Santo en las facultades del ser humano.
385. ¿Cuáles son las virtudes
teologales?
1813
Las virtudes teologales son la fe,
la esperanza y la caridad
386. ¿Qué es la fe?
1814-1816
1842
1842
La fe es la virtud teologal por la
que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha revelado, y que la Iglesia nos
propone creer, dado que Dios es la Verdad misma. Por la fe, el hombre se
abandona libremente a Dios; por ello, el que cree trata de conocer y hacer la
voluntad de Dios, ya que «la fe actúa por la caridad» (Ga 5, 6).
387. ¿Qué es la esperanza?
1817-1821
1843
1843
La esperanza es la virtud teologal
por la que deseamos y esperamos de Dios la vida eterna como nuestra felicidad,
confiando en las promesas de Cristo, y apoyándonos en la ayuda de la gracia del
Espíritu Santo para merecerla y perseverar hasta el fin de nuestra vida
terrena.
388. ¿Qué es la caridad?
1822-1829
1844
1844
La caridad es la virtud teologal
por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a
nosotros mismos por amor a Dios. Jesús hace de ella el mandamiento nuevo, la
plenitud de la Ley. Ella es «el vínculo de la perfección» (Col 3, 14) y
el fundamento de las demás virtudes, a las que anima, inspira y ordena: sin
ella «no soy nada» y «nada me aprovecha» (1 Co 13, 2-3).
389. ¿Qué son los dones del
Espíritu Santo?
1830-1831
1845
1845
Los dones del Espíritu Santo
son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir las
inspiraciones divinas. Son siete: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza,
ciencia, piedad y temor de Dios.
390. ¿Qué son los frutos del
Espíritu Santo?
1832
Los frutos del Espíritu
Santo son perfecciones plasmadas en nosotros como primicias de la gloria
eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce: «caridad, gozo, paz,
paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia,
continencia y castidad» (Ga 5, 22-23 [Vulgata]).
EL
PECADO
391. ¿Qué supone para nosotros
acoger la misericordia de Dios?
1846-1848
1870
1870
Acoger la misericordia de Dios
supone que reconozcamos nuestras culpas, arrepintiéndonos de nuestros pecados.
Dios mismo, con su Palabra y su Espíritu, descubre nuestros pecados, sitúa
nuestra conciencia en la verdad sobre sí misma y nos concede la esperanza del
perdón.
392. ¿Qué es el pecado?
1849-1851
1871-1872
1871-1872
El pecado es «una palabra, un acto
o un deseo contrarios a la Ley eterna» (San Agustín). Es una ofensa a Dios, a
quien desobedecemos en vez de responder a su amor. Hiere la naturaleza del
hombre y atenta contra la solidaridad humana. Cristo, en su Pasión, revela
plenamente la gravedad del pecado y lo vence con su misericordia.
393. ¿Hay diversidad de pecados?
1852-1853
1873
1873
La variedad de los pecados es
grande. Pueden distinguirse según su objeto o según las virtudes o los
mandamientos a los que se oponen. Pueden referirse directamente a Dios, al
prójimo o a nosotros mismos. Se los puede también distinguir en pecados de
pensamiento, palabra, obra y omisión.
394. ¿Cómo se distinguen los
pecados en cuanto a la gravedad?
1854
En cuanto a la gravedad, el pecado
se distingue en pecado mortal y pecado venial.
395. ¿Cuándo se comete un pecado
mortal?
1855-1861
1874
1874
Se comete un pecado mortal cuando
se dan, al mismo tiempo, materia grave, plena advertencia y deliberado
consentimiento. Este pecado destruye en nosotros la caridad, nos priva de la
gracia santificante y, a menos que nos arrepintamos, nos conduce a la muerte
eterna del infierno. Se perdona, por vía ordinaria, mediante los sacramentos
del Bautismo y de la Penitencia o Reconciliación.
396. ¿Cuándo se comete un pecado
venial?
1862-1864
1875
1875
El pecado venial, que se diferencia
esencialmente del pecado mortal, se comete cuando la materia es leve; o bien
cuando, siendo grave la materia, no se da plena advertencia o perfecto
consentimiento. Este pecado no rompe la alianza con Dios. Sin embargo, debilita
la caridad, entraña un afecto desordenado a los bienes creados, impide el
progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y en la práctica del bien
moral y merece penas temporales de purificación.
397. ¿Cómo prolifera en nosotros
el pecado?
1865, 1876
El pecado prolifera en nosotros
pues uno lleva a otro, y su repetición genera el vicio.
398. ¿Qué son los vicios?
1866-1867
Los vicios, como contrarios a las
virtudes, son hábitos perversos que oscurecen la conciencia e inclinan al mal.
Los vicios pueden ser referidos a los siete pecados llamados capitales:
soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
399. ¿Tenemos responsabilidad en
los pecados cometidos por otros?
1868
Tenemos responsabilidad en los
pecados de los otros cuando cooperamos culpablemente a que se comentan.
400. ¿Qué son las estructuras
de pecado?
1869
Las estructuras de pecado
son situaciones sociales o instituciones contrarias a la ley divina, expresión
y efecto de los pecados personales.
CAPÍTULO
SEGUNDO
LA
PERSONA Y LA SOCIEDAD
401. ¿En qué consiste la
dimensión social del hombre?
1877-1879
1890-1891
1890-1891
Junto a la llamada personal a la
bienaventuranza divina, el hombre posee una dimensión social que es parte
esencial de su naturaleza y de su vocación. En efecto, todos los hombres están
llamados a un idéntico fin, que es el mismo Dios. Hay una cierta semejanza
entre la comunión de las Personas divinas y la fraternidad que los hombres
deben instaurar entre ellos, fundada en la verdad y en la caridad. El amor al
prójimo es inseparable del amor a Dios.
402. ¿Qué relación existe entre
persona y sociedad?
1881-1882
1892-1893
1892-1893
La persona es y debe ser
principio, sujeto y fin de todas las instituciones sociales. Algunas
sociedades, como la familia y la comunidad civil, son necesarias para la
persona. También son útiles otras asociaciones, tanto dentro de las comunidades
políticas como a nivel internacional, en el respeto del principio de subsidiaridad
403. ¿Qué indica el principio de
subsidiaridad?
1883-1885
1894
1894
El principio de subsidiaridad
indica que una estructura social de orden superior no debe interferir en la
vida interna de un grupo social de orden inferior, privándole de sus
competencias, sino que más bien debe sostenerle en caso de necesidad.
404. ¿Qué más requiere una
auténtica convivencia humana?
1886-1889
1895-1896
1895-1896
Una auténtica convivencia humana
requiere respetar la justicia y la recta jerarquía de valores, así como el
subordinar las dimensiones materiales e instintivas a las interiores y
espirituales. En particular, cuando el pecado pervierte el clima social, se
necesita hacer un llamamiento a la conversión del corazón y a la gracia de
Dios, para conseguir los cambios sociales que estén realmente al servicio de
cada persona, considerada en su integridad. La caridad es el más grande
mandamiento social, pues exige y da la capacidad de practicar la justicia.
LA
PARTICIPACIÓN EN LA VIDA SOCIAL
405. ¿En qué se funda la
autoridad de la sociedad?
1897-1902
1918-1920
1918-1920
Toda sociedad humana tiene
necesidad de una autoridad legítima, que asegure el orden y contribuya a la
realización del bien común. Esta autoridad tiene su propio fundamento en la
naturaleza humana, porque corresponde al orden establecido por Dios.
406. ¿Cuándo se ejerce la
autoridad de manera legítima?
1903-1904
1921-1922
1901
1921-1922
1901
La autoridad se ejerce de manera
legítima cuando procura el bien común, y para conseguirlo utiliza medios
moralmente lícitos. Por tanto, los regímenes políticos deben estar determinados
por la libertad de decisión de los ciudadanos y respetar el principio del
«Estado de derecho». Según tal principio, la soberanía es prerrogativa de la
ley, no de la voluntad arbitraria de los hombres. Las leyes injustas y las
medidas contrarias al orden moral no obligan en conciencia.
407. ¿Qué es el bien común?
1905-1906
1924
1924
Por bien común se entiende el
conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible, a los grupos y a
cada uno de sus miembros, el logro de la propia perfección.
408. ¿Qué supone el bien común?
1907-1909
1925
1925
El bien común supone: el respeto y
la promoción de los derechos fundamentales de la persona, el desarrollo de los
bienes espirituales y temporales de la persona y la sociedad, y la paz y la
seguridad de todos.
409. ¿Dónde se realiza de manera
más completa el bien común?
1910-1912
1927
1927
La realización más completa del
bien común se verifica en aquellas comunidades políticas que defienden y
promueven el bien de los ciudadanos y de las instituciones intermedias, sin
olvidar el bien universal de la familia humana.
410. ¿Cómo participa el hombre
en la realización del bien común?
1913-1917
1926
1926
Todo hombre, según el lugar que
ocupa y el papel que desempeña, participa en la realización del bien común,
respetando las leyes justas y haciéndose cargo de los sectores en los que tiene
responsabilidad personal, como son el cuidado de la propia familia y el
compromiso en el propio trabajo. Por otra parte, los ciudadanos deben tomar
parte activa en la vida pública, en la medida en que les sea posible.
LA
JUSTICIA SOCIAL
411. ¿Cómo asegura la sociedad
la justicia social?
1928-1933
1943-1944
1943-1944
La sociedad asegura la justicia
social cuando respeta la dignidad y los derechos de la persona, finalidad
propia de la misma sociedad. Ésta, además, procura alcanzar la justicia social,
vinculada al bien común y al ejercicio de la autoridad, cuando garantiza las
condiciones que permiten a las asociaciones y a los individuos conseguir
aquello que les corresponde por derecho.
412. ¿En que se fundamenta la
igualdad entre los hombres?
1934-1935
1945
1945
Todos los hombres gozan de igual
dignidad y derechos fundamentales, en cuanto que, creados a imagen del único
Dios y dotados de una misma alma racional, tienen la misma naturaleza y origen,
y están llamados en Cristo, único Salvador, a la misma bienaventuranza divina.
413. ¿Cómo hay que juzgar el
hecho de la desigualdad entre los hombres?
1936-1938
1946-1947
1946-1947
Existen desigualdades económicas y
sociales inicuas, que afectan a millones de seres humanos, que están en total
contraste con el Evangelio, son contrarias a la justicia, a la dignidad de las
personas y a la paz. Pero hay también diferencias entre los hombres, causadas
por diversos factores, que entran en el plan de Dios. En efecto, Dios quiere
que cada uno reciba de los demás lo que necesita, y que quienes disponen de
talentos particulares los compartan con los demás. Estas diferencias alientan,
y con frecuencia obligan, a las personas a la magnanimidad, la benevolencia y
la solidaridad, e incitan a las culturas a enriquecerse unas a otras.
414. ¿Cómo se expresa la
solidaridad humana?
1939-1942
1948
1948
La solidaridad, que emana de la
fraternidad humana y cristiana, se expresa ante todo en la justa distribución
de bienes, en la equitativa remuneración del trabajo y en el esfuerzo en favor
de un orden social más justo. La virtud de la solidaridad se realiza también en
la comunicación de los bienes espirituales de la fe, aún más importantes que
los materiales.
CAPÍTULO
TERCERO
LA LEY
MORAL
415. ¿Qué es la ley moral?
1950-1953
1975-1978
1975-1978
La ley moral es obra de la
Sabiduría divina. Prescribe al hombre los caminos y las reglas de conducta que
llevan a la bienaventuranza prometida, y prohíbe los caminos que apartan de
Dios.
416. ¿En qué consiste la ley
moral natural?
1954-1960
1978-1979
1978-1979
La ley natural, inscrita por el
Creador en el corazón de todo hombre, consiste en una participación de la
sabiduría y bondad de Dios, y expresa el sentido moral originario, que permite
al hombre discernir el bien y el mal, mediante la razón. La ley natural es
universal e inmutable, y pone la base de los deberes y derechos fundamentales
de la persona, de la comunidad humana y de la misma ley civil.
417. ¿Son todos capaces de percibir
la ley natural?
1960
A causa del pecado, no siempre ni
todos son capaces de percibir en modo inmediato y con igual claridad la ley
natural.
Por esto, «Dios escribió en las
tablas de la Ley lo que los hombres no alcanzaban a leer en sus corazones» (San Agustín).
418. ¿Qué relación existe entre
la ley natural y la Ley antigua?
1961-1962
1980-1981
1980-1981
La Ley antigua constituye la
primera etapa de la Ley revelada. Expresa muchas verdades naturalmente
accesibles a la razón, que se encuentran afirmadas y convalidadas en las
Alianzas de la salvación. Sus prescripciones morales, recogidas en los
Mandamientos del Decálogo, ponen la base de la vocación del hombre, prohíben lo
que es contrario al amor de Dios y del prójimo y indican lo que les es
esencial.
419. ¿Cómo se sitúa la Ley
antigua en el plano de la salvación?
1963-1964
1982
1982
La Ley antigua permite conocer
muchas verdades accesibles a la razón, señala lo que se debe o no se debe
hacer, y sobre todo, como un sabio pedagogo, prepara y dispone a la conversión
y a la acogida del Evangelio. Sin embargo, aun siendo santa, espiritual y
buena, la Ley antigua es todavía imperfecta, porque no da por sí misma la
fuerza y la gracia del Espíritu para observarla.
420. ¿En qué consiste la nueva
Ley o Ley evangélica?
1965-1972
1983-1985
1983-1985
La nueva Ley o Ley evangélica,
proclamada y realizada por Cristo, es la plenitud y el cumplimiento de la ley
divina, natural y revelada. Se resume en el mandamiento de amar a Dios y al
prójimo, y de amarnos como Cristo nos ha amado. Es también una realidad grabada
en el interior del hombre: la gracia del Espíritu Santo, que hace posible tal
amor. Es «la ley de la libertad» (St 1, 25), porque lleva a actuar
espontáneamente bajo el impulso de la caridad.
«La Ley nueva es principalmente
la misma gracia del Espíritu Santo que se da a los que creen en Cristo» (Santo Tomás de Aquino).
421. ¿Dónde se encuentra la Ley
nueva?
1971-1974
1986
1986
La Ley nueva se encuentra en toda
la vida y la predicación de Cristo y en la catequesis moral de los Apóstoles; el
Sermón de la Montaña es su principal expresión.
GRACIA
Y JUSTIFICACIÓN
422. ¿Qué es la justificación?
1987-1995
2017-2020
2017-2020
La justificación es la obra más
excelente del amor de Dios. Es la acción misericordiosa y gratuita de Dios, que
borra nuestros pecados, y nos hace justos y santos en todo nuestro ser. Somos
justificados por medio de la gracia del Espíritu Santo, que la Pasión de Cristo
nos ha merecido y se nos ha dado en el Bautismo. Con la justificación comienza
la libre respuesta del hombre, esto es, la fe en Cristo y la colaboración con
la gracia del Espíritu Santo.
423. ¿Qué es la gracia que
justifica?
1996-1998
2005, 2021
2005, 2021
La gracia es un don gratuito de
Dios, por el que nos hace partícipes de su vida trinitaria y capaces de obrar
por amor a Él. Se le llama gracia habitual, santificante o deificante,
porque nos santifica y nos diviniza. Es sobrenatural, porque depende
enteramente de la iniciativa gratuita de Dios y supera la capacidad de la
inteligencia y de las fuerzas del hombre. Escapa, por tanto, a nuestra
experiencia.
424. ¿Qué otros tipos de gracia
existen?
1999-2000
2003-2004
2023-2024
2003-2004
2023-2024
Además de la gracia habitual,
existen otros tipos de gracia: las gracias actuales (dones en circunstancias
particulares); las gracias sacramentales (dones propios de cada sacramento);
las gracias especiales o carismas (que tienen como fin el bien común de la
Iglesia), entre las que se encuentran las gracias de estado, que acompañan al
ejercicio de los ministerios eclesiales y de las responsabilidades de la vida.
425. ¿Qué relación hay entre la
gracia y la libertad del hombre?
2001-2002
La gracia previene, prepara y
suscita la libre respuesta del hombre; responde a las profundas aspiraciones de
la libertad humana, la invita a cooperar y la conduce a su perfección.
426. ¿Qué es el mérito?
2006-2010
2025-2026
2025-2026
El mérito es lo que da derecho a la
recompensa por una obra buena. Respecto a Dios, el hombre, de suyo, no puede
merecer nada, habiéndolo recibido todo gratuitamente de Él. Sin embargo, Dios
da al hombre la posibilidad de adquirir méritos, mediante la unión a la caridad
de Cristo, fuente de nuestros méritos ante Dios. Por eso, los méritos de las
buenas obras deben ser atribuidos primero a la gracia de Dios y después a la
libre voluntad del hombre.
427. ¿Qué bienes podemos
merecer?
2010-2011
2027
2027
Bajo la moción del Espíritu Santo,
podemos merecer, para nosotros mismos o para los demás, las gracias útiles para
santificarnos y para alcanzar la gloria eterna, así como también los bienes
temporales que nos convienen según el designio de Dios. Nadie puede merecer la primera
gracia, que está en el origen de la conversión y de la justificación.
428. ¿Estamos todos llamados a
la santidad cristiana?
2012-2016
2028-2029
2028-2029
Todos los fieles estamos llamados a
la santidad cristiana. Ésta es plenitud de la vida cristiana y perfección de la
caridad, y se realiza en la unión íntima con Cristo y, en Él, con la Santísima
Trinidad. El camino de santificación del cristiano, que pasa por la cruz,
tendrá su cumplimiento en la resurrección final de los justos, cuando Dios sea
todo en todos.
LA
IGLESIA, MADRE Y MAESTRA
429. ¿Cómo nutre la Iglesia la
vida moral del cristiano?
2030-2031
2047
2047
La Iglesia es la comunidad donde el
cristiano acoge la Palabra de Dios y las enseñanzas de la «Ley de Cristo» (Ga
6, 2); recibe la gracia de los sacramentos; se une a la ofrenda eucarística de
Cristo, transformando así su vida moral en un culto espiritual; aprende del
ejemplo de santidad de la Virgen María y de los santos.
430. ¿Por qué el Magisterio de
la Iglesia interviene en el campo moral?
2032-2040
2049-2051
2049-2051
El Magisterio de la Iglesia
interviene en el campo moral, porque es su misión predicar la fe que hay que
creer y practicar en la vida cotidiana. Esta competencia se extiende también a
los preceptos específicos de la ley natural, porque su observancia es necesaria
para la salvación.
431. ¿Qué finalidad tienen los
preceptos de la Iglesia?
2041
2048
2048
Los preceptos de la Iglesia tienen
por finalidad garantizar que los fieles cumplan con lo mínimo indispensable en
relación al espíritu de oración, a la vida sacramental, al esfuerzo moral y al
crecimiento en el amor a Dios y al prójimo.
432. ¿Cuáles son los preceptos
de la Iglesia?
2042-2043
Los preceptos de la Iglesia son
cinco:
1) Participar en la Misa todos los
domingos y fiestas de guardar, y no realizar trabajos y actividades que puedan
impedir la santificación de estos días.
2) Confesar los propios pecados, mediante el sacramento de la Reconciliación al menos una vez al año.
3) Recibir el sacramento de la Eucaristía al menos en Pascua.
4) Abstenerse de comer carne y observar el ayuno en los días establecidos por la Iglesia.
5) Ayudar a la Iglesia en sus necesidades materiales, cada uno según sus posibilidades.
2) Confesar los propios pecados, mediante el sacramento de la Reconciliación al menos una vez al año.
3) Recibir el sacramento de la Eucaristía al menos en Pascua.
4) Abstenerse de comer carne y observar el ayuno en los días establecidos por la Iglesia.
5) Ayudar a la Iglesia en sus necesidades materiales, cada uno según sus posibilidades.
433. ¿Por qué la vida moral de
los cristianos es indispensable para el anuncio del Evangelio?
2044-2046
La vida moral de los cristianos es
indispensable para el anuncio del Evangelio, porque, conformando su vida con la
del Señor Jesús, los fieles atraen a los hombres a la fe en el verdadero Dios,
edifican la Iglesia, impregnan el mundo con el espíritu del Evangelio y
apresuran la venida del Reino de Dios.
Éxodo
20, 2-17 Deuteronomio, 5, 6-21 Fórmula
catequética
«Yo soy
el Señor tu Dios
que te ha sacado del país
de Egipto
de la casa de servidumbre. «Yo soy el Señor,
tu Dios, que te ha sacado
de Egipto,
de la servidumbre. «Yo soy el Señor
tu Dios:
que te ha sacado del país
de Egipto
de la casa de servidumbre. «Yo soy el Señor,
tu Dios, que te ha sacado
de Egipto,
de la servidumbre. «Yo soy el Señor
tu Dios:
No
habrá para ti
otros dioses delante de mí.
No te harás escultura
ni imagen alguna,
ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo
en la tierra.
No te postrarás ante ellas
ni les darás culto,
porque yo el Señor, tu Dios,
soy un Dios celoso,
que castigo la iniquidad
de los padres en los hijos,
hasta la tercera generación
de los que me odian,
y tengo misericordia por millares
con los que me aman
y guardan mis mandamientos. No habrá para ti
otros dioses delante de mí. 1. Amarás a Dios
sobre todas las cosas.
otros dioses delante de mí.
No te harás escultura
ni imagen alguna,
ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo
en la tierra.
No te postrarás ante ellas
ni les darás culto,
porque yo el Señor, tu Dios,
soy un Dios celoso,
que castigo la iniquidad
de los padres en los hijos,
hasta la tercera generación
de los que me odian,
y tengo misericordia por millares
con los que me aman
y guardan mis mandamientos. No habrá para ti
otros dioses delante de mí. 1. Amarás a Dios
sobre todas las cosas.
No
tomarás en falso el
nombre del Señor
porque el Señor
no dejará sin castigo
a quien toma
su nombre en falso. No tomarás en falso
el nombre del Señor, tu Dios... 2. No tomarás
el nombre de Dios
en vano.
nombre del Señor
porque el Señor
no dejará sin castigo
a quien toma
su nombre en falso. No tomarás en falso
el nombre del Señor, tu Dios... 2. No tomarás
el nombre de Dios
en vano.
Recuerda
el día del sábado
para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos
tus trabajos, pero el séptimo es
día de descanso para el
Señor, tu Dios.
No harás ningún trabajo,
ni tú, ni tu hijo ni tu hija
ni tu siervo ni tu sierva,
ni tu ganado, ni el forastero
que habita en tu ciudad.
Pues en seis días hizo el Señor
el cielo y la tierra,
el mar y todo cuanto contienen,
y el séptimo descansó;
por eso bendijo el Señor
el día del sábado. Guardarás el día del sábado para santificarlo. 3. Santificarás las fiestas.
para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos
tus trabajos, pero el séptimo es
día de descanso para el
Señor, tu Dios.
No harás ningún trabajo,
ni tú, ni tu hijo ni tu hija
ni tu siervo ni tu sierva,
ni tu ganado, ni el forastero
que habita en tu ciudad.
Pues en seis días hizo el Señor
el cielo y la tierra,
el mar y todo cuanto contienen,
y el séptimo descansó;
por eso bendijo el Señor
el día del sábado. Guardarás el día del sábado para santificarlo. 3. Santificarás las fiestas.
Honra a
tu padre y a tu madre para que se prolonguen
tus días sobre la tierra
que el Señor, tu Dios,
te va a dar. Honra a tu padre
y a tu madre. 4. Honrarás a tu padre
y a tu madre.
tus días sobre la tierra
que el Señor, tu Dios,
te va a dar. Honra a tu padre
y a tu madre. 4. Honrarás a tu padre
y a tu madre.
No
matarás. No
matarás. 5.
No matarás.
No
cometerás adulterio. No
cometerás adulterio. 6. No
cometerás actos impuros.
No
robarás. No
robarás. 7.
No robarás
No
darás falso testimonio
contra tu prójimo. No darás testimonio falso
contra tu prójimo. 8. No darás falso testimonio ni mentirás.
contra tu prójimo. No darás testimonio falso
contra tu prójimo. 8. No darás falso testimonio ni mentirás.
No codiciarás la casa
de tu prójimo. No codiciarás
la mujer de tu prójimo,
ni su siervo, ni su sierva,
ni su buey, ni su asno,
ni nada que sea de tu prójimo»
de tu prójimo. No codiciarás
la mujer de tu prójimo,
ni su siervo, ni su sierva,
ni su buey, ni su asno,
ni nada que sea de tu prójimo»
No
desearás la mujer
de tu prójimo. 9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
de tu prójimo. 9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
No
codiciarás... nada
que sea de tu prójimo.» 10. No codiciarás los bienes ajenos.»
que sea de tu prójimo.» 10. No codiciarás los bienes ajenos.»
434. «Maestro, ¿qué he de hacer
de bueno para conseguir la vida eterna?» (Mt 19, 16)
2052- 2054
2075-2076
2075-2076
Al joven que le pregunta «Maestro,
¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida eterna?», Jesús responde: «Si
quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos», y después añade: «Ven y
sígueme» (Mt 19, 16). Seguir a Jesús implica cumplir los Mandamientos.
La Ley no es abolida. Por el contrario, el hombre es invitado a encontrarla en
la persona del divino Maestro, que la realiza perfectamente en sí mismo, revela
su pleno significado y atestigua su perennidad.
435. ¿Cómo interpreta Jesús la
Ley?
2055
Jesús interpreta la Ley a la luz
del doble y único mandamiento de la caridad, que es su plenitud: «Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste
es el mayor y primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los
Profetas» (Mt 22, 37-40).
436. ¿Qué significa «Decálogo»?
2056-2057
Decálogo significa las «diez
palabras» que recogen la Ley dada por Dios al pueblo de Israel durante la
Alianza hecha por medio de Moisés (Ex 34, 28). El Decálogo, al presentar
los mandamientos del amor a Dios (los tres primeros) y al prójimo (los otros
siete), traza, para el pueblo elegido y para cada uno en particular, el camino
de una vida liberada de la esclavitud del pecado.
437. ¿Cuál es el vínculo del
Decálogo con la Alianza?
2058-2063
2077
2077
El Decálogo se comprende a la luz
de la Alianza, en la que Dios se revela, dando a conocer su voluntad. Al guardar
los Mandamientos, el pueblo expresa su pertenencia a Dios, y responde con
gratitud a su iniciativa de amor.
438. ¿Qué importancia da la
Iglesia al Decálogo?
2064-2068
Fiel a la Escritura y siguiendo el
ejemplo de Jesús, la Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y un
significado fundamentales. Los cristianos están obligados a observarlo.
439. ¿Por qué el Decálogo
constituye una unidad orgánica?
2069
2079
2079
Los diez mandamientos constituyen
un todo orgánico e indisociable, porque cada mandamiento remite a los demás y a
todo el Decálogo. Por tanto, transgredir un mandamiento es como quebrantar toda
la Ley.
440. ¿Por qué el Decálogo obliga
gravemente?
2072-2073
2081
2081
El Decálogo obliga gravemente
porque enuncia los deberes fundamentales del hombre para con Dios y para con el
prójimo.
441. ¿Es posible cumplir el
Decálogo?
2074
2082
2082
Sí, es posible cumplir el Decálogo,
porque Cristo, sin el cual nada podemos hacer, nos hace capaces de ello con el
don del Espíritu Santo y de la gracia.
CAPÍTULO PRIMERO
PRIMER
MANDAMIENTO:
YO SOY EL SEÑOR TU DIOS. AMARÁS A DIOS
SOBRE TODAS LAS COSAS
YO SOY EL SEÑOR TU DIOS. AMARÁS A DIOS
SOBRE TODAS LAS COSAS
442. ¿Qué implica la afirmación
de Dios: «Yo soy el Señor tu Dios» (Ex 20, 20)?
2083-2094
2133-2134
2133-2134
La afirmación: «Yo soy el Señor tu
Dios» implica para el fiel guardar y poner en práctica las tres virtudes
teologales, y evitar los pecados que se oponen a ellas. La fe cree en
Dios y rechaza todo lo que le es contrario, como, por ejemplo, la duda
voluntaria, la incredulidad, la herejía, la apostasía y el cisma. La esperanza
aguarda confiadamente la bienaventurada visión de Dios y su ayuda, evitando la
desesperación y la presunción. La caridad ama a Dios sobre todas las
cosas y rechaza la indiferencia, la ingratitud, la tibieza, la pereza o
indolencia espiritual y el odio a Dios, que nace del orgullo.
443. ¿Qué comporta la Palabra
del Señor: «Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo darás culto» (Mt 4,
10)?
2095-2105
2135-2136
2135-2136
Las palabras «adorarás al Señor tu
Dios y a Él sólo darás culto» suponen adorar a Dios como Señor de todo cuanto
existe; rendirle el culto debido individual y comunitariamente; rezarle con
expresiones de alabanza, de acción de gracias y de súplica; ofrecerle
sacrificios, sobre todo el espiritual de nuestra vida, unido al sacrificio
perfecto de Cristo; mantener las promesas y votos que se le hacen.
444. ¿Cómo ejerce el hombre su
derecho a rendir culto a Dios en verdad y en libertad?
2104-2109
2137
2137
Todo hombre tiene el derecho y el
deber moral de buscar la verdad, especialmente en lo que se refiere a Dios y a
la Iglesia, y, una vez conocida, de abrazarla y guardarla fielmente, rindiendo
a Dios un culto auténtico. Al mismo tiempo, la dignidad de la persona humana
requiere que, en materia religiosa, nadie sea forzado a obrar contra su
conciencia, ni impedido a actuar de acuerdo con la propia conciencia, tanto
pública como privadamente, en forma individual o asociada, dentro de los justos
límites del orden público.
445. ¿Qué es lo que Dios prohíbe
cuando manda: «No tendrás otro Dios fuera de mí» (Ex 20, 2)?
2010-2128
2138-2140
2138-2140
Con el mandamiento «No tendrás otro
Dios fuera de mí» se prohíbe:
el politeísmo y la idolatría,
que diviniza a una criatura, el poder, el dinero, incluso al demonio;
la superstición, que es una desviación del culto debido al Dios verdadero, y que se expresa también bajo las formas de adivinación, magia, brujería y espiritismo;
la irreligión, que se manifiesta en tentar a Dios con palabras o hechos; en el sacrilegio, que profana a las personas y las cosas sagradas, sobre todo la Eucaristía; en la simonía, que intenta comprar o vender realidades espirituales;
el ateísmo, que rechaza la existencia de Dios, apoyándose frecuentemente en una falsa concepción de la autonomía humana;
el agnosticismo, según el cual, nada se puede saber sobre Dios, y que abarca el indiferentismo y el ateísmo práctico.
la superstición, que es una desviación del culto debido al Dios verdadero, y que se expresa también bajo las formas de adivinación, magia, brujería y espiritismo;
la irreligión, que se manifiesta en tentar a Dios con palabras o hechos; en el sacrilegio, que profana a las personas y las cosas sagradas, sobre todo la Eucaristía; en la simonía, que intenta comprar o vender realidades espirituales;
el ateísmo, que rechaza la existencia de Dios, apoyándose frecuentemente en una falsa concepción de la autonomía humana;
el agnosticismo, según el cual, nada se puede saber sobre Dios, y que abarca el indiferentismo y el ateísmo práctico.
446. El mandato de Dios: «No te
harás escultura alguna...» (Ex 20, 3), ¿prohíbe el culto a las imágenes?
2129-2132
2141
2141
En el Antiguo Testamento, el
mandato «no te harás escultura alguna» prohibía representar a Dios,
absolutamente trascendente. A partir de la encarnación del Verbo, el culto
cristiano a las sagradas imágenes está justificado (como afirma el II Concilio
de Nicea del año 787), porque se fundamenta en el Misterio del Hijo de Dios
hecho hombre, en el cual, el Dios trascendente se hace visible. No se trata de
una adoración de la imagen, sino de una veneración de quien en ella se
representa: Cristo, la Virgen, los ángeles y los santos.
SEGUNDO
MANDAMIENTO:
NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO
NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO
447. ¿Cómo se respeta la
santidad del Nombre de Dios?
2142-2149
2160-2162
2160-2162
Se respeta la santidad del Nombre
de Dios invocándolo, bendiciéndole, alabándole y glorificándole. Ha de
evitarse, por tanto, el abuso de apelar al Nombre de Dios para justificar un
crimen, y todo uso inconveniente de su Nombre, como la blasfemia, que
por su misma naturaleza es un pecado grave; la imprecación y la infidelidad
a las promesas hechas en nombre de Dios.
448. ¿Por qué está prohibido
jurar en falso?
2150-2151
2163-2164
2163-2164
Está prohibido jurar en falso,
porque ello supone invocar en una causa a Dios, que es la verdad misma, como
testigo de una mentira.
«No jurar ni por Criador, ni por
criatura, si no fuere con verdad, necesidad y reverencia» (San Ignacio de Loyola).
449. ¿Qué es el perjurio?
2152-2155
El perjurio es hacer, bajo
juramento, una promesa con intención de no cumplirla, o bien violar la promesa
hecha bajo juramento. Es un pecado grave contra Dios, que siempre es fiel a sus
promesas.
TERCER
MANDAMIENTO:
SANTIFICARÁS LAS FIESTAS
SANTIFICARÁS LAS FIESTAS
450. ¿Por qué Dios «ha bendecido
el día del sábado y lo ha declarado sagrado» (Ex 20,11)?
2168-2172
2189
2189
Dios ha bendecido el sábado y lo ha
declarado sagrado, porque en este día se hace memoria del descanso de Dios
el séptimo día de la creación, así como de la liberación de Israel de la
esclavitud de Egipto y de la Alianza que Dios hizo con su pueblo.
451. ¿Cómo se comporta Jesús en
relación con el sábado?
2173
Jesús reconoce la santidad del
sábado, y con su autoridad divina le da la interpretación auténtica: «El sábado
ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2,
27).
452. ¿Por qué motivo, para los
cristianos, el sábado ha sido sustituido por el domingo?
2174-2176
2190-2191
2190-2191
Para los cristianos, el sábado ha
sido sustituido por el domingo, porque éste es el día de la Resurrección de
Cristo. Como «primer día de la semana» (Mc 16, 2), recuerda la primera
Creación; como «octavo día», que sigue al sábado, significa la nueva Creación
inaugurada con la Resurrección de Cristo. Es considerado, así, por los
cristianos como el primero de todos los días y de todas las fiestas: el día
del Señor, en el que Jesús, con su Pascua, lleva a cumplimiento la verdad
espiritual del sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios.
453. ¿Cómo se santifica el
domingo?
2177-2185
2192-2193
2192-2193
Los cristianos santifican el
domingo y las demás fiestas de precepto participando en la Eucaristía del Señor
y absteniéndose de las actividades que les impidan rendir culto a Dios, o
perturben la alegría propia del día del Señor o el descanso necesario del alma
y del cuerpo. Se permiten las actividades relacionadas con las necesidades
familiares o los servicios de gran utilidad social, siempre que no introduzcan
hábitos perjudiciales a la santificación del domingo, a la vida de familia y a
la salud.
454. ¿Por qué es importante
reconocer civilmente el domingo como día festivo?
2186-2188
2194-2195
2194-2195
Es importante que el domingo sea
reconocido civilmente como día festivo, a fin de que todos tengan la
posibilidad real de disfrutar del suficiente descanso y del tiempo libre que
les permitan cuidar la vida religiosa, familiar, cultural y social; de disponer
de tiempo propicio para la meditación, la reflexión, el silencio y el estudio,
y de dedicarse a hacer el bien, en particular en favor de los enfermos y de los
ancianos.
CUARTO
MANDAMIENTO:
HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE
HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE
455. ¿Qué manda el cuarto
mandamiento?
2196-2200
2247-2248
2247-2248
El cuarto mandamiento ordena honrar
y respetar a nuestros padres, y a todos aquellos a quienes Dios ha investido de
autoridad para nuestro bien.
456. ¿Cuál es la naturaleza de
la familia en el plan de Dios?
2201-2205
2249
2249
En el plan de Dios, un hombre y una
mujer, unidos en matrimonio, forman, por sí mismos y con sus hijos, una
familia. Dios ha instituido la familia y le ha dotado de su constitución
fundamental. El matrimonio y la familia están ordenados al bien de los esposos
y a la procreación y educación de los hijos. Entre los miembros de una misma
familia se establecen relaciones personales y responsabilidades primarias. En
Cristo la familia se convierte en Iglesia doméstica, porque es una
comunidad de fe, de esperanza y de amor.
457. ¿Qué lugar ocupa la familia
en la sociedad?
2207-2208
La familia es la célula original de
la sociedad humana, y precede a cualquier reconocimiento por parte de la
autoridad pública. Los principios y valores familiares constituyen el
fundamento de la vida social. La vida de familia es una iniciación a la vida de
la sociedad.
458. ¿Qué deberes tiene la
sociedad en relación con la familia?
2209-2213
2250
2250
La sociedad tiene el deber de sostener
y consolidar el matrimonio y la familia, siempre en el respeto del principio de
subsidiaridad. Los poderes públicos deben respetar, proteger y favorecer la
verdadera naturaleza del matrimonio y de la familia, la moral pública, los
derechos de los padres, y el bienestar doméstico.
459. ¿Cuáles son los deberes de
los hijos hacia sus padres?
2214-2220
2251
2251
Los hijos deben a sus padres
respeto (piedad filial), reconocimiento, docilidad y obediencia, contribuyendo
así, junto a las buenas relaciones entre hermanos y hermanas, al crecimiento de
la armonía y de la santidad de toda la vida familiar. En caso de que los padres
se encuentren en situación de pobreza, de enfermedad, de soledad o de
ancianidad, los hijos adultos deben prestarles ayuda moral y material.
460. ¿Cuáles son los deberes de
los padres hacia los hijos?
2221-2231
Los padres, partícipes de la
paternidad divina, son los primeros responsables de la educación de sus hijos y
los primeros anunciadores de la fe. Tienen el deber de amar y de respetar a sus
hijos como personas y como hijos de Dios, y proveer, en cuanto
sea posible, a sus necesidades materiales y espirituales, eligiendo para ellos
una escuela adecuada, y ayudándoles con prudentes consejos en la elección de la
profesión y del estado de vida. En especial, tienen la misión de educarlos en
la fe cristiana.
461. ¿Cómo educan los padres a
sus hijos en la fe cristiana?
2252-2253
Los padres educan a sus hijos en la
fe cristiana principalmente con el ejemplo, la oración, la catequesis familiar
y la participación en la vida de la Iglesia.
462. ¿Son un bien absoluto los
vínculos familiares?
2232-2233
Los vínculos familiares, aunque
sean importantes, no son absolutos, porque la primera vocación del cristiano es
seguir a Jesús, amándolo: «El que ama su padre o a su madre más que a mí no es
digno de mí» (Mt 10, 37). Los padres deben favorecer gozosamente el
seguimiento de Jesús por parte de sus hijos en todo estado de vida, también en
la vida consagrada y en el ministerio sacerdotal.
463. ¿Cómo se ejerce la
autoridad en los distintos ámbitos de la sociedad civil?
2234-2237
2254
2254
En los distintos ámbitos de la
sociedad civil, la autoridad se ejerce siempre como un servicio, respetando los
derechos fundamentales del hombre, una justa jerarquía de valores, las leyes,
la justicia distributiva y el principio de subsidiaridad. Cada cual, en el
ejercicio de la autoridad, debe buscar el interés de la comunidad antes que el
propio, y debe inspirar sus decisiones en la verdad sobre Dios, sobre el hombre
y sobre el mundo.
464. ¿Cuáles son los deberes de
los ciudadanos respecto a las autoridades civiles?
2238-2241
2255
2255
Quienes están sometidos a las
autoridades deben considerarlas como representantes de Dios, ofreciéndoles una
colaboración leal para el buen funcionamiento de la vida pública y social. Esto
exige el amor y servicio de la patria, el derecho y el deber del voto, el pago
de los impuestos, la defensa del país y el derecho a una crítica constructiva.
465. ¿Cuándo el ciudadano no
debe obedecer a las autoridades civiles?
2238-2241
2255
2255
El ciudadano no debe en conciencia
obedecer cuando las prescripciones de la autoridad civil se opongan a las
exigencias del orden moral: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hch
5, 29).
QUINTO
MANDAMIENTO:
NO MATARÁS
NO MATARÁS
466. ¿Por qué ha de ser
respetada la vida humana?
2242-2262
2318-2320
2318-2320
La vida humana ha de ser respetada
porque es sagrada. Desde el comienzo supone la acción creadora de Dios y
permanece para siempre en una relación especial con el Creador, su único fin. A
nadie le es lícito destruir directamente a un ser humano inocente, porque es
gravemente contrario a la dignidad de la persona y a la santidad del Creador.
«No quites la vida del inocente y justo» (Ex 23, 7).
467. ¿Por qué la legítima defensa
de la persona y de la sociedad no va contra esta norma?
2263-2265
Con la legítima defensa se toma la
opción de defenderse y se valora el derecho a la vida, propia o del otro, pero
no la opción de matar. La legítima defensa, para quien tiene la responsabilidad
de la vida de otro, puede también ser un grave deber. Y no debe suponer un uso
de la violencia mayor que el necesario.
468. ¿Para qué sirve una pena?
2266
Una pena impuesta por la autoridad
pública, tiene como objetivo reparar el desorden introducido por la culpa,
defender el orden público y la seguridad de las personas y contribuir a la
corrección del culpable.
469. ¿Qué pena se puede imponer?
2267
La pena impuesta debe ser
proporcionada a la gravedad del delito. Hoy, como consecuencia de las posibilidades
que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a
aquél que lo ha cometido, los casos de absoluta necesidad de pena de muerte
«suceden muy rara vez, si es que ya en realidad se dan algunos» (Juan Pablo II,
Carta Encíclica Evangelium vitae). Cuando los medios
incruentos son suficientes, la autoridad debe limitarse a estos medios, porque
corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común, son más
conformes a la dignidad de la persona y no privan definitivamente al culpable
de la posibilidad de rehabilitarse.
470. ¿Qué prohíbe el quinto
mandamiento?
2268-2283
2321-2326
2321-2326
El quinto mandamiento prohíbe, como
gravemente contrarios a la ley moral:
1) El homicidio directo y
voluntario y la cooperación al mismo.
2) El aborto directo, querido como fin o como medio, así como la cooperación al mismo, bajo pena de excomunión, porque el ser humano, desde el instante de su concepción, ha de ser respetado y protegido de modo absoluto en su integridad.
3) La eutanasia directa, que consiste en poner término, con una acción o una omisión de lo necesario, a la vida de las personas discapacitadas, gravemente enfermas o próximas a la muerte.
4) El suicidio y la cooperación voluntaria al mismo, en cuanto es una ofensa grave al justo amor de Dios, de sí mismo y del prójimo; por lo que se refiere a la responsabilidad, ésta puede quedar agravada en razón del escándalo o atenuada por particulares trastornos psíquicos o graves temores.
2) El aborto directo, querido como fin o como medio, así como la cooperación al mismo, bajo pena de excomunión, porque el ser humano, desde el instante de su concepción, ha de ser respetado y protegido de modo absoluto en su integridad.
3) La eutanasia directa, que consiste en poner término, con una acción o una omisión de lo necesario, a la vida de las personas discapacitadas, gravemente enfermas o próximas a la muerte.
4) El suicidio y la cooperación voluntaria al mismo, en cuanto es una ofensa grave al justo amor de Dios, de sí mismo y del prójimo; por lo que se refiere a la responsabilidad, ésta puede quedar agravada en razón del escándalo o atenuada por particulares trastornos psíquicos o graves temores.
471. ¿Qué tratamientos médicos
se permiten cuando la muerte se considera inminente?
2278-2279
Los cuidados que se deben de
ordinario a una persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos; son
legítimos, sin embargo, el uso de analgésicos, no destinados a causar la
muerte, y la renuncia al «encarnizamiento terapéutico», esto es, a la
utilización de tratamientos médicos desproporcionados y sin esperanza razonable
de resultado positivo.
472. ¿Por qué la sociedad debe
proteger a todo embrión?
2274
La sociedad debe proteger a todo
embrión, porque el derecho inalienable a la vida de todo individuo humano desde
su concepción es un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su
legislación. Cuando el Estado no pone su fuerza al servicio de los derechos de
todos, y en particular de los más débiles, entre los que se encuentran los
concebidos y aún no nacidos, quedan amenazados los fundamentos mismos de un
Estado de derecho.
473. ¿Cómo se evita el
escándalo?
2284-2287
El escándalo, que consiste en
inducir a otro a obrar el mal, se evita respetando el alma y el cuerpo de la
persona. Pero si se induce deliberadamente a otros a pecar gravemente, se
comete una culpa grave.
474. ¿Qué deberes tenemos hacia
nuestro cuerpo?
2288-2291
Debemos tener un razonable cuidado
de la salud física, la propia y la de los demás, evitando siempre el culto
al cuerpo y toda suerte de excesos. Ha de evitarse, además, el uso de
estupefacientes, que causan gravísimos daños a la salud y a la vida humana, y
también el abuso de los alimentos, del alcohol, del tabaco y de los
medicamentos.
475. ¿Cuándo son moralmente
legítimas las experimentaciones científicas, médicas o psicológicas sobre las
personas o sobre grupos humanos?
2292-2295
Las experimentaciones científicas,
médicas o psicológicas sobre las personas o sobre grupos humanos son moralmente
legítimas si están al servicio del bien integral de la persona y de la
sociedad, sin riesgos desproporcionados para la vida y la integridad física y
psíquica de los sujetos, oportunamente informados y contando con su
consentimiento.
476. ¿Se permiten el trasplante
y la donación de órganos antes y después de la muerte?
2296
El trasplante de órganos es
moralmente aceptable con el consentimiento del donante y sin riesgos excesivos
para él. Para el noble acto de la donación de órganos después de la muerte, hay
que contar con la plena certeza de la muerte real del donante.
477. ¿Qué prácticas son
contrarias al respeto a la integridad corporal de la persona humana?
2297-2298
Prácticas contrarias al respeto a
la integridad corporal de la persona humana son las siguientes: los secuestros
de personas y la toma de rehenes, el terrorismo, la tortura, la violencia y la
esterilización directa. Las amputaciones y mutilaciones de una persona están
moralmente permitidas sólo por los indispensables fines terapéuticos de las
mismas.
478. ¿Qué cuidados deben
procurarse a los moribundos?
2299
Los moribundos tienen derecho a
vivir con dignidad los últimos momentos de su vida terrena, sobre todo con la
ayuda de la oración y de los sacramentos, que preparan al encuentro con el Dios
vivo.
479. ¿Cómo deben ser tratados
los cuerpos de los difuntos?
2300-2301
Los cuerpos de los difuntos deben
ser tratados con respeto y caridad. La cremación de los mismos está permitida,
si se hace sin poner en cuestión la fe en la Resurrección de los cuerpos.
480. ¿Qué exige el Señor a toda persona para la defensa de la paz?
2302-2303
El Señor que proclama «bienaventurados
los que construyen la paz» (Mt 5, 9), exige la paz del corazón y
denuncia la inmoralidad de la ira, que es el deseo de venganza por el mal
recibido, y del odio, que lleva a desear el mal al prójimo. Estos
comportamientos, si son voluntarios y consentidos en cosas de gran importancia,
son pecados graves contra la caridad.
481. ¿En qué consiste la paz en
el mundo?
2304-2305
La paz en el mundo, que es la
búsqueda del respeto y del desarrollo de la vida humana, no es simplemente
ausencia de guerra o equilibrio de fuerzas contrarias, sino que es «la
tranquilidad del orden» (San Agustín), «fruto de la justicia» (Is 32,
17) y efecto de la caridad. La paz en la tierra es imagen y fruto de la paz de
Cristo.
482. ¿Qué se requiere para la
paz en el mundo?
2304
2307-2308
2307-2308
Para la paz en el mundo se requiere
la justa distribución y la tutela de los bienes de las personas, la libre
comunicación entre los seres humanos, el respeto a la dignidad de las personas
humanas y de los pueblos, y la constante práctica de la justicia y de la
fraternidad.
483. ¿Cuándo está moralmente
permitido el uso de la fuerza militar?
2307-2310
El uso de la fuerza militar está
moralmente justificado cuando se dan simultáneamente las siguientes
condiciones: certeza de que el daño causado por el agresor es duradero y grave;
la ineficacia de toda alternativa pacífica; fundadas posibilidades de éxito en
la acción defensiva y ausencia de males aún peores, dado el poder de los medios
modernos de destrucción.
484. En caso de amenaza de
guerra, ¿a quién corresponde determinar si se dan las anteriores condiciones?
2309
Determinar si se dan las
condiciones para un uso moral de la fuerza militar compete al prudente juicio
de los gobernantes, a quienes corresponde también el derecho de imponer a los
ciudadanos la obligación de la defensa nacional, dejando a salvo el derecho
personal a la objeción de conciencia y a servir de otra forma a la comunidad
humana.
485. ¿Qué exige la ley moral en
caso de guerra?
2312-2314
2328
2328
La ley moral permanece siempre
válida, aún en caso de guerra. Exige que sean tratados con humanidad los no
combatientes, los soldados heridos y los prisioneros. Las acciones
deliberadamente contrarias al derecho de gentes, como también las disposiciones
que las ordenan, son crímenes que la obediencia ciega no basta para excusar. Se
deben condenar las destrucciones masivas así como el exterminio de un pueblo o
de una minoría étnica, que son pecados gravísimos; y hay obligación moral de
oponerse a la voluntad de quienes los ordenan.
486. ¿Qué es necesario hacer
para evitar la guerra?
2315-2317
2327-2330
2327-2330
Se debe hacer todo lo
razonablemente posible para evitar a toda costa la guerra, teniendo en cuenta
los males e injusticias que ella misma provoca. En particular, es necesario
evitar la acumulación y el comercio de armas no debidamente reglamentadas por
los poderes legítimos; las injusticias, sobre todo económicas y sociales; las
discriminaciones étnicas o religiosas; la envidia, la desconfianza, el orgullo
y el espíritu de venganza. Cuanto se haga por eliminar estos u otros desórdenes
ayuda a construir la paz y a evitar la guerra.
SEXTO
MANDAMIENTO:
NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS
NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS
487. ¿Qué corresponde a la
persona humana frente a la propia identidad sexual?
2331-2336
2392-2393
2392-2393
Dios ha creado al hombre como varón
y mujer, con igual dignidad personal, y ha inscrito en él la vocación del amor
y de la comunión. Corresponde a cada uno aceptar la propia identidad sexual,
reconociendo la importancia de la misma para toda la persona, su especificidad
y complementariedad.
488. ¿Qué es la castidad?
2337-2338
La castidad es la positiva
integración de la sexualidad en la persona. La sexualidad es verdaderamente
humana cuando está integrada de manera justa en la relación de persona a
persona. La castidad es una virtud moral, un don de Dios, una gracia y un fruto
del Espíritu.
489. ¿Qué supone la virtud de la
castidad?
2339-2341
La virtud de la castidad supone la
adquisición del dominio de sí mismo, como expresión de libertad humana
destinada al don de uno mismo. Para este fin, es necesaria una integral y
permanente educación, que se realiza en etapas graduales de crecimiento.
490. ¿De qué medios disponemos
para ayudarnos a vivir la castidad?
2340-2347
Son numerosos los medios de que
disponemos para vivir la castidad: la gracia de Dios, la ayuda de los
sacramentos, la oración, el conocimiento de uno mismo, la práctica de una
ascesis adaptada a las diversas situaciones y el ejercicio de las virtudes
morales, en particular de la virtud de la templanza, que busca que la razón sea
la guía de las pasiones.
491. ¿De qué modos todos están
llamados a vivir la castidad?
2348-2350
2394
2394
Todos, siguiendo a Cristo modelo de
castidad, están llamados a llevar una vida casta según el propio estado de
vida: unos viviendo en la virginidad o en el celibato consagrado, modo eminente
de dedicarse más fácilmente a Dios, con corazón indiviso; otros, si están
casados, viviendo la castidad conyugal; los no casados, practicando la castidad
en la continencia.
492. ¿Cuáles son los principales
pecados contra la castidad?
2351-2359
2396
2396
Son pecados gravemente contrarios a
la castidad, cada uno según la naturaleza del propio objeto: el adulterio, la
masturbación, la fornicación, la pornografía, la prostitución, el estupro y los
actos homosexuales. Estos pecados son expresión del vicio de la lujuria. Si se
cometen con menores, estos actos son un atentado aún más grave contra su
integridad física y moral.
493. ¿Por qué el sexto
mandamiento prohíbe todos los pecados contra la castidad?
2336
Aunque en el texto bíblico del Decálogo
se dice «no cometerás adulterio» (Ex 20, 14), la Tradición de la Iglesia
tiene en cuenta todas las enseñanzas morales del Antiguo y del Nuevo
Testamento, y considera el sexto mandamiento como referido al conjunto de todos
los pecados contra la castidad.
494. ¿Cuáles son los deberes de
las autoridades civiles respecto a la castidad?
2354
Las autoridades civiles, en cuanto
obligadas a promover el respeto a la dignidad de la persona humana, deben
contribuir a crear un ambiente favorable a la castidad, impidiendo inclusive,
mediante leyes adecuadas, algunas de las graves ofensas a la castidad antes
mencionadas, en orden sobre todo a proteger a los menores y a los más débiles.
495. ¿Cuáles son los bienes del
amor conyugal, al que está ordenada la sexualidad?
2360-2361
2397-2398
2397-2398
Los bienes del amor conyugal, que
para los bautizados está santificado por el sacramento del Matrimonio, son: la
unidad, la fidelidad, la indisolubilidad y la apertura a la fecundidad.
496. ¿Cuál es el significado del
acto conyugal?
2362-2367
El acto conyugal tiene un doble
significado: de unión (la mutua donación de los cónyuges), y de procreación
(apertura a la transmisión de la vida). Nadie puede romper la conexión
inseparable que Dios ha querido entre los dos significados del acto conyugal,
excluyendo de la relación el uno o el otro.
497. ¿Cuándo es moral la
regulación de la natalidad?
2368-2369
2399
2399
La regulación de la natalidad, que
representa uno de los aspectos de la paternidad y de la maternidad
responsables, es objetivamente conforme a la moralidad cuando se lleva a cabo
por los esposos sin imposiciones externas; no por egoísmo, sino por motivos
serios; y con métodos conformes a los criterios objetivos de la moralidad, esto
es, mediante la continencia periódica y el recurso a los períodos de
infecundidad.
498. ¿Cuáles son los medios
inmorales para la regulación de la natalidad?
2370-2372
Es intrínsecamente inmoral toda
acción –como, por ejemplo, la esterilización directa o la contracepción–, que,
bien en previsión del acto conyugal o en su realización, o bien en el
desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio,
impedir la procreación.
499. ¿Por qué son inmorales la
inseminación y la fecundación artificial?
2373-2377
La inseminación y la fecundación
artificial son inmorales, porque disocian la procreación del acto conyugal con
el que los esposos se entregan mutuamente, instaurando así un dominio de la
técnica sobre el origen y sobre el destino de la persona humana. Además, la
inseminación y la fecundación heterólogas, mediante el recurso a técnicas que
implican a una persona extraña a la pareja conyugal, lesionan el derecho del
hijo a nacer de un padre y de una madre conocidos por él, ligados entre sí por
matrimonio y poseedores exclusivos del derecho a llegar a ser padre y madre
solamente el uno a través del otro.
500. ¿Cómo ha de ser considerado
un hijo?
2378
El hijo es un don de Dios,
el don más grande dentro del Matrimonio. No existe el derecho a tener hijos
(«tener un hijo, sea como sea»). Sí existe, en cambio, el derecho del hijo a
ser fruto del acto conyugal de sus padres, y también el derecho a ser respetado
como persona desde el momento de su concepción.
501. ¿Qué pueden hacer los
esposos cuando no tienen hijos?
2379
Cuando el don del hijo no les es
concedido, los esposos, después de haber agotado todos los legítimos recursos
de la medicina, pueden mostrar su generosidad mediante la tutela o la adopción,
o bien realizando servicios significativos en beneficio del prójimo. Así
ejercen una preciosa fecundidad espiritual.
502. ¿Cuáles son las ofensas a
la dignidad del Matrimonio?
2380-2391
2400
2400
Las ofensas a la dignidad del
Matrimonio son las siguientes: el adulterio, el divorcio, la poligamia, el
incesto, la unión libre (convivencia, concubinato) y el acto sexual antes o
fuera del matrimonio.
SÉPTIMO
MANDAMIENTO:
NO ROBARÁS
NO ROBARÁS
503. ¿Qué declara el séptimo
mandamiento?
2401-2402
El séptimo mandamiento declara el
destino y distribución universal de los bienes; el derecho a la propiedad
privada; el respeto a las personas, a sus bienes y a la integridad de la
creación. La Iglesia encuentra también en este mandamiento el fundamento de su
doctrina social, que comprende la recta gestión en la actividad económica y en
la vida social y política; el derecho y el deber del trabajo humano; la
justicia y la solidaridad entre las naciones y el amor a los pobres.
504. ¿Qué condiciones se
requieren para el derecho a la propiedad privada?
2403
Existe el derecho a la propiedad
privada cuando se ha adquirido o recibido de modo justo, y prevalezca el
destino universal de los bienes, para satisfacer las necesidades fundamentales
de todos los hombres.
505. ¿Cuál es la finalidad de la
propiedad privada?
2404-2406
La finalidad de la propiedad privada
es garantizar la libertad y la dignidad de cada persona, ayudándole a
satisfacer las necesidades fundamentales propias, las de aquellos sobre los que
tiene responsabilidad, y también las de otros que viven en necesidad.
506. ¿Qué otras cosas prescribe
el séptimo mandamiento?
2407-2415
2450-2451
2450-2451
El séptimo mandamiento prescribe el
respeto a los bienes ajenos mediante la práctica de la justicia y de la
caridad, de la templanza y de la solidaridad. En particular, exige el respeto
a las promesas y a los contratos estipulados; la reparación de la
injusticia cometida y la restitución del bien robado; el respeto a la
integridad de la Creación, mediante el uso prudente y moderado de los
recursos minerales, vegetales y animales del universo, con singular atención a
las especies amenazadas de extinción.
507. ¿Cuál debe ser el
comportamiento del hombre para con los animales?
2416-2418
2457
2457
El hombre debe tratar a los
animales, criaturas de Dios, con benevolencia, evitando tanto el desmedido amor
hacia ellos, como su utilización indiscriminada, sobre todo en experimentos
científicos, efectuados al margen de los límites razonables y con inútiles
sufrimientos para los animales mismos.
508. ¿Qué prohíbe el séptimo
mandamiento?
2408-2413
2453-2455
2453-2455
El séptimo mandamiento prohíbe ante
todo el robo, que es la usurpación del bien ajeno contra la razonable voluntad
de su dueño. Esto sucede también cuando se pagan salarios injustos, cuando se
especula haciendo variar artificialmente el valor de los bienes para obtener beneficio
en detrimento ajeno, y cuando se falsifican cheques y facturas. Prohíbe además
cometer fraudes fiscales o comerciales y ocasionar voluntariamente un daño a
las propiedades privadas o públicas. Prohíbe igualmente la usura, la
corrupción, el abuso privado de bienes sociales, los trabajos culpablemente mal
realizados y el despilfarro.
509. ¿Cuál es el contenido de la
doctrina social de la Iglesia?
2419-2423
La doctrina social de la Iglesia,
como desarrollo orgánico de la verdad del Evangelio acerca de la dignidad de la
persona humana y sus dimensiones sociales, contiene principios de reflexión,
formula criterios de juicio y ofrece normas y orientaciones para la acción
510. ¿Cuándo interviene la
Iglesia en materia social?
2420
2458
2458
La Iglesia interviene emitiendo un
juicio moral en materia económica y social, cuando lo exigen los derechos
fundamentales de la persona, el bien común o la salvación de las almas.
511. ¿Cómo ha de ejercerse la
vida social y económica?
2459
La vida social y económica ha de
ejercerse según los propios métodos, en el ámbito del orden moral, al servicio
del hombre en su integridad y de toda la comunidad humana, en el respeto a la
justicia social. La vida social y económica debe tener al hombre como autor,
centro y fin.
512. ¿Qué se opone a la doctrina
social de la Iglesia?
2424-2425
Se oponen a la doctrina social de
la Iglesia los sistemas económicos y sociales que sacrifican los derechos
fundamentales de las personas, o que hacen del lucro su regla exclusiva y fin
último. Por eso la Iglesia rechaza las ideologías asociadas, en los tiempos
modernos, al «comunismo» u otras formas ateas y totalitarias de «socialismo».
Rechaza también, en la práctica del «capitalismo», el individualismo y la
primacía absoluta de las leyes del mercado sobre el trabajo humano.
513. ¿Qué significado tiene el
trabajo para el hombre?
2426-2428
2460-2461
2460-2461
Para el hombre, el trabajo es un
deber y un derecho, mediante el cual colabora con Dios Creador. En efecto,
trabajando con empeño y competencia, la persona actualiza las capacidades
inscritas en su naturaleza, exalta los dones del Creador y los talentos
recibidos; procura su sustento y el de su familia y sirve a la comunidad
humana. Por otra parte, con la gracia de Dios, el trabajo puede ser un medio de
santificación y de colaboración con Cristo para la salvación de los demás.
514. ¿A qué tipo de trabajo
tiene derecho toda persona?
2429,
2433-2434
2433-2434
El acceso a un trabajo seguro y
honesto debe estar abierto a todos, sin discriminación injusta, dentro del
respeto a la libre iniciativa económica y a una equitativa distribución.
515. ¿Cuál es la responsabilidad
del Estado con respecto al trabajo?
2431
Compete al Estado procurar la
seguridad sobre las garantías de las libertades individuales y de la propiedad,
además de un sistema monetario estable y de unos servicios públicos eficientes;
y vigilar y encauzar el ejercicio de los derechos humanos en el sector
económico. Teniendo en cuenta las circunstancias, la sociedad debe ayudar a los
ciudadanos a encontrar trabajo.
516. ¿Qué compete a los
dirigentes de empresa?
2432
Los dirigentes de las empresas
tienen la responsabilidad económica y ecológica de sus operaciones. Están
obligados a considerar el bien de las personas y no solamente el aumento de las
ganancias, aunque éstas son necesarias para asegurar las inversiones, el futuro
de las empresas, los puestos de trabajo y el buen funcionamiento de la vida
económica.
517. ¿Qué deberes tienen los
trabajadores?
2435
Los trabajadores deben cumplir con
su trabajo en conciencia, con competencia y dedicación, tratando de resolver
los eventuales conflictos mediante el diálogo. El recurso a la huelga no
violenta es moralmente legítimo cuando se presenta como el instrumento
necesario, en vistas a unas mejoras proporcionadas y teniendo en cuenta el bien
común.
518. ¿Cómo se realiza la
justicia y la solidaridad entre las naciones?
2437-2441
En el plano internacional, todas
las naciones e instituciones deben obrar con solidaridad y subsidiaridad, a fin
de eliminar, o al menos reducir, la miseria, la desigualdad de los recursos y
de los medios económicos, las injusticias económicas y sociales, la explotación
de las personas, la acumulación de las deudas de los países pobres y los
mecanismos perversos que obstaculizan el desarrollo de los países menos
desarrollados.
519. ¿De qué modo participan los
cristianos en la vida política y social?
2442
Los fieles cristianos laicos
intervienen directamente en la vida política y social, animando con espíritu
cristiano las realidades temporales, y colaborando con todos como auténticos
testigos del Evangelio y constructores de la paz y de la justicia.
520. ¿En qué se inspira el amor
a los pobres?
2443-2449
2462-2463
2462-2463
El amor a los pobres se inspira en
el Evangelio de las bienaventuranzas y en el ejemplo de Jesús en su constante
atención a los pobres. Jesús dijo: «Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos
míos más pequeños, a mí me lo hicisteis» (Mt 25, 40). El amor a los
pobres se realiza mediante la lucha contra la pobreza material, y también
contra las numerosas formas de pobreza cultural, moral y religiosa. Las obras
de misericordia espirituales y corporales, así como las numerosas instituciones
benéficas a lo largo de los siglos, son un testimonio concreto del amor
preferencial por los pobres que caracteriza a los discípulos de Jesús.
OCTAVO
MANDAMIENTO:
NO DARÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS
NO DARÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS
521. ¿Qué deberes tiene el
hombre hacia la verdad?
2462-2470
2504
2504
Toda persona está llamada a la
sinceridad y a la veracidad en el hacer y en el hablar. Cada uno tiene el deber
de buscar la verdad y adherirse a ella, ordenando la propia vida según las
exigencias de la verdad. En Jesucristo, la verdad de Dios se ha manifestado
íntegramente: Él es la Verdad. Quien le sigue vive en el Espíritu de la
verdad, y rechaza la doblez, la simulación y la hipocresía.
522. ¿Cómo se da testimonio de
la verdad?
2471-2474
2505-2506
2505-2506
El cristiano debe dar testimonio de
la verdad evangélica en todos los campos de su actividad pública y privada;
incluso con el sacrificio, si es necesario, de la propia vida. El martirio es
el testimonio supremo de la verdad de la fe.
523.¿Qué prohíbe el octavo
mandamiento?
2475-2487
2507-2509
2507-2509
El octavo mandamiento prohíbe:
1) El falso testimonio, el
perjurio y la mentira, cuya gravedad se mide según la naturaleza de la
verdad que deforma, de las circunstancias, de las intenciones del mentiroso y
de los daños ocasionados a las víctimas.
2) El juicio temerario, la maledicencia, la difamación y la calumnia, que perjudican o destruyen la buena reputación y el honor, a los que tiene derecho toda persona.
3) El halago, la adulación o la complacencia, sobre todo si están orientados a pecar gravemente o para lograr ventajas ilícitas.
Una culpa cometida contra la verdad debe ser reparada, si ha causado daño a otro.
2) El juicio temerario, la maledicencia, la difamación y la calumnia, que perjudican o destruyen la buena reputación y el honor, a los que tiene derecho toda persona.
3) El halago, la adulación o la complacencia, sobre todo si están orientados a pecar gravemente o para lograr ventajas ilícitas.
Una culpa cometida contra la verdad debe ser reparada, si ha causado daño a otro.
524. ¿Qué exige el octavo
mandamiento?
2488-2492
2510-2511
2510-2511
El octavo mandamiento exige el
respeto a la verdad, acompañado de la discreción de la caridad: en la comunicación
y en la información, que deben valorar el bien personal y común, la
defensa de la vida privada y el peligro del escándalo; en la reserva de los secretos
profesionales, que han de ser siempre guardados, salvo en casos
excepcionales y por motivos graves y proporcionados. También se requiere el
respeto a las confidencias hechas bajo la exigencia de secreto.
525. ¿Cuál debe ser el uso de
los medios de comunicación social?
2493-2499
2512
2512
La información a través de los
medios de comunicación social debe estar al servicio del bien común, y debe ser
siempre veraz en su contenido e íntegra, salvando la justicia y la caridad.
Debe también expresarse de manera honesta y conveniente, respetando
escrupulosamente las leyes morales, los legítimos derechos y la dignidad de las
personas.
526. ¿Qué relación existe entre la
verdad, la belleza y el arte sacro?
2500-2503
2513
2513
La verdad es bella por sí misma.
Supone el esplendor de la belleza espiritual. Existen, más allá de la palabra,
numerosas formas de expresión de la verdad, en particular en las obras de arte.
Son fruto de un talento donado por Dios y del esfuerzo del hombre. El arte
sacro, para ser bello y verdadero, debe evocar y glorificar el Misterio del
Dios manifestado en Cristo, y llevar a la adoración y al amor de Dios Creador y
Salvador, excelsa Belleza de Verdad y Amor.
NOVENO
MANDAMIENTO:
NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS
NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS
527. ¿Qué exige el noveno
mandamiento?
2514-2516
2528-2530
2528-2530
El noveno mandamiento exige vencer
la concupiscencia carnal en los pensamientos y en los deseos. La lucha contra
esta concupiscencia supone la purificación del corazón y la práctica de la
virtud de la templanza.
528. ¿Qué prohíbe el noveno
mandamiento?
2517-2519
2531-2532
2531-2532
El noveno mandamiento prohíbe
consentir pensamientos y deseos relativos a acciones prohibidas por el sexto
mandamiento.
529. ¿Cómo se llega a la pureza
del corazón?
2520
El bautizado, con la gracia de Dios
y luchando contra los deseos desordenados, alcanza la pureza del corazón
mediante la virtud y el don de la castidad, la pureza de intención, la pureza
de la mirada exterior e interior, la disciplina de los sentimientos y de la
imaginación, y con la oración.
530.¿Qué otras cosas exige la
pureza?
2521-2527
2533
2533
La pureza exige el pudor,
que, preservando la intimidad de la persona, expresa la delicadeza de la
castidad y regula las miradas y gestos, en conformidad con la dignidad de las
personas y con la relación que existe entre ellas. El pudor libera del
difundido erotismo y mantiene alejado de cuanto favorece la curiosidad morbosa.
Requiere también una purificación del ambiente social, mediante la lucha
constante contra la permisividad de las costumbres, basada en un erróneo
concepto de la libertad humana.
DÉCIMO
MANDAMIENTO:
NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS
NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS
531. ¿Qué manda y qué prohíbe el
décimo mandamiento?
2534-2540
2551-2554
2551-2554
Este mandamiento, que complementa
al precedente, exige una actitud interior de respeto en relación con la
propiedad ajena, y prohíbe la avaricia, el deseo desordenado de
los bienes de otros y la envidia, que consiste en la tristeza
experimentada ante los bienes del prójimo y en el deseo desordenado de
apropiarse de los mismos.
532. ¿Qué exige Jesús con la
pobreza del corazón?
2544-2547
2556
2556
Jesús exige a sus discípulos que le
antepongan a Él respecto a todo y a todos. El desprendimiento de las riquezas
–según el espíritu de la pobreza evangélica– y el abandono a la providencia de
Dios, que nos libera de la preocupación por el mañana, nos preparan para la
bienaventuranza de «los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
Cielos» (Mt 5, 3).
533. ¿Cuál es el mayor deseo del
hombre?
2548-2550
2557
2557
El mayor deseo del hombre es ver a
Dios. Éste es el grito de todo su ser: «¡Quiero ver a Dios!». El hombre, en
efecto, realiza su verdadera y plena felicidad en la visión y en la
bienaventuranza de Aquel que lo ha creado por amor, y lo atrae hacia sí en su
infinito amor.
«El que ve a Dios obtiene todos
los bienes que se pueden concebir»
(San Gregorio de Nisa).
(San Gregorio de Nisa).
CUARTA PARTE
534. ¿Qué es la oración?
2558-2565
2590
2590
La oración es la elevación del alma
a Dios o la petición al Señor de bienes conformes a su voluntad. La oración es
siempre un don de Dios que sale al encuentro del hombre. La oración cristiana
es relación personal y viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente
bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo, que habita en sus
corazones.
535. ¿Por qué existe una
vocación universal a la oración?
2566-2567
2591
2591
Existe una vocación universal a la
oración, porque Dios, por medio de la creación, llama a todo ser desde la nada;
e incluso después de la caída, el hombre sigue siendo capaz de reconocer a su
Creador, conservando el deseo de Aquel que le ha llamado a la existencia. Todas
las religiones y, de modo particular, toda la historia de la salvación, dan
testimonio de este deseo de Dios por parte del hombre; pero es Dios quien
primero e incesantemente atrae a todos al encuentro misterioso de la oración.
LA
REVELACIÓN DE LA ORACIÓN
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
536. ¿En qué sentido Abraham es
un modelo de oración?
2570-2573
2592
2592
Abraham es un modelo de oración
porque camina en la presencia de Dios, le escucha y obedece. Su oración es un
combate de la fe porque, aún en los momentos de prueba, él continúa creyendo
que Dios es fiel. Aún más, después de recibir en su propia tienda la visita del
Señor que le confía sus designios, Abraham se atreve a interceder con audaz
confianza por los pecadores.
537. ¿Cómo oraba Moisés?
2574-2577
2593
2593
La oración de Moisés es modelo de
la oración contemplativa: Dios, que llama a Moisés desde la zarza ardiente,
conversa frecuente y largamente con él «cara a cara, como habla un hombre con
su amigo» (Ex 33, 11). De esta intimidad con Dios, Moisés saca la fuerza
para interceder con tenacidad a favor del pueblo; su oración prefigura así la
intercesión del único mediador, Cristo Jesús.
538. ¿Qué relaciones tienen en
el Antiguo Testamento el templo y el rey con la oración?
2578-2580
2594
2594
A la sombra de la morada de Dios
–el Arca de la Alianza y más tarde el Templo– se desarrolla la oración del
Pueblo de Dios bajo la guía de sus pastores. Entre ellos, David es el rey
«según el corazón de Dios» (cf Hch 13, 22), el pastor que ora por su
pueblo. Su oración es un modelo para la oración del pueblo, puesto que es
adhesión a la promesa divina, y confianza plena de amor, en Aquél que es el
solo Rey y Señor.
539. ¿Qué papel desempeña la
oración en la misión de los Profetas?
2581-2584
Los Profetas sacan de la oración
luz y fuerza para exhortar al pueblo a la fe y a la conversión del corazón:
entran en una gran intimidad con Dios e interceden por los hermanos, a quienes
anuncian cuanto han visto y oído del Señor. Elías es el padre de los Profetas,
de aquellos que buscan el Rostro de Dios. En el monte Carmelo, obtiene el
retorno del pueblo a la fe gracias a la intervención de Dios, al que Elías
suplicó así: «¡Respóndeme, Señor, respóndeme!» (1R 18, 37).
540. ¿Cuál es la importancia de
los Salmos en la oración?
2579
2585-2589
2596-2597
2585-2589
2596-2597
Los Salmos son el vértice de la
oración en el Antiguo Testamento: la Palabra de Dios se convierte en oración
del hombre. Indisociablemente individual y comunitaria, esta oración, inspirada
por el Espíritu Santo, canta las maravillas de Dios en la creación y en la
historia de la salvación. Cristo ha orado con los Salmos y los ha llevado a su
cumplimiento. Por esto, siguen siendo un elemento esencial y permanente de la
oración de la Iglesia, que se adaptan a los hombres de toda condición y tiempo.
LA
ORACIÓN ES PLENAMENTE REVELADA
Y REALIZADA EN JESÚS
Y REALIZADA EN JESÚS
541. ¿De quién aprendió Jesús a
orar?
2599
2620
2620
Conforme a su corazón de hombre,
Jesús aprendió a orar de su madre y de la tradición judía. Pero su oración
brota de una fuente más secreta, puesto que es el Hijo de Dios que, en su
humanidad santa, dirige a su Padre la oración filial perfecta.
542. ¿Cuándo oraba Jesús?
2600-2604
2620
2620
El Evangelio muestra frecuentemente
a Jesús en oración. Lo vemos retirarse en soledad, con preferencia durante la
noche; ora antes de los momentos decisivos de su misión o de la misión de sus
apóstoles. De hecho toda la vida de Jesús es oración, pues está en constante
comunión de amor con el Padre.
543. ¿Cómo oró Jesús en su
pasión?
2605-2606
2620
2620
La oración de Jesús durante su
agonía en el huerto de Getsemaní y sus últimas palabras en la Cruz revelan la
profundidad de su oración filial: Jesús lleva a cumplimiento el designio
amoroso del Padre, y toma sobre sí todas las angustias de la humanidad, todas
las súplicas e intercesiones de la historia de la salvación; las presenta al
Padre, quien las acoge y escucha, más allá de toda esperanza, resucitándolo de
entre los muertos.
544. ¿Cómo nos enseña Jesús a
orar?
2607-2614
2621
2621
Jesús nos enseña a orar no sólo con
la oración del Padre nuestro, sino también cuando Él mismo ora. Así,
además del contenido, nos enseña las disposiciones requeridas por una verdadera
oración: la pureza del corazón, que busca el Reino y perdona a los enemigos; la
confianza audaz y filial, que va más allá de lo que sentimos y comprendemos; la
vigilancia, que protege al discípulo de la tentación.
545. ¿Porqué es eficaz nuestra
oración?
2615-2616
Nuestra oración es eficaz porque
está unida mediante la fe a la oración de Jesús. En Él la oración cristiana se
convierte en comunión de amor con el Padre; podemos presentar nuestras
peticiones a Dios y ser escuchados: «Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo
sea colmado» (Jn 16, 24).
546. ¿Cómo oraba la Virgen María?
2617;2622
2618;2674
2679
2618;2674
2679
La oración de María se caracteriza
por su fe y por la ofrenda generosa de todo su ser a Dios. La Madre de Jesús es
también la Nueva Eva, la «Madre de los vivientes» (cf Gn 3, 20): Ella
ruega a Jesús, su Hijo, por las necesidades de los hombres.
547. ¿Existe en el Evangelio una
oración de María?
2619
Además de la intercesión de María
en Caná de Galilea, el Evangelio nos entrega el Magnificat (Lc 1,
46-55), que es el cántico de la Madre de Dios y el de la Iglesia, la acción de
gracias gozosa, que sube desde el corazón de los pobres porque su esperanza se
realiza en el cumplimiento de las promesas divinas.
LA
ORACIÓN EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA
548. ¿Cómo oraba la primera
comunidad cristiana de Jerusalén?
2623-2624
Al comienzo del libro de los Hechos
de los Apóstoles, se narra que en la primera comunidad de Jerusalén, educada
por el Espíritu Santo en la vida de oración, los creyentes «acudían asiduamente
a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las
oraciones» (Hch 2, 42).
549. ¿Cómo interviene el
Espíritu Santo en la oración de la Iglesia?
2623. 2625
El Espíritu Santo, Maestro interior
de la oración cristiana, educa a la Iglesia en la vida de oración, y le hace
entrar cada vez con mayor profundidad en la contemplación y en la unión con el
insondable misterio de Cristo. Las formas de oración, tal como las revelan los
escritos apostólicos y canónicos, siguen siendo normativas para la oración
cristiana.
550. ¿Cuáles son las formas
esenciales de oración cristiana?
2643-2644
Las formas esenciales de oración
cristiana son la bendición y la adoración, la oración de petición y de
intercesión, la acción de gracias y la alabanza. La Eucaristía contiene y
expresa todas las formas de oración.
551. ¿Qué es la bendición?
2626-2627
2645
2645
La bendición es la respuesta
agradecida del hombre a los dones de Dios: nosotros bendecimos al Todopoderoso,
quien primeramente nos bendice y colma con sus dones.
552. ¿Cómo se puede definir la
adoración?
2628
La adoración es la prosternación
del hombre, que se reconoce criatura ante su Creador tres veces santo.
553. ¿Cuáles son las diversas
formas de la oración de petición?
2629-2633
2646
2646
La oración de petición puede
adoptar diversas formas: petición de perdón o también súplica humilde y
confiada por todas nuestras necesidades espirituales y materiales; pero la
primera realidad que debemos desear es la llegada del Reino de Dios.
554. ¿En qué consiste la
intercesión?
2634-2636
2647
2647
La intercesión consiste en pedir en
favor de otro. Esta oración nos une y conforma con la oración de Jesús, que
intercede ante el Padre por todos los hombres, en particular por los pecadores.
La intercesión debe extenderse también a los enemigos.
555. ¿Cuándo se da gracias a
Dios?
2637-2638
2648
2648
La Iglesia da gracias a Dios
incesantemente, sobre todo cuando celebra la Eucaristía, en la cual Cristo hace
partícipe a la Iglesia de su acción de gracias al Padre. Todo acontecimiento se
convierte para el cristiano en motivo de acción de gracias.
556. ¿Qué es la oración de
alabanza?
2639-2643
2649
2649
La alabanza es la forma de oración
que, de manera más directa, reconoce que Dios es Dios; es totalmente
desinteresada: canta a Dios por sí mismo y le da gloria por lo que Él es.
557. ¿Cuál es la importancia de
la Tradición respecto a la oración?
2650-2651
A través de la Tradición viva, es
como en la Iglesia el Espíritu Santo enseña a orar a los hijos de Dios. En
efecto, la oración no se reduce a la manifestación espontánea de un impulso
interior, sino que implica contemplación, estudio y comprensión de las
realidades espirituales que se experimentan.
FUENTES
DE LA ORACIÓN
558. ¿Cuáles son las fuentes de
la oración cristiana?
2652-2662
2658
2658
Las fuentes de la oración cristiana
son: la Palabra de Dios, que nos transmite «la ciencia suprema de
Cristo» (Flp 3, 8); la Liturgia de la Iglesia, que anuncia,
actualiza y comunica el misterio de la salvación; las virtudes teologales;
las situaciones cotidianas, porque en ellas podemos encontrar a Dios.
«Te amo, Señor, y la única
gracia que te pido es amarte eternamente. Dios mío, si mi lengua no puede decir
en todos los momentos que te amo, quiero que mi corazón te lo repita cada vez
que respiro» (San Juan María Vianney).
EL
CAMINO DE LA ORACIÓN
559. ¿Hay en la Iglesia diversos
caminos de oración?
2663
En la Iglesia hay diversos caminos
de oración, según los diversos contextos históricos, sociales y culturales.
Corresponde al Magisterio discernir la fidelidad de estos caminos a la
tradición de la fe apostólica, y compete a los pastores y catequistas explicar
su sentido, que se refiere siempre a Jesucristo.
560. ¿Cuál es el camino de
nuestra oración?
2664
2680-2681
2680-2681
El camino de nuestra oración es
Cristo, porque ésta se dirige a Dios nuestro Padre pero llega a Él sólo si, al
menos implícitamente, oramos en el Nombre de Jesús. Su humanidad es, pues, la
única vía por la que el Espíritu Santo nos enseña a orar a Dios nuestro Padre.
Por esto las oraciones litúrgicas concluyen con la fórmula: «Por Jesucristo
nuestro Señor».
561. ¿Cuál es el papel del
Espíritu Santo en la oración?
2670-2672
2680-2681
2680-2681
Puesto que el Espíritu Santo es el
Maestro interior de la oración cristiana y «nosotros no sabemos pedir como
conviene» (Rm 8, 26), la Iglesia nos exhorta a invocarlo e implorarlo en
toda ocasión: «¡Ven, Espíritu Santo!».
562. ¿En qué sentido es mariana
la oración cristiana?
2673-2679
2682
2682
En virtud de la singular
cooperación de María con la acción del Espíritu Santo, la Iglesia ama rezar a
María y orar con María, la orante perfecta, para alabar e invocar con Ella al
Señor. Pues María, en efecto, nos «muestra el camino» que es su Hijo, el único
Mediador.
563. ¿Cómo reza la Iglesia a
María?
2676-2678
2682
2682
La Iglesia reza a María, ante todo,
con el Ave María, oración con la que la Iglesia pide la intercesión de
la Virgen. Otras oraciones marianas son el Rosario, el himno Acáthistos,
la Paraclisis, los himnos y cánticos de las diversas tradiciones
cristianas.
MAESTROS
DE ORACIÓN
564. ¿De qué modo los santos son
maestros de la oración?
2683-2684
2692-2693
2692-2693
Los santos son para los cristianos
modelos de oración, y a ellos les pedimos también que intercedan, ante la
Santísima Trinidad, por nosotros y por el mundo entero; su intercesión es el
más alto servicio que prestan al designio de Dios. En la comunión de los
santos, a lo largo de la historia de la Iglesia, se han desarrollado diversos
tipos de espiritualidad, que enseñan a vivir y a practicar la oración.
565. ¿Quién puede enseñar a rezar?
2685-2690
2694-2695
2694-2695
La familia cristiana constituye el
primer ámbito de educación a la oración. Hay que recomendar de manera
particular la oración cotidiana en familia, pues es el primer testimonio de
vida de oración de la Iglesia. La catequesis, los grupos de oración, la
«dirección espiritual» son una escuela y una ayuda para la oración.
566. ¿Cuáles son los lugares
favorables para la oración?
2691
2696
2696
Se puede orar en cualquier sitio,
pero elegir bien el lugar tiene importancia para la oración. El templo es el
lugar propio de la oración litúrgica y de la adoración eucarística; también
otros lugares ayudan a orar, como «un rincón de oración» en la casa familiar,
un monasterio, un santuario.
567. ¿Qué momentos son los más
indicados para la oración?
2697-2698
2720
2720
Todos los momentos son indicados
para la oración, pero la Iglesia propone a los fieles ritmos destinados a
alimentar la oración continua: oración de la mañana y del atardecer, antes y
después de las comidas, la Liturgia de la Horas, la Eucaristía dominical, el
Santo Rosario, las fiestas del año litúrgico.
«Es necesario acordarse de Dios
más a menudo que de respirar» (San
Gregorio Nacianceno).
568. ¿Cuáles son las expresiones
de la vida de oración?
2697-2699
La tradición cristiana ha
conservado tres modos principales de expresar y vivir la oración: la oración
vocal, la meditación y la oración contemplativa. Su rasgo común es el
recogimiento del corazón.
LAS
EXPRESIONES DE LA ORACIÓN
569. ¿En qué se caracteriza la
oración vocal?
2700-2704
2722
2722
La oración vocal asocia el cuerpo a
la oración interior del corazón; incluso quien practica la más interior de las
oraciones no podría prescindir del todo en su vida cristiana de la oración
vocal. En cualquier caso, ésta debe brotar siempre de una fe personal. Con el Padre
nuestro, Jesús nos ha enseñado una fórmula perfecta de oración vocal.
570. ¿Qué es la meditación?
2705-2708
2723
2723
La meditación es una reflexión
orante, que parte sobre todo de la Palabra de Dios en la Biblia; hace
intervenir a la inteligencia, la imaginación, la emoción, el deseo, para
profundizar nuestra fe, convertir el corazón y fortalecer la voluntad de seguir
a Cristo; es una etapa preliminar hacia la unión de amor con el Señor.
571. ¿Qué es la oración
contemplativa?
2709-2719
2724
2739-2741
2724
2739-2741
La oración contemplativa es una
mirada sencilla a Dios en el silencio y el amor. Es un don de Dios, un momento
de fe pura, durante el cual el que ora busca a Cristo, se entrega a la voluntad
amorosa del Padre y recoge su ser bajo la acción del Espíritu. Santa Teresa de
Jesús la define como una íntima relación de amistad: «estando muchas veces
tratando a solas con quien sabemos que nos ama».
EL
COMBATE DE LA ORACIÓN
572. ¿Por qué la oración es un
combate?
2725
La oración es un don de la gracia,
pero presupone siempre una respuesta decidida por nuestra parte, pues el que
ora combate contra sí mismo, contra el ambiente y, sobre todo, contra el
Tentador, que hace todo lo posible para apartarlo de la oración. El combate de
la oración es inseparable del progreso en la vida espiritual: se ora como se
vive, porque se vive como se ora.
573. ¿Cuáles son las objeciones
a la oración?
2726-2728
2752-2753
2752-2753
Además de los conceptos erróneos
sobre la oración, muchos piensan que no tienen tiempo para orar o que es inútil
orar. Quienes oran pueden desalentarse frente a las dificultades o los
aparentes fracasos. Para vencer estos obstáculos son necesarias la humildad, la
confianza y la perseverancia.
574. ¿Cuáles son las dificultades
para la oración?
2729-2733
2754-2755
2754-2755
La dificultad habitual para la
oración es la distracción, que separa de la atención a Dios, y puede
incluso descubrir aquello a lo que realmente estamos apegados. Nuestro corazón
debe entonces volverse a Dios con humildad. A menudo la oración se ve
dificultada por la sequedad, cuya superación permite adherirse en la fe
al Señor incluso sin consuelo sensible. La acedía es una forma de pereza
espiritual, debida al relajamiento de la vigilancia y al descuido de la
custodia del corazón.
575. ¿Cómo fortalecer nuestra
confianza filial?
2734-2741
2756
2756
La confianza filial se pone a
prueba cuando pensamos que no somos escuchados. Debemos preguntarnos, entonces,
si Dios es para nosotros un Padre cuya voluntad deseamos cumplir, o más bien un
simple medio para obtener lo que queremos. Si nuestra oración se une a la de
Jesús, sabemos que Él nos concede mucho más que este o aquel don, pues
recibimos al Espíritu Santo, que transforma nuestro corazón.
576. ¿Es posible orar en todo
momento?
2742-2745
2757
2757
Orar es siempre posible, pues el
tiempo del cristiano es el tiempo de Cristo resucitado, que está con nosotros
«todos los días» (Mt 28, 20). Oración y vida cristiana son, por ello,
inseparables.
«Es posible, incluso en el mercado
o en un paseo solitario, hacer una frecuente y fervorosa oración. Sentados en
vuestra tienda, comprando o vendiendo, o incluso haciendo la cocina» (San Juan Crisóstomo).
577. ¿Cuál es la oración de la Hora
de Jesús?
2604
2746-2751
2758
2746-2751
2758
Se llama la oración de la Hora
de Jesús a la oración sacerdotal de Éste en la Última Cena. Jesús, Sumo
Sacerdote de la Nueva Alianza, dirige su oración al Padre cuando llega la Hora
de su «paso» a Dios, la Hora de su sacrificio.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el
cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén. Pater Noster
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén. Pater Noster
Pater noster qui
es in caelis:
sanctificetur Nomen Tuum;
adveniat Regnum Tuum;
fiat voluntas Tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum
quotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos
dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a Malo. Amen
sanctificetur Nomen Tuum;
adveniat Regnum Tuum;
fiat voluntas Tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum
quotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos
dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a Malo. Amen
578. ¿Cuál es el origen de la
oración del Padre nuestro?
2759-2760
2773
2773
Jesús nos enseñó esta insustituible
oración cristiana, el Padre nuestro, un día en el que un discípulo, al
verle orar, le rogó: «Maestro, enséñanos a orar» (Lc 11, 1). La
tradición litúrgica de la Iglesia siempre ha usado el texto de San Mateo (6,
9-13).
«LA
SÍNTESIS DE TODO EL EVANGELIO»
579. ¿Qué lugar ocupa el Padre
nuestro en las Escrituras?
2761-2764
2774
2774
El Padre nuestro es «el
resumen de todo el Evangelio» (Tertuliano); «es la más perfecta de todas las
oraciones» (Santo Tomás de Aquino). Situado en el centro del Sermón de la
Montaña (Mt 5-7), recoge en forma de oración el contenido esencial del
Evangelio.
580. ¿Por qué se le llama «la
oración del Señor»?
2765-2766
2775
2775
Al Padre nuestro se le llama
«Oración dominical», es decir «la oración del Señor», porque nos la enseñó el
mismo Jesús, nuestro Señor.
581. ¿Qué lugar ocupa el Padre
nuestro en la oración de la Iglesia?
2767-2772
2776
2776
Oración por excelencia de la
Iglesia, el Padre nuestro es «entregado» en el Bautismo, para manifestar
el nacimiento nuevo a la vida divina de los hijos de Dios. La Eucaristía revela
el sentido pleno del Padre nuestro, puesto que sus peticiones,
fundándose en el misterio de la salvación ya realizado, serán plenamente
atendidas con la Segunda venida del Señor. El Padre nuestro es parte
integrante de la Liturgia de las Horas.
«PADRE
NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO»
582. ¿Por qué podemos acercarnos
al Padre con plena confianza?
2777-2778
2797
2797
Podemos acercarnos al Padre con
plena confianza, porque Jesús, nuestro Redentor, nos introduce en la presencia
del Padre, y su Espíritu hace de nosotros hijos de Dios. Por ello, podemos
rezar el Padre nuestro con confianza sencilla y filial, gozosa seguridad
y humilde audacia, con la certeza de ser amados y escuchados.
583. ¿Cómo es posible invocar a
Dios como «Padre»?
2779-2785
2789
2798-2800
2789
2798-2800
Podemos invocar a Dios como
«Padre», porque el Hijo de Dios hecho hombre nos lo ha revelado, y su Espíritu
nos lo hace conocer. La invocación del Padre nos hace entrar en su misterio con
asombro siempre nuevo, y despierta en nosotros el deseo de un comportamiento
filial. Por consiguiente, con la oración del Señor, somos conscientes de ser
hijos del Padre en el Hijo.
584. ¿Por qué decimos Padre
«nuestro»?
2786-2790
2801
2801
«Nuestro» expresa una
relación con Dios totalmente nueva. Cuando oramos al Padre, lo adoramos y lo
glorificamos con el Hijo y el Espíritu. En Cristo, nosotros somos su
pueblo, y Él es nuestro Dios, ahora y por siempre. Decimos, de hecho,
Padre «nuestro», porque la Iglesia de Cristo es la comunión de una multitud de
hermanos, que tienen «un solo corazón y una sola alma» (Hch 4, 32).
585. ¿Con qué espíritu de
comunión y de misión nos dirigimos a Dios como Padre «nuestro»?
2791-2793
2801
2801
Dado que el Padre nuestro es
un bien común de los bautizados, éstos sienten la urgente llamada a participar
en la oración de Jesús por la unidad de sus discípulos. Rezar el Padre
nuestro es orar con todos los hombres y en favor de la entera humanidad, a
fin de que todos conozcan al único y verdadero Dios y se reúnan en la unidad.
586 ¿Qué significa la expresión
«que estás en el cielo»?
2794-2796
2802
2802
La expresión bíblica «cielo» no
indica un lugar sino un modo de ser: Dios está más allá y por encima de todo;
la expresión designa la majestad, la santidad de Dios, y también su presencia
en el corazón de los justos. El cielo, o la Casa del Padre, constituye la
verdadera patria hacia la que tendemos en la esperanza, mientras nos
encontramos aún en la tierra. Vivimos ya en esta patria, donde nuestra «vida
está oculta con Cristo en Dios» (Col 3, 3).
LAS
SIETE PETICIONES
587. ¿Cómo está compuesta la
oración del Señor?
2803-2806
2857
2857
La oración del Señor contiene siete
peticiones a Dios Padre. Las tres primeras, más teologales, nos atraen hacia
Él, para su gloria, pues lo propio del amor es pensar primeramente en Aquel que
amamos. Estas tres súplicas sugieren lo que, en particular, debemos pedirle: la
santificación de su Nombre, la venida de su Reino y la realización de su
voluntad. Las cuatro últimas peticiones presentan al Padre de misericordia
nuestras miserias y nuestras esperanzas: le piden que nos alimente, que nos
perdone, que nos defienda ante la tentación y nos libre del Maligno.
588. ¿Qué significa «Santificado
sea tu Nombre»?
2807-2812
2858
2858
Santificar el Nombre de Dios es,
ante todo, una alabanza que reconoce a Dios como Santo. En efecto, Dios ha
revelado su santo Nombre a Moisés, y ha querido que su pueblo le fuese
consagrado como una nación santa en la que Él habita.
589. ¿Cómo se santifica el
Nombre de Dios en nosotros y en el mundo?
2813-2815
Santificar el Nombre de Dios, que
«nos llama a la santidad» (1Ts 4, 7), es desear que la consagración
bautismal vivifique toda nuestra vida. Asimismo, es pedir que, con nuestra vida
y nuestra oración, el Nombre de Dios sea conocido y bendecido por todos los
hombres.
590. ¿Qué pide la Iglesia cuando
suplica «Venga a nosotros tu Reino»?
2816-2821
2859
2859
La Iglesia invoca la venida final
del Reino de Dios, mediante el retorno de Cristo en la gloria. Pero la Iglesia
ora también para que el Reino de Dios crezca aquí ya desde ahora, gracias a la
santificación de los hombres en el Espíritu y al compromiso de éstos al
servicio de la justicia y de la paz, según las Bienaventuranzas. Esta petición
es el grito del Espíritu y de la Esposa: «Ven, Señor Jesús» (Ap 22, 20).
591. ¿Por qué pedimos «Hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo»?
2822-2827
2860
2860
La voluntad del Padre es que «todos
los hombres se salven» (1Tm 2, 4). Para esto ha venido Jesús: para
cumplir perfectamente la Voluntad salvífica del Padre. Nosotros pedimos a Dios
Padre que una nuestra voluntad a la de su Hijo, a ejemplo de María Santísima y
de los santos. Le pedimos que su benevolente designio se realice plenamente
sobre la tierra, como se ha realizado en el cielo. Por la oración, podemos
«distinguir cuál es la voluntad de Dios» (Rm 12, 2), y obtener
«constancia para cumplirla» (Hb 10, 36).
592. ¿Cuál es el sentido de la
petición «Danos hoy nuestro pan de cada día»?
2828-2834
2861
2861
Al pedir a Dios, con el confiado
abandono de los hijos, el alimento cotidiano necesario a cada cual para su
subsistencia, reconocemos hasta qué punto Dios Padre es bueno, más allá de toda
bondad. Le pedimos también la gracia de saber obrar, de modo que la justicia y
la solidaridad permitan que la abundancia de los unos cubra las necesidades de
los otros.
593. ¿Cuál es el sentido
específicamente cristiano de esta petición?
2835-2837
2861
2861
Puesto que «no sólo de pan vive el
hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Dios» (Mt 4, 4), la
petición sobre el pan cotidiano se refiere igualmente al hambre de la Palabra
de Dios y del Cuerpo de Cristo, recibido en la Eucaristía, así como
al hambre del Espíritu Santo. Lo pedimos, con una confianza absoluta,
para hoy, el hoy de Dios: y esto se nos concede, sobre todo, en la
Eucaristía, que anticipa el banquete del Reino venidero.
594. ¿Por qué decimos «Perdona
nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden»?
2838-2839
2862
2862
Al pedir a Dios Padre que nos
perdone, nos reconocemos ante Él pecadores; pero confesamos, al mismo tiempo,
su misericordia, porque, en su Hijo y mediante los sacramentos, «obtenemos la
redención, la remisión de nuestros pecados» (Col 1, 14). Ahora bien,
nuestra petición será atendida a condición de que nosotros, antes, hayamos, por
nuestra parte, perdonado.
595. ¿Cómo es posible el perdón?
2840-2845
2862
2862
La misericordia penetra en nuestros
corazones solamente si también nosotros sabemos perdonar, incluso a nuestros
enemigos. Aunque para el hombre parece imposible cumplir con esta exigencia, el
corazón que se entrega al Espíritu Santo puede, a ejemplo de Cristo, amar hasta
el extremo de la caridad, cambiar la herida en compasión, transformar la ofensa
en intercesión. El perdón participa de la misericordia divina, y es una cumbre
de la oración cristiana.
596. ¿Qué significa «No nos
dejes caer en la tentación»?
2846-2849
2863
2863
Pedimos a Dios Padre que no nos
deje solos y a merced de la tentación. Pedimos al Espíritu saber discernir, por
una parte, entre la prueba, que nos hace crecer en el bien, y la tentación,
que conduce al pecado y a la muerte; y, por otra parte, entre ser tentado
y consentir en la tentación. Esta petición nos une a Jesús, que ha
vencido la tentación con su oración. Pedimos la gracia de la vigilancia y de la
perseverancia final.
597. ¿Por qué concluimos
suplicando «Y líbranos del mal»?
2850-2854
2864
2864
El mal designa la persona de
Satanás, que se opone a Dios y que es «el seductor del mundo entero» (Ap
12, 9). La victoria sobre el diablo ya fue alcanzada por Cristo; pero nosotros
oramos a fin de que la familia humana sea liberada de Satanás y de sus obras.
Pedimos también el don precioso de la paz y la gracia de la espera perseverante
en el retorno de Cristo, que nos librará definitivamente del Maligno.
598. ¿Qué significa el «Amén»
final?
2855-2856
2865
2855-2856
2865
«Después, terminada la oración,
dices: Amén, refrendando por medio de este Amén, que significa “Así sea”, lo
que contiene la oración que Dios nos enseñó»
(San Cirilo de Jerusalén).
APÉNDICE
FÓRMULAS
DE DOCTRINA CATÓLICA
FÓRMULAS
DE DOCTRINA CATÓLICA
Señal de la Cruz
En el nombre del Padre
y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Signum
Crucis
In nómine Patris,
et Fílii,
et Spíritus Sancti. Amen
et Fílii,
et Spíritus Sancti. Amen
Gloria al Padre
Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Gloria Patri
Glória Patri,
et Fílio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc et semper
et in saecula saeculórum. Amen
et Fílio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc et semper
et in saecula saeculórum. Amen
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el
cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Pater Noster
Pater noster qui es in caelis:
sanctificetur Nomen Tuum;
adveniat Regnum Tuum;
fiat voluntas Tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum
quotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus
debitoribus nostris;
et ne nos indúcas in tentationem;
sed libera nos a Malo. Amen
sanctificetur Nomen Tuum;
adveniat Regnum Tuum;
fiat voluntas Tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum
quotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus
debitoribus nostris;
et ne nos indúcas in tentationem;
sed libera nos a Malo. Amen
Ave María
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
Ave, Maríæ
Ave, María,
grátia plena,
Dóminus tecum.
Benedícta tu
in muliéribus,
et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta María, Mater Dei,
ora pro nobis peccatóribus,
nunc et in hora mortis nostræ. Amen.
grátia plena,
Dóminus tecum.
Benedícta tu
in muliéribus,
et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta María, Mater Dei,
ora pro nobis peccatóribus,
nunc et in hora mortis nostræ. Amen.
Ángel de Dios
Ángel de Dios,
que eres mi custodio,
pues la bondad divina
me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame, defiéndeme
y gobiérname.
Amén.
que eres mi custodio,
pues la bondad divina
me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame, defiéndeme
y gobiérname.
Amén.
Angele Dei
Ángele Dei,
qui custos es mei,
me, tibi commíssum
pietáte supérna,
illúmina, custódi, rege
et gubérna.
Amen.
qui custos es mei,
me, tibi commíssum
pietáte supérna,
illúmina, custódi, rege
et gubérna.
Amen.
El eterno reposo
Dale Señor el descanso eterno.
Brille para él la luz perpetua.
Descanse en paz. Amén
Brille para él la luz perpetua.
Descanse en paz. Amén
Requiem Æternam
Réquiem aetérnam
dona eis, Dómine,
et lux perpétua lúceat eis.
Requiéscant in pace. Amen
et lux perpétua lúceat eis.
Requiéscant in pace. Amen
Ángelus
El ángel del Señor anunció a María.
Y concibió
por obra y gracia del Espíritu Santo.
por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María...
He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu palabra.
Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...
Y el Verbo de Dios se hizo carne.
Y habitó entre nosotros.
Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...
Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo.
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo.
Oremos
Infunde, Señor,
tu gracia en nuestras almas,
para que, los que hemos conocido,
por el anuncio del Ángel,
la Encarnación de tu Hijo Jesucristo,
lleguemos por los Méritos de su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
tu gracia en nuestras almas,
para que, los que hemos conocido,
por el anuncio del Ángel,
la Encarnación de tu Hijo Jesucristo,
lleguemos por los Méritos de su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Gloria al Padre...
Angelus Domini
Ángelus Dómini nuntiávit María.
Et
concépit
de Spíritu Sancto.
de Spíritu Sancto.
Ave, María...
Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Ave,
María...
Et
Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.
Et habitávit in nobis.
Ave,
María...
Ora pro nobis,
sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.
sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.
Orémus
Grátiam
tuam, quasumus,
Dómine, méntibus nostris infúnde;
ut qui, Ángelo nuntiánte,
Christi Fílii tui incarnatiónem
cognóvimus,
per passiónem eius et crucem,
ad resurrectiónis glóriam perducámur.
Per eúndem Christum Dóminum nostrum. Amen.
Dómine, méntibus nostris infúnde;
ut qui, Ángelo nuntiánte,
Christi Fílii tui incarnatiónem
cognóvimus,
per passiónem eius et crucem,
ad resurrectiónis glóriam perducámur.
Per eúndem Christum Dóminum nostrum. Amen.
Glória
Patri...
Regina Caeli (en tiempo pascual)
Reina del cielo alégrate; aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar;
aleluya.
Ha resucitado según su palabra;
aleluya.
Ruega al Señor por nosotros;
aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María;
aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor;
aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar;
aleluya.
Ha resucitado según su palabra;
aleluya.
Ruega al Señor por nosotros;
aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María;
aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor;
aleluya.
Oremos
Oh Dios, que por la resurrección de
tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
has llenado el mundo de alegría,
concédenos, por intercesión de su Madre,
la Virgen María,
llegar a alcanzar los gozos eterno.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
has llenado el mundo de alegría,
concédenos, por intercesión de su Madre,
la Virgen María,
llegar a alcanzar los gozos eterno.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Regina Caeli
Regina caeli laetáre, allelúia.
Quia quem meruísti portáre,
allelúia.
Resurréxit, sicut dixit,
allelúia.
Ora pro nobis Deum,
allelúia.
Gaude et laetáre, Virgo María,
allelúia.
Quia surréxit Dóminus vere,
allelúia.
Quia quem meruísti portáre,
allelúia.
Resurréxit, sicut dixit,
allelúia.
Ora pro nobis Deum,
allelúia.
Gaude et laetáre, Virgo María,
allelúia.
Quia surréxit Dóminus vere,
allelúia.
Orémus
Deus, qui per
resurrectiónem Fílii tui
Dómini nostri Iesu Christi
mundum laetificáre dignátus es,
praesta, quaesumus, ut per eius Genetrícem Vírgínem Maríam perpétuae
capiámus gáudia vitae.
Per Christum Dóminum nostrum.
Amen.
Dómini nostri Iesu Christi
mundum laetificáre dignátus es,
praesta, quaesumus, ut per eius Genetrícem Vírgínem Maríam perpétuae
capiámus gáudia vitae.
Per Christum Dóminum nostrum.
Amen.
Salve Regina
Dios te salve, Reina
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos
los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos;
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos
los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos;
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh, clementísima, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
oh dulce Virgen María!
Salve, Regina
Salve, Regina,
Mater misericórdiae,
vita, dulcédo et spes nostra,
salve.
Ad te clamámus,
éxsules fílii Eva.
Ad te suspirámus geméntes
et flentes in hac lacrimárum valle.
Eia ergo, advocáta nostra,
illos tuos misericórdes óculos
ad nos convérte.
Et Iesum benedíctum fructum
ventris tui,
nobis, post hoc exsílium, osténde.
Mater misericórdiae,
vita, dulcédo et spes nostra,
salve.
Ad te clamámus,
éxsules fílii Eva.
Ad te suspirámus geméntes
et flentes in hac lacrimárum valle.
Eia ergo, advocáta nostra,
illos tuos misericórdes óculos
ad nos convérte.
Et Iesum benedíctum fructum
ventris tui,
nobis, post hoc exsílium, osténde.
O clemens, o
pia,
o dulcis Virgo Maríae!
o dulcis Virgo Maríae!
Magnificat
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Magnificat
Magníficat
ánima mea Dóminum,
et exsultávit spíritus meus
in Deo salvatóre meo,
quia respéxit humilitátem
ancíllae suae.
ánima mea Dóminum,
et exsultávit spíritus meus
in Deo salvatóre meo,
quia respéxit humilitátem
ancíllae suae.
Ecce
enim ex hoc beátam me dicent
omnes generatiónes,
quia fecit mihi magna,
qui potens est,
et sanctum nomen eius,
et misericórdia eius in progénies
et progénies timéntibus eum.
omnes generatiónes,
quia fecit mihi magna,
qui potens est,
et sanctum nomen eius,
et misericórdia eius in progénies
et progénies timéntibus eum.
Fecit
poténtiam in bráchio suo,
dispérsit supérbos mente cordis sui;
depósuit poténtes de sede
et exaltávit húmiles,
esuriéntes implévit bonis
et dívites dimísit inánes.
dispérsit supérbos mente cordis sui;
depósuit poténtes de sede
et exaltávit húmiles,
esuriéntes implévit bonis
et dívites dimísit inánes.
Suscépit
Ísrael púerum suum,
recordátus misericórdiae,
sicut locútus est ad patres nostros,
Abraham et sémini
eius in sæcula
recordátus misericórdiae,
sicut locútus est ad patres nostros,
Abraham et sémini
eius in sæcula
Glória Patri, et Filio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc et semper,
et in sæcula sæculórum.
Amen.
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc et semper,
et in sæcula sæculórum.
Amen.
Bajo tu protección
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre
de todo peligro,
¡Oh Virgen gloriosa y bendita!
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre
de todo peligro,
¡Oh Virgen gloriosa y bendita!
Sub tuum præsidium
Sub tuum
præsídium confúgimus,
sancta Dei Génetrix;
nostras deprecatiónes
ne despícias
in necessitátibus;
sed a perículis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriósa et benedícta.
sancta Dei Génetrix;
nostras deprecatiónes
ne despícias
in necessitátibus;
sed a perículis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriósa et benedícta.
Benedictus
Bendito sea el Señor, Dios de
Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza
de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho
desde antiguo
por boca de sus santos Profetas.
porque ha visitado
y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza
de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho
desde antiguo
por boca de sus santos Profetas.
Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos
los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán.
de nuestros enemigos
y de la mano de todos
los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que,
libres de temor,
arrancados de la mano
de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
libres de temor,
arrancados de la mano
de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño,
te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia
de nuestro Dios,
nos visitará el sol
que nace de lo alto,
para iluminar
a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
de nuestro Dios,
nos visitará el sol
que nace de lo alto,
para iluminar
a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Benedictus
Benedíctus Dóminus, Deus Ísrael,
quia visitávit
et fecit redemptiónem plebi suæ,
et eréxit cornu
salútis nobis
in domo David púeri sui,
sicut locútus
est per os sanctórum,
qui a sæcula sunt, prophetárum eius,
quia visitávit
et fecit redemptiónem plebi suæ,
et eréxit cornu
salútis nobis
in domo David púeri sui,
sicut locútus
est per os sanctórum,
qui a sæcula sunt, prophetárum eius,
salútem ex inimícis nostris
et de manu ónmium,
qui odérunt nos;
ad faciéndam misericórdiam
cum pátribus nostris
et memorári testaménti
sui sancti,
iusiurándum, quod iurávit
ad Abraham patrem nostrum,
et de manu ónmium,
qui odérunt nos;
ad faciéndam misericórdiam
cum pátribus nostris
et memorári testaménti
sui sancti,
iusiurándum, quod iurávit
ad Abraham patrem nostrum,
datúrum se nobis,
ut sine timóre,
de manu inimicórum liberáti,
serviámus illi
in sanctitáte et iustítia coram ipso
ómnibus diébus nostris.
ut sine timóre,
de manu inimicórum liberáti,
serviámus illi
in sanctitáte et iustítia coram ipso
ómnibus diébus nostris.
Et tu, puer,
prophéta Altíssimi vocáberis:
praeíbis enim ante fáciem Dómini
paráre vias eius,
ad dandam sciéntiam salútis plebi eius
in remissiónem peccatórum eórum,
prophéta Altíssimi vocáberis:
praeíbis enim ante fáciem Dómini
paráre vias eius,
ad dandam sciéntiam salútis plebi eius
in remissiónem peccatórum eórum,
Per víscera misericórdiae
Dei nostri,
in quibus visitábit
nos óriens ex alto,
illumináre his,
qui in ténebris
et in umbra mortis sedent,
ad dirigéndos pedes nostros
in viam pacis.
Dei nostri,
in quibus visitábit
nos óriens ex alto,
illumináre his,
qui in ténebris
et in umbra mortis sedent,
ad dirigéndos pedes nostros
in viam pacis.
Glória Patri, et Filio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in principio,
et nunc et semper,
et in sæcula sæculórum.
Amen.
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in principio,
et nunc et semper,
et in sæcula sæculórum.
Amen.
Te Deum
A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
te venera toda la creación.
Los ángeles todos,
los cielos y todas las potestades te honran.
los cielos y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Dios del universo.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza
el glorioso coro de los Apóstoles,
la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejército de los mártires.
el glorioso coro de los Apóstoles,
la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te proclama:
extendida por toda la tierra, te proclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la gloria,
Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
en la gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.
has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.
no me veré defraudado para siempre.
Te
Deum
Te
Deum laudámus:
te Dóminum confitémur.
te Dóminum confitémur.
Te
aetérnum Patrem,
omnis terra venerátur.
omnis terra venerátur.
tibi
omnes ángeli, tibi caeli
et univérse potestátes:
et univérse potestátes:
tibi
chérubim et séraphim
incessábili voce proclámant:
incessábili voce proclámant:
Sanctus,
Sanctus, Sanctus,
Dóminus Deus Sábaoth.
Dóminus Deus Sábaoth.
Pleni
sunt caeli et tema
maiestátis glóriae tuae.
maiestátis glóriae tuae.
Te
gloriósus
apostolórum chorus,
te prophetárum laudábilis númerus,
te mártyrum candidátus laudat exércitus.
apostolórum chorus,
te prophetárum laudábilis númerus,
te mártyrum candidátus laudat exércitus.
Te per
orbem terrárum
sancta confitétur Ecclésia,
Patrem imménsae maiestátis;
venerándum tuum verum et únicum Fílium; Sanctum quoque Paráclitum Spíritum.
sancta confitétur Ecclésia,
Patrem imménsae maiestátis;
venerándum tuum verum et únicum Fílium; Sanctum quoque Paráclitum Spíritum.
Tu rex
glóriae, Christe.
Tu Patris sempitérnus es Fílius.
Tu Patris sempitérnus es Fílius.
Tu, ad liberándum susceptúrus
hóminem,
non horruísti Vírginis úterum.
hóminem,
non horruísti Vírginis úterum.
Tu, devícto mortis acúleo,
aperuísti credéntibus regna caelórum.
aperuísti credéntibus regna caelórum.
Tu ad déxteram Dei sedes,
in glória Patris.
in glória Patris.
Iudex créderis
esse ventúrus.
esse ventúrus.
Te ergo quaésumus,
tuis fámulis súbveni, quos pretióso
sánguine redemísti.
tuis fámulis súbveni, quos pretióso
sánguine redemísti.
Ætérna fac cum sanctis tuis
in glória numerári.
in glória numerári.
Salvum fac pópulum tuum, Dómine,
et bénedic hereditáti tuae.
et bénedic hereditáti tuae.
Et
rege eos, et extólle illos
usque in aetérnum.
usque in aetérnum.
Per
síngulos dies benedícimus te;
et laudámus nomen tuum
in sæculum, et in sæculum sæculi.
et laudámus nomen tuum
in sæculum, et in sæculum sæculi.
Dignáre,
Dómine,
die isto sine peccáto nos custodíre.
die isto sine peccáto nos custodíre.
Miserére nostri, Dómine,
miserére nostri.
miserére nostri.
Fiat misericórdia tua,
Dómine, super nos,
quemádmodum sperávimus in te.
Dómine, super nos,
quemádmodum sperávimus in te.
In te, Dómine,
sperávi:
non confúndar in aetérnum.
non confúndar in aetérnum.
Veni Creator
Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
llena con tu divina gracia,
los corazones que creaste.
visita las almas de tus fieles
llena con tu divina gracia,
los corazones que creaste.
Tú, a quien llamamos Paráclito,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego,
caridad y espiritual unción.
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego,
caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los
siete dones;
Tú, dedo de la diestra del Padre;
Tú, fiel promesa del Padre;
que inspiras nuestras palabras.
Tú, dedo de la diestra del Padre;
Tú, fiel promesa del Padre;
que inspiras nuestras palabras.
Ilumina nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé nuestro director y nuestro guía,
para que evitemos todo mal.
danos pronto la paz,
sé nuestro director y nuestro guía,
para que evitemos todo mal.
Por ti conozcamos al Padre,
al Hijo revélanos también;
Creamos en ti, su Espíritu,
por los siglos de los siglos
al Hijo revélanos también;
Creamos en ti, su Espíritu,
por los siglos de los siglos
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos. Amén.
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos. Amén.
Veni, Creator Spiritus
Veni, Creátor Spíritus,
mentes tuórum vísita,
imple supérna grátia,
quæ tu creásti péctora.
mentes tuórum vísita,
imple supérna grátia,
quæ tu creásti péctora.
Qui
díceris Paráclitus,
altíssimi donum Dei,
fons vivus, ignis, cáritas,
et spiritális únctio.
altíssimi donum Dei,
fons vivus, ignis, cáritas,
et spiritális únctio.
Tu
septifórmis múnere,
dígitus patérnae déxterae,
tu rite promíssum Patris,
sermóne ditans gúttura.
dígitus patérnae déxterae,
tu rite promíssum Patris,
sermóne ditans gúttura.
Accénde
lumen sénsibus,
infúnde amórem córdibus,
infírma nostri córporis
virtúte firmans pérpeti.
Hostem repéllas lóngius
pacémque dones prótinus;
ductóre sic te praévio
vitémus omne nóxium.
infúnde amórem córdibus,
infírma nostri córporis
virtúte firmans pérpeti.
Hostem repéllas lóngius
pacémque dones prótinus;
ductóre sic te praévio
vitémus omne nóxium.
Per Te
sciámus da Patrem
noscámus atque Fílium,
teque utriúsque Spíritum
Credámus omni témpore.
noscámus atque Fílium,
teque utriúsque Spíritum
Credámus omni témpore.
Deo Patri sit glória,
et Fílio, qui a mórtuis surréxit,
ac Paráclito,
in sæculórum sæcula. Amen.
et Fílio, qui a mórtuis surréxit,
ac Paráclito,
in sæculórum sæcula. Amen.
Ven Santo Espíritu
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.
Veni,
Sancte Spiritus
Veni,
Sancte Spíritus,
et emítte cælitus lucis
tuæ rádium.
Veni, pater páuperum,
veni, dator múnerum,
veni, lumen córdium.
et emítte cælitus lucis
tuæ rádium.
Veni, pater páuperum,
veni, dator múnerum,
veni, lumen córdium.
Consolátor
óptime,
dulcis hospes ánimæ,
dulce refrigérium.
In labóre réquies,
in æstu tempéries,
in fletu solácium.
dulcis hospes ánimæ,
dulce refrigérium.
In labóre réquies,
in æstu tempéries,
in fletu solácium.
O lux
beatíssima,
reple cordis íntima
tuórum fidélium.
Sine tuo númine,
nihil est in hómine
nihil est innóxium.
reple cordis íntima
tuórum fidélium.
Sine tuo númine,
nihil est in hómine
nihil est innóxium.
Lava
quod est sórdidum,
riga quod est áridum,
sana quod est sáucium.
Flecte quod est rígidum,
fove quod est frígidum,
rege quod est dévium.
riga quod est áridum,
sana quod est sáucium.
Flecte quod est rígidum,
fove quod est frígidum,
rege quod est dévium.
Da tuis fidélibus,
in te confidéntibus,
sacrum septenárium.
Da virtútis méritum,
da salútis éxitum,
da perénne gáudium. Amen.
in te confidéntibus,
sacrum septenárium.
Da virtútis méritum,
da salútis éxitum,
da perénne gáudium. Amen.
Alma de Cristo
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén
Anima Christi
Ánima Christi,
sanctífica me.
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inébria me.
Aqua láteris Christi, lava me.
Pássio Christi, confórta me.
O bone Iesu, exáudi me.
Intra tua vúlnera abscónde me.
Ne permíttas me separári a te.
Ab hoste maligno defénde me.
In hora mortis meæ voca me.
Et iube me veníre ad te,
ut cum Sanctis tuis laudem te
in sæcula sæculórum. Amen
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inébria me.
Aqua láteris Christi, lava me.
Pássio Christi, confórta me.
O bone Iesu, exáudi me.
Intra tua vúlnera abscónde me.
Ne permíttas me separári a te.
Ab hoste maligno defénde me.
In hora mortis meæ voca me.
Et iube me veníre ad te,
ut cum Sanctis tuis laudem te
in sæcula sæculórum. Amen
Acordaos
Acordaos,
oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu asistencia
y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.
Animado con esta confianza,
a ti también acudo, oh Madre,
Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas
y acógelas benignamente. Amén
oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu asistencia
y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.
Animado con esta confianza,
a ti también acudo, oh Madre,
Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas
y acógelas benignamente. Amén
Memorare
Memoráre,
o piíssima Virgo María,
non esse audítum a sæculo,
quemquam ad tua curréntem
præsídia,
tua implorántem auxilia,
tua peténtem suffrágia,
esse derelíctum.
Ego tali animátus confidéntia,
ad te, Virgo Vírginum, Mater,
curro, ad te vénio,
coram te gemens
peccátor assísto.
Noli, Mater Verbi,
verba mea despícere;
sed áudi propítia et exáudi.
Amen.
o piíssima Virgo María,
non esse audítum a sæculo,
quemquam ad tua curréntem
præsídia,
tua implorántem auxilia,
tua peténtem suffrágia,
esse derelíctum.
Ego tali animátus confidéntia,
ad te, Virgo Vírginum, Mater,
curro, ad te vénio,
coram te gemens
peccátor assísto.
Noli, Mater Verbi,
verba mea despícere;
sed áudi propítia et exáudi.
Amen.
Rosario
Misterios gozosos
(lunes y sábado)
(lunes y sábado)
1. La encarnación del Hijo de Dios.
2. La visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Presentación de Jesús en el templo.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo.
2. La visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Presentación de Jesús en el templo.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo.
Misterios luminosos (jueves)
1. El Bautismo de Jesús en el
Jordán.
2. La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4. La Transfiguración.
5. La Institución de la Eucaristía.
2. La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4. La Transfiguración.
5. La Institución de la Eucaristía.
Misterios dolorosos
(martes y viernes)
(martes y viernes)
1. La Oración de Jesús en el
Huerto.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
Misterios gloriosos
(miércoles y domingo)
(miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Hijo de
Dios.
2. La Ascensión del Señor a los Cielos.
3. La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen como Reina de Cielos y Tierra.
2. La Ascensión del Señor a los Cielos.
3. La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen como Reina de Cielos y Tierra.
Oración tras el rosario
Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos
Oh Dios,
cuyo Hijo por medio de su vida,
muerte y resurrección,
nos otorgó los premios
de la vida eterna,
te rogamos que
venerando humildemente
los misterios del Rosario
de la Santísima Virgen María,
imitemos lo que contienen
y consigamos lo que nos prometen.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Oh Dios,
cuyo Hijo por medio de su vida,
muerte y resurrección,
nos otorgó los premios
de la vida eterna,
te rogamos que
venerando humildemente
los misterios del Rosario
de la Santísima Virgen María,
imitemos lo que contienen
y consigamos lo que nos prometen.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Oremos (tradición española)
Te pedimos Señor,
nos concedas a nosotros tus siervos,
gozar de perpetua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos librados de las tristezas presentes
y gocemos de la eterna alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
nos concedas a nosotros tus siervos,
gozar de perpetua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos librados de las tristezas presentes
y gocemos de la eterna alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Rosarium
Mystéria gaudiósa
(in feria secunda et sabbato)
(in feria secunda et sabbato)
Annuntiátio.
Visitátio.
Natívitas.
Praesentátio.
Invéntio in Templo.
Mystéria luminósa (in feria quinta)
Visitátio.
Natívitas.
Praesentátio.
Invéntio in Templo.
Mystéria luminósa (in feria quinta)
Baptísma apud Iordánem.
Autorevelátio apud Cananénse
matrimónium.
Regni Dei proclamátio coniúncta
cum invitaménto ad conversiónem.
Transfigurátio.
Eucharístiae Institútio.
Autorevelátio apud Cananénse
matrimónium.
Regni Dei proclamátio coniúncta
cum invitaménto ad conversiónem.
Transfigurátio.
Eucharístiae Institútio.
Mystéria dolorósa
(in feria tertia et feria sexta)
(in feria tertia et feria sexta)
Agonía in Hortu.
Flagellátio.
Coronátio Spinis.
Baiulátio Crucis.
Crucifixio et Mors.
Mystéria gloriósa
(in feria quanta et Dominica)
Flagellátio.
Coronátio Spinis.
Baiulátio Crucis.
Crucifixio et Mors.
Mystéria gloriósa
(in feria quanta et Dominica)
Resurréctio.
Ascénsio.
Descénsus Spíritus Sancti.
Assúmptio.
Coronátio in Cælo.
Ascénsio.
Descénsus Spíritus Sancti.
Assúmptio.
Coronátio in Cælo.
Oratio ad finem Rosarii dicenda
Ora pro nobis,
sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.
Orémus
Deus,
cuius Unigénitus per vitam,
mortem et resurrectiónem suam
nobis salútis ætérnæ
præmia comparávit,
concéde, quaésumus:
ut hæc mystéria sacratíssimo
beátæ Maríæ Vírginis
Rosário recoléntes,
et imitémur quod cóntinent,
et quod promíttunt assequámur.
Per Christum Dóminum nostrum. Amen.
sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.
Orémus
Deus,
cuius Unigénitus per vitam,
mortem et resurrectiónem suam
nobis salútis ætérnæ
præmia comparávit,
concéde, quaésumus:
ut hæc mystéria sacratíssimo
beátæ Maríæ Vírginis
Rosário recoléntes,
et imitémur quod cóntinent,
et quod promíttunt assequámur.
Per Christum Dóminum nostrum. Amen.
Oración del incienso
(Tradición copta)
(Tradición copta)
Oh Rey de la Paz, danos tu Paz
y perdona nuestros pecados.
Aleja a los enemigos de la Iglesia
y guárdala, para que no desfallezca.
y perdona nuestros pecados.
Aleja a los enemigos de la Iglesia
y guárdala, para que no desfallezca.
Emmanuel, Dios con nosotros,
está entre nosotros
en la gloria del Padre
y del Espíritu Santo
está entre nosotros
en la gloria del Padre
y del Espíritu Santo
Bendícenos
y purifica nuestro corazón
y sana las enfermedades
del alma y del cuerpo.
y purifica nuestro corazón
y sana las enfermedades
del alma y del cuerpo.
Te adoramos, oh Cristo,
con el Padre de bondad
y con el Espíritu Santo,
porque has venido, nos has salvado.
con el Padre de bondad
y con el Espíritu Santo,
porque has venido, nos has salvado.
Oración de
«Adiós al Altar», antes de salir del templo después de la liturgia
(Tradición siro-maronita)
(Tradición siro-maronita)
Queda en paz, oh Altar de Dios.
La oblación que hoy he ofrecido sobre ti,
sea para la remisión de las culpas
y el perdón de los pecados
y me alcance estar
ante el tribunal de Cristo
sin condena y sin confusión.
La oblación que hoy he ofrecido sobre ti,
sea para la remisión de las culpas
y el perdón de los pecados
y me alcance estar
ante el tribunal de Cristo
sin condena y sin confusión.
No sé si se me concederá
volver a ofrecer sobre ti
otro Sacrificio.
Protégeme, Señor,
y conserva a tu Santa Iglesia,
que es camino de verdad
y de salvación. Amén
volver a ofrecer sobre ti
otro Sacrificio.
Protégeme, Señor,
y conserva a tu Santa Iglesia,
que es camino de verdad
y de salvación. Amén
Oración por
los difuntos
(Tradición bizantina)
(Tradición bizantina)
Dios de los espíritus y de toda
carne,
que sepultaste la muerte,
venciste al demonio
y diste la vida al mundo.
Tú, Señor, concede al alma
de tu difunto siervo N.,
el descanso en un lugar luminoso,
en un oasis, en un lugar de frescura,
lejos de todo sufrimiento,
dolor o lamento.
que sepultaste la muerte,
venciste al demonio
y diste la vida al mundo.
Tú, Señor, concede al alma
de tu difunto siervo N.,
el descanso en un lugar luminoso,
en un oasis, en un lugar de frescura,
lejos de todo sufrimiento,
dolor o lamento.
Perdona las culpas por él cometidas
de pensamiento, palabra y obra,
Dios de bondad y misericordia;
puesto que no hay hombre
que viva y no peque,
ya que Tú sólo eres Perfecto
y tu Justicia es justicia eterna
y tu Palabra es la Verdad.
de pensamiento, palabra y obra,
Dios de bondad y misericordia;
puesto que no hay hombre
que viva y no peque,
ya que Tú sólo eres Perfecto
y tu Justicia es justicia eterna
y tu Palabra es la Verdad.
Tú eres la Resurrección,
la Vida y el descanso del difunto,
tu siervo N.
la Vida y el descanso del difunto,
tu siervo N.
Oh Cristo Dios nuestro.
Te glorificamos junto con el Padre
no engendrado
y con tu santísimo, bueno
y vivificante Espíritu.
Te glorificamos junto con el Padre
no engendrado
y con tu santísimo, bueno
y vivificante Espíritu.
Acto de Fe
Señor Dios, creo firmemente
y confieso todas y cada una de las verdades
que la Santa Iglesia Católica propone,
porque tú las revelaste,
oh Dios, que eres la eterna Verdad y Sabiduría, que ni se engaña
ni nos puede engañar.
Quiero vivir y morir en esta fe.
Amén
y confieso todas y cada una de las verdades
que la Santa Iglesia Católica propone,
porque tú las revelaste,
oh Dios, que eres la eterna Verdad y Sabiduría, que ni se engaña
ni nos puede engañar.
Quiero vivir y morir en esta fe.
Amén
Acto de Fe
(tradición española)
(tradición española)
Creo en Dios Padre;
Creo en Dios Hijo;
Creo en Dios Espíritu Santo;
Creo en la Santísima Trinidad;
Creo en mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
Creo en Dios Hijo;
Creo en Dios Espíritu Santo;
Creo en la Santísima Trinidad;
Creo en mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
Actus Fidei
Dómine Deus,
firma fide credo
et confíteor ómnia et síngula quae
sancta Ecclésia Cathólica propónit
quia tu, Deus, ea ómnia revelásti,
qui es aetérna véritas et sapiéntia
quæ nec fállere
nec fallí potest.
In hac fide vívere et mori státuo.
Amen.
et confíteor ómnia et síngula quae
sancta Ecclésia Cathólica propónit
quia tu, Deus, ea ómnia revelásti,
qui es aetérna véritas et sapiéntia
quæ nec fállere
nec fallí potest.
In hac fide vívere et mori státuo.
Amen.
Acto de Esperanza
Señor Dios mío, espero por tu
gracia
la remisión de todos mis pecados;
y después de esta vida,
alcanzar la eterna felicidad,
porque tú lo prometiste que eres
infinitamente poderoso,
fiel, benigno y lleno de misericordia.
Quiero vivir y morir en esta esperanza. Amén.
la remisión de todos mis pecados;
y después de esta vida,
alcanzar la eterna felicidad,
porque tú lo prometiste que eres
infinitamente poderoso,
fiel, benigno y lleno de misericordia.
Quiero vivir y morir en esta esperanza. Amén.
Acto de Esperanza
(tradición española)
(tradición española)
Espero en Dios Padre;
Espero en Dios Hijo;
Espero en Dios Espíritu Santo;
Espero en la Santísima Trinidad;
Espero en mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
Espero en Dios Hijo;
Espero en Dios Espíritu Santo;
Espero en la Santísima Trinidad;
Espero en mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
Actus Spei
Dómine Deus,
spero per grátiam
tuam remissiónem
ómnium peccatórum,
et post hanc vitam ætérnam
felicitátem me esse consecutúrum:
quia tu promisísti, qui es infiníte
potens, fidélis, benígnus, et miséricors.
In hac spe vívere et mori státuo. Amen.
tuam remissiónem
ómnium peccatórum,
et post hanc vitam ætérnam
felicitátem me esse consecutúrum:
quia tu promisísti, qui es infiníte
potens, fidélis, benígnus, et miséricors.
In hac spe vívere et mori státuo. Amen.
Acto de caridad
Dios mío, te amo sobre todas las
cosas
y al prójimo por ti,
porque Tú eres el infinito,
sumo y perfecto Bien,
digno de todo amor.
Quiero vivir y morir en este amor. Amén
y al prójimo por ti,
porque Tú eres el infinito,
sumo y perfecto Bien,
digno de todo amor.
Quiero vivir y morir en este amor. Amén
Acto de Caridad
(tradición española)
(tradición española)
Amo a Dios Padre;
Amo a Dios Hijo;
Amo a Dios Espíritu Santo;
Amo a la Santísima Trinidad;
Amo a mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
Amo a María santísima, madre de Dios
y madre nuestra y amo a mi prójimo
como a mí mismo.
Amo a Dios Hijo;
Amo a Dios Espíritu Santo;
Amo a la Santísima Trinidad;
Amo a mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
Amo a María santísima, madre de Dios
y madre nuestra y amo a mi prójimo
como a mí mismo.
Actus caritatis
Dómine Deus, amo te super ómnia
et próximum meum propter te,
quia tu es summum, infinítum,
et perfectíssimum bonum,
omni dilectióne dignum.
In hac caritáte vívere et mori státuo. Amen.
et próximum meum propter te,
quia tu es summum, infinítum,
et perfectíssimum bonum,
omni dilectióne dignum.
In hac caritáte vívere et mori státuo. Amen.
Acto de Contrición
Dios mío,
me arrepiento de todo corazón
de todos mis pecados
y los aborrezco,
porque al pecar, no sólo merezco
las penas establecidas por ti
justamente,
sino principalmente porque te ofendí,
a ti sumo Bien y digno de amor
por encima de todas las cosas.
Por eso propongo firmemente,
con ayuda de tu gracia,
no pecar más en adelante
y huir de toda ocasión de pecado.
Amén.
me arrepiento de todo corazón
de todos mis pecados
y los aborrezco,
porque al pecar, no sólo merezco
las penas establecidas por ti
justamente,
sino principalmente porque te ofendí,
a ti sumo Bien y digno de amor
por encima de todas las cosas.
Por eso propongo firmemente,
con ayuda de tu gracia,
no pecar más en adelante
y huir de toda ocasión de pecado.
Amén.
Acto de Contrición
(tradición española)
(tradición española)
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor mío.
Por ser tú quien eres, Bondad infinita,
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedas castigarme
con las penas del infierno.
Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén
Por ser tú quien eres, Bondad infinita,
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedas castigarme
con las penas del infierno.
Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén
Actus Contritionis
Deus meus,
ex toto corde pænitet me ómnium
meórum peccatórum,
éaque detéstor,
quia peccándo,
non solum poenas a te iuste
statútas proméritus sum,
sed præsértim quia offéndi te,
summum bonum,
ac dignum qui super ómnia diligáris.
Ideo fírmiter propóno,
adiuvánte grátia tua,
de cétero me non peccatúrum
peccandíque occasiónes próximas fugitúrum.
Amen.
ex toto corde pænitet me ómnium
meórum peccatórum,
éaque detéstor,
quia peccándo,
non solum poenas a te iuste
statútas proméritus sum,
sed præsértim quia offéndi te,
summum bonum,
ac dignum qui super ómnia diligáris.
Ideo fírmiter propóno,
adiuvánte grátia tua,
de cétero me non peccatúrum
peccandíque occasiónes próximas fugitúrum.
Amen.
EL
DOBLE MANDAMIENTO DEL AMOR
Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente.
Amarás al prójimo como a ti mismo.
Amarás al prójimo como a ti mismo.
REGLA
DE ORO (Mt 7, 12)
Tratad a los demás como queráis que
ellos os traten a vosotros.
BIENAVENTURANZAS
— Bienaventurados los pobres de
espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos
— Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra
— Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados
— Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados
— Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia
— Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios
— Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios
— Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos
— Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
— Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra
— Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados
— Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados
— Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia
— Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios
— Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios
— Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos
— Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
LAS
TRES VIRTUDES TEOLOGALES
1. Fe
2. Esperanza
3. Caridad
2. Esperanza
3. Caridad
LAS
CUATRO VIRTUDES CARDINALES
1. Prudencia
2. Justicia
3. Fortaleza
4. Templanza
2. Justicia
3. Fortaleza
4. Templanza
LOS
SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO
1. Sabiduría
2. Entendimiento
3. Consejo
4. Fortaleza
5. Ciencia
6. Piedad
7. Temor de Dios
2. Entendimiento
3. Consejo
4. Fortaleza
5. Ciencia
6. Piedad
7. Temor de Dios
LOS
DOCE FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
1. Amor
2. Alegría
3. Paz
4. Paciencia
5. Longanimidad
6. Bondad
7. Benignidad
8. Mansedumbre
9. Fe
10. Modestia
11. Continencia
12. Castidad
2. Alegría
3. Paz
4. Paciencia
5. Longanimidad
6. Bondad
7. Benignidad
8. Mansedumbre
9. Fe
10. Modestia
11. Continencia
12. Castidad
LOS
CINCO MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
1. Oír misa entera todos los
domingos y fiestas de guardar.
2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
3. Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
3. Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
LAS
SIETE OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES
1. Visitar y cuidar a los enfermos.
2. Dar de comer al hambriento.
3. Dar de beber al sediento.
4. Dar posada al peregrino.
5. Vestir al desnudo.
6. Redimir al cautivo.
7. Enterrar a los muertos.
2. Dar de comer al hambriento.
3. Dar de beber al sediento.
4. Dar posada al peregrino.
5. Vestir al desnudo.
6. Redimir al cautivo.
7. Enterrar a los muertos.
LAS
SIETE OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES
1. Enseñar al que no sabe.
2. Dar buen consejo al que lo necesita.
3. Corregir al que yerra.
4. Perdonar las injurias.
5. Consolar al triste.
6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás.
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos.
2. Dar buen consejo al que lo necesita.
3. Corregir al que yerra.
4. Perdonar las injurias.
5. Consolar al triste.
6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás.
7. Rogar a Dios por vivos y difuntos.
LOS
SIETE PECADOS CAPITALES
1. Soberbia
2. Avaricia
3. Lujuria
4. Ira
5. Gula
6. Envidia
7. Pereza
2. Avaricia
3. Lujuria
4. Ira
5. Gula
6. Envidia
7. Pereza
LOS
NOVÍSIMOS
1. Muerte
2. Juicio
3. Infierno
4. Gloria
2. Juicio
3. Infierno
4. Gloria
ABREVIATURAS BÍBLICAS
(en orden alfabético)
(en orden alfabético)
Ap Apocalipsis
1 Co 1 Corintios
2 Co 2 Corintios
Col Colosenses
Dt Deuteronomio
Ef Efesios
Ex Éxodo
Ez Ezequiel
Flp Filipenses
Ga Gálatas
Gn Génesis
Hb Hebreos
Hch Hechos
Is Isaías
Jn Juan
1 Jn 1
Juan
Lc Lucas
2 M 2
Macabeos
Mc Marcos
Mt Mateo
1 P 1
Pedro
2 P 2
Pedro
1 R 1
Reyes
Rm Romanos
Sal Salmos
St Santiago
1 Tm 1 Timoteo
2 Tm 2 Timoteo
1 Ts 1 Tesalonicenses
Tt Tito
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